ENTREVISTA

“Con Venezuela las opciones están abiertas”: Subsecretaria de Estado de Estados Unidos

Kimberly Breier, subsecretaria de Estado para el hemisferio occidental, visitó Colombia la semana pasada. La alta funcionaria habló con SEMANA, entre otras cosas, sobre el problema de Venezuela, Nicaragua y el nuevo gobierno de Brasil.

17 de noviembre de 2018
Kimberly Breier dejó clara la posición de su país frente a los casos de Venezuela, Nicaragua, y el nuevo presidente brasileño. | Foto: león Darío Peláez - semana

SEMANA: ¿Cuál es el propósito de su visita a Colombia?

KIMBERLY BREIER: Estoy muy feliz de estar aquí. Hace un mes me confirmó el Senado y esta es mi primera visita a la región como subsecretaria de Estado y escogí Colombia porque reconozco lo importancia que tiene para Estados Unidos la relación con uno de sus socios más duraderos en América Latina. Quise venir a a estrechar relaciones en Bogotá, a hablar con sus funcionarios y también voy a viajar a Cúcuta para ser testigo de lo que pasa allí. Quiero conocer el drama real de los migrantes que llegan de Venezuela. Y también para visitar el buque hospital Comfort, que ayuda a colombianos y a venezolanos en Turbo

SEMANA: ¿Cómo pretende ayudar Estados Unidos a Colombia en relación con los migrantes venezolanos?

K.B.: La propia visita del barco a Turbo es un símbolo de nuestra intención de ayudar a Colombia. Hemos destinado más de 90 millones de dólares, y estamos trabajando para proveer más apoyo al país. Sabemos que aquí han hecho una extraordinaria labor con el tema de Venezuela y que han recibido a un millón de migrantes. Nuestra asociación durará tanto como ustedes la necesiten.

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SEMANA: Hablando de Venezuela, ¿cómo ha considerado la Casa Blanca ir más allá de las sanciones a miembros del gobierno para promover el regreso de la democracia?

K.B.: Es una muy buena pregunta porque se ha malentendido a veces nuestra política en Venezuela. Un gran componente de nuestra política son las sanciones de diferente tipo: contra individuos, contra sectores privados de la economía, entre otros. Más allá de eso, contamos con una diplomacia muy extensa en la región: trabajamos muy de cerca con el Grupo de Lima, con Canadá y con la Unión Europea. Hemos buscado muchas formas de ayudar a Venezuela para que vuelva a un gobierno democrático.

Con Duque acordamos trabajar para reducir la producción de cocaína en un 50 por ciento de aquí a 2023

SEMANA: Y cómo ayudar a la gente en Venezuela...

K.B.: Hemos sido muy cuidadosos y calibrados para que las acciones que realizamos en términos de sanciones apunten contra el régimen y no contra la población. Nuestras sanciones no prohíben la entrada de comidas ni de ayudas humanitarias a Venezuela.

SEMANA: Algunos han hablado de una posible intervención militar, ¿qué piensa sobre eso?

K.B.: El presidente ha sido muy claro en que todas las opciones están siempre sobre la mesa. Como funcionaria en el Departamento de Estado mi trabajo es disponer de todas las herramientas de la diplomacia para llegar a una resolución efectiva de la situación.

SEMANA: Ha habido una retórica de guerra contra Irán y es bien sabido que Irán tiene muy importantes relaciones con el régimen de Maduro. ¿Ustedes vinculan esos dos extremos?

K.B.: No pienso en ello de la misma manera, pero sí pienso que nuestra política hacia Irán ha sido muy clara: no solo tiene que ver con su programa nuclear, sino también con sus comportamientos en el escenario global. Y así lo miramos en relación con Venezuela, nos preocupan los efectos de Maduro en la región y en particular para países como Colombia por cuenta de la migración.

SEMANA: Mientras Estados Unidos moviliza tropas a la frontera por una caravana de 5.000 personas, a Colombia entra ese número de refugiados a diario. ¿Qué comenta al respecto?

K.B.: Lo primero es reconocer que la cantidad de personas en la caravana son un síntoma de un problema más amplio. Nosotros recibimos varios miles de migrantes al día en nuestras fronteras y esos números han crecido en las últimas semanas. El presidente Trump ha dejado muy claro que vamos a aplicar la ley porque la migración debe ser legal.

SEMANA: Hablemos de las visitas canceladas de Trump a Colombia. Algunos ven indiferencia o algo peor con respecto al país más fiel a Washington en Suramérica.

K.B.: Los cambios en la agenda no le permitieron llegar a Colombia, pero nuestro compromiso es firme. Por eso estoy yo aquí. Mi visita se suma a una larga lista de reuniones en el año aquí en Colombia, incluidas la del vicepresidente, el secretario de Defensa, el embajador ante las Naciones Unidas, entre otros, incluida la breve reunión del presidente Trump con el presidente Duque en el marco de las Naciones Unidas. Esta es una asociación profunda.

SEMANA: Washington está preocupado por la democracia de Nicaragua y Venezuela. Pero ¿qué piensan de Brasil y su nuevo presidente, Bolsonaro, que defiende la dictadura militar y las torturas? ¿Les preocupa igual?

K.B.: En cuanto a la primera parte de su pregunta, hemos visto a lo largo de los años progresos tremendos en Latinoamérica en términos de desarrollo y de institucionalización de la democracia. Sí hay países ajenos a esa tendencia, Venezuela, Nicaragua (y pondría a Cuba en esa categoría), pero no son la norma del resto del continente. En cuanto a la pregunta de Brasil, presenciamos unas elecciones pacíficas en las que la gente escogió a su nuevo líder en un proceso transparente y democrático. A mí no me preocupa el estado de la democracia en ese país y creo que acaban de demostrar la resiliencia de su sistema.Por eso desde ya expresamos nuestra completa apertura para trabajar de la mano del gobierno de Bolsonaro.

SEMANA: ¿Qué espera del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador?

K.B.: Creo que López Obrador y Trump comenzaron muy bien. Ya han intercambiado cartas desde que en julio se supo que Amlo sería el elegido. Hemos tenido conversaciones gratas y francas con el nuevo equipo que viene, por lo cual creo que tendremos una sociedad fuerte. A pesar de que vemos algunos temas desde perspectivas distintas, eso nunca nos impidió llevarnos bien en el pasado.

SEMANA: ¿Incluido el famoso muro?

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K.B.: Creo que México tiene muy claro nuestro interés soberano en proteger nuestras fronteras. Sé que el tema del muro es uno al cual los medios le sacan provecho, pero creo que el gobierno mexicano reconoce que asegurar nuestros límites es un derecho soberano.

SEMANA: ¿Cuáles son los planes para Cuba?

K.B.: Creo que la postura de la administración con respecto a Cuba quedó bastante clara con el discurso que hace poco dio el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton. Esperamos que el régimen  haga cambios que le permitan abrirse a la región y así puedan mejorar su índice de derechos humanos y liberen a los presos políticos. La política del presidente Trump, desde junio de 2017, ha sido clara en mostrar que estamos buscando asegurar que las actividades del sector privado cubano favorezcan al pueblo cubano y no a los líderes del régimen. 

SEMANA: ¿Apoyará el gobierno de Trump a la Organización de Estados Americanos (OEA)?

K.B.: Claro que sí. La OEA ha sido y seguirá siendo la institución más prominente del hemisferio occidental. Creo que es muy poderosa y por eso continuaremos trabajando con ella en los desafíos de la región que incluyen sobre todo a Venezuela y Nicaragua, lugares donde la OEA ya está haciendo un trabajo notable.

SEMANA: Volviendo a Colombia, ¿qué tanto ha permeado el problema del narcotráfico y el crecimiento de los cultivos en la visión que tiene Washington sobre Colombia?

K.B.: Existe una profunda preocupación por el incremento tanto en los cultivos de coca como en la producción de cocaína. Hemos tenido conversaciones fructíferas con el gobierno Duque sobre esto y creo que tenemos un camino claro para el futuro. Acordamos aunar esfuerzos para reducir la producción en un 50 por ciento de aquí a 2023. Washington también tiene una postura equilibrada que no solo ataca a la cadena de suministro, sino que implementa programas que apuntan a reducir la adicción, lo cual habla de un enfoque integral hacia ese problema.

SEMANA: Ahora se habla mucho de la confrontación entre nacionalismo y multilateralismo, ¿qué opina al respecto?

K.B.: No lo veo como una confrontación. Creo que se trata de asegurar el equilibrio apropiado entre soberanía y cooperación internacional. Los gobiernos se acercan a esos términos de diferentes maneras, pero sin duda se trata de llegar a un punto medio entre los dos extremos.

SEMANA: Pero esta semana vimos cómo Trump fue muy duro en ese sentido con el presidente francés, Emmanuel Macron, cuando consideró una ofensa personal que hablara de un ejército europeo…

K.B.: El presidente Trump ha sido muy claro en priorizar la soberanía estadounidense. Al mismo tiempo, continuamos trabajando con muchos organismos internacionales y mantenemos la relación con socios de todo el mundo. Creo que somos capaces de mantener ambos enfoques al mismo tiempo.

SEMANA: El presidente Trump tiende a comportarse de manera poco diplomática, incluso con sus aliados. ¿Cómo manejan esa situación?

K.B.: Al final del día, soy una diplomática y mi trabajo es implementar políticas. Trabajo para el presidente Trump y su administración. Estoy en Colombia como una extensión del presidente y sus políticas, ese es mi trabajo y me aseguraré de colaborar de cerca con nuestros socios en la región.

SEMANA: ¿Qué podemos esperar de la relación bilateral en los próximos años?

K.B.: Continuaremos con nuestra alianza. Esta es una de las más profundas y duraderas de América Latina y creo que verán más de eso gracias al trabajo que mantenemos con el gobierno Duque. A partir de ahí nos acercamos a temas de vital importancia como Venezuela, la migración y otras áreas. Hacemos muchas cosas colaborativas en campos como la educación y muchos intercambios que benefician a ambas sociedades. n