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Sudáfrica ya tiene nuevo presidente

Después de una semana de intensas presiones, Jacob Zuma renunció a la presidencia de Sudáfrica. Cyril Ramaphosa, su antiguo vicepresidente, se posesionó en el cargo.

16 de febrero de 2018

El sindicalista y empresario Cyril Ramaphosa asumió oficialmente este jueves la presidencia de Sudáfrica, prometiendo convertir en una de sus prioridades la lucha contra la corrupción, que ensombreció gravemente el mandato de su predecesor, Jacob Zuma.

Único candidato en lista, Ramaphosa, jefe del partido en el poder, el Congreso Nacional Africano (ANC), "es elegido presidente de la República de Sudáfrica", declaró el presidente de la Corte constitucional, Mogoeng Mogoeng, entre los aplausos de los diputados congregados en sesión extraordinaria.

El nuevo presidente, de 65 años, afirmó ante el Parlamento su compromiso de convertir en "prioridad" la lucha contra la corrupción. "Trabajaré muy duro para intentar no decepcionar al pueblo sudafricano", dijo.

Ramaphosa detallará ante los diputados sus propuestas durante su primer discurso sobre el Estado de la nación, previsto el viernes por la tarde.

Su predecesor, Zuma, debilitado por un escándalo de desvío de fondos públicos, había anunciado el miércoles por la noche que ponía fin a nueve años de presidencia, acatando las órdenes de su partido que lo amenazaba con un voto de desconfianza en el parlamento, donde es mayoritario.

"He decidido dimitir como presidente de la República con efecto inmediato, aunque estoy en desacuerdo con la dirección de mi organización", el ANC, declaró Zuma, en un discurso televisado.

Ramaphosa, que asumió en diciembre el liderazgo del ANC, buscaba la salida de Zuma, salpicado por varios casos de corrupción, con el fin de evitar una catástrofe electoral en las elecciones generales de 2019.

Ramaphosa deseaba una salida consensuada del poder de Zuma, pero tuvo que hacer frente al obstinado rechazo de éste en dejar la presidencia pues su mandato solamente expiraba el próximo año. 

Después de varias semanas de fallidas negociaciones con Zuma, que sumieron al país en una importante crisis política, la dirección del ANC decidió el martes exigirle que dejara el poder lo antes posible.

Euforia de mercados 

El nuevo mandatario  prometió reactivar la economía del país, que lleva tiempo estancada, y erradicar la corrupción que azota a su partido y a la cúpula del Estado. 

Los mercados saludaron este jueves el fin de la era Zuma con un alza en la bolsa de Johannesburgo (ganó hasta  +2,7%) y de la divisa nacional, el rand, que se elevó a su máximo nivel ante el dólar desde hace tres años (11,65 R por 1 USD).

La elección de Cyril Ramaphosa "supone el final de un periodo de incertidumbre política y económica, que ha pesado en el crecimiento del país" explicó el economista Raymond Parsons, de la Northwest University.

La oposición, que llevaba tiempo reclamando la disolución del Parlamento y elecciones anticipadas, celebró el anuncio de la  dimisión de Zuma. 

"Zuma hizo mucho daño a nuestro país (...). Bajo su reinado, la corrupción se extendió hasta casi destruir nuestro país", declaró el jefe de la opositora Alianza Democrática (DA), Mmusi Maimane.

"Toda la nación ha sido víctima desde hace más de diez años de un delincuente y de un impostor (...) que va a acabar en el basurero de la historia", sentenció Julius Malema, jefe de los Combatientes por la libertad económica (EFF, izquierda radical.

A poco más de un año de las elecciones generales, la tarea de Ramaphosa se antoja complicada

Coincidencia o no, la policía allanó el miércoles en la mañana la casa en Johannesburgo de la polémica familia Gupta, en el centro de los escándalos que involucran al anterior presidente.

Ocho personas fueron detenidas en ese operativo, realizado en el marco de las investigaciones sobre el supuesto tráfico de influencias y desvío de fondos públicos de un grupo de empresarios muy cercanos a Zuma. Además, la policía emitió este jueves una orden de arresto contra uno de los miembros de la familia, Ajay Gupta. 

Sin embargo Zuma está dispuesto a vender muy cara su piel en el ámbito judicial.

"Es un personaje aún muy influyente en el seno del ANC" recuerda a la AFP el analista Ralph Mathekga. "Si el ANC no quiere problemas, deberá tratarlo con cuidado", añade.

¿Quíen es Cyril Ramaphosa?

Fue sindicalista, posible delfín de Nelson Mandela y luego exitoso hombre de negocios. A los 65 años, el vicepresidente Cyril Ramaphosa está a punto de concretar la ambición de toda su vida: dirigir Sudáfrica.

Menos de dos meses después de haber llegado a la presidencia del Congreso Nacional Africano (ANC), el partido en el poder, Ramaphosa sucederá, a más tardar el viernes, en la jefatura de Estado del país a Jacob Zuma, obligado el miércoles a dimitir.

Su acceso al poder es una consagración para este oriundo de Soweto, militante desde el principio en la lucha contra el apartheid. Y supone también para él una gran revancha.

Ya en 1999 Cyril Ramaphosa pensaba que estaba a punto de cumplir con su ambición. Considerado como el "hijo predilecto" del ícono Mandela, se había presentado a la presidencia del ANC. Pero los caciques del partido lo dejaron de lado y optaron finalmente por Thabo Mbeki.

Negocios 

Se dedicó entonces a los negocios. Tras haber amasado una fortuna de 378 millones de euros, según la clasificación 2015 de la revista Forbes, Ramaphosa retornó a la arena política al hacerse elegir en 2012 vicepresidente del ANC.

Luego, en diciembre pasado, accedió a la presidencia del partido, prometiendo poner fin a la página de escándalos y corrupción que marcaron el reino de Jacob Zuma.

"Una postura cómoda" le reprochan sus adversarios, que recuerdan que Ramaphosa tardó mucho en descubrir las corruptelas de su "jefe".

"Desde que se convirtió en numero 2 de Jacob Zuma, Cyril Ramaphosa se ha mantenido, en el mejor de los casos, silencioso, y en el peor de los casos ha sido cómplice", según el jefe de la oposición Mmusi Maimane.

Sindicalismo 

Nacido el 17 de noviembre de 1952 en Soweto, Cyril Ramaphosa fue militante estudiantil en los años 1970. Fue detenido en 1974, y pasó 11 meses encarcelado.

Tras su licencia en derecho, se dedica al sindicalismo --forma legal de protesta contra el régimen delapartheid-- y funda en 1982 el Sindicato Nacional de Mineros (NUM).

Bajo sus órdenes, el NUM se convierte en una maquinaria de guerra que congrega a 300.000 miembros. Su implicación en la gran huelga del sector en 1987, que hace temblar al régimen del apartheid, centró sobre él la atención de los dirigentes del ANC.

Y cuando Nelson Mandela salió de prisión en 1990, convirtió al joven sindicalista en uno de los que iban a negociar la transición política con el poder blanco. Era considerado entre "los más talentosos de la nueva generación", como escribió  el propio Mandela en sus memorias.

Tras las primeras elecciones democráticas en la historia del país, en 1994, se convirtió en presidente de la Asamblea constituyente. Hábil negociador, fue él quien dirigió la redacción de la Constitución sudafricana,

Casi un cuarto de siglo después, Cyril Ramaphosa accede al poder. En ese largo trayecto, lo han ayudado también su imagen moderada y su pasado de héroe en la lucha anti-apartheid.