MUNDO
Surge una nueva teoría sobre el desaparecido Boeing 777 de Malaysia Airlines
Se trata del vuelo MH370 que iba de Kuala Lumpur a Beijing con 227 pasajeros y 12 tripulantes y desapareció en 2014.
Han pasado nueve años y seis meses desde que desapareció el Boeing 777 de Malaysia Airlines en el que iban 227 pasajeros y 12 tripulares. Mientras tanto, su ubicación sigue siendo un misterio.
En medio de ese largo periodo, muchas teorías, versiones, han surgido, alrededor de lo que habría ocurrido con este vuelo, el MH370 que iba de Kuala Lumpur (Malasia) a Beijing (China) y desapareció el 8 de marzo de 2014.
Ahora, transcurridos varios años, dos expertos en aviación lanzaron una nueva teoría sobre el Boeing 777. Se trata de los investigadores Patrick Blelly y Jean Luc Marchand, quienes analizaron factores humanos y datos técnicos analizados a la luz de tecnologías emergentes.
Según los expertos, el Boeing 777 fue deliberadamente hundido, supuestamente, en un lugar que está a unos pocos cientos de kilómetros, más al sur de lo que inicialmente se investigó.
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Así mismo, consideran que el transponder (equipo de comunicación), fue desconectado. Agregan que una persona habría tomado el control de ese avión y voló el aparato de forma que no pudiera ser detectado.
Datos de la investigación también señalan que el avión, al parecer, perdió la presión de cabina, de tal modo que el oxígeno para los pasajeros se agotó en 22 minutos y un único piloto pudo haber estado hasta 27 horas con el suministro disponible de oxígeno.
Buscan el avión estudiando las conchas marinas
Aunque ayudaron a Charles Darwin a formular su revolucionaria teoría de la evolución, los percebes, una especie de crustáceos, fueron considerados por años como “basura marina”.
Ello, entre otras razones, debido a los daños que pueden causar debido a su capacidad de adherirse a las embarcaciones en grandes comunidades, lo cual acarrea problemas para los marineros.
Sin embargo, actualmente están viviendo una reivindicación justamente por las características por las cuales antes eran despreciados.
Las nuevas utilidades de los percebes para la ciencia incluyen la posibilidad de que estas criaturas revelen, algún día, el sitio donde yacen los restos del vuelo 370 de Malaysia Airlines, el avión que se perdió en aguas del océano Índico en 2014 y que constituye uno de los misterios más grandes en la historia de la aviación.
Luego de una búsqueda a lo largo de 120.000 kilómetros cuadrados, que costó 200 millones de dólares, el Gobierno de Malasia dijo en 2017 que suspendía la búsqueda, hasta que no aparecieran nuevas pruebas creíbles sobre la posible ubicación de la aeronave.
Ahora, se ve venir una nueva esperanza en que los percebes ejercen el rol de “registradores forenses de restos a la deriva”, como se lo describió a la revista National Geographic el ecólogo marino Gregory Herbert, de la Universidad del Sur de Florida, en Estados Unidos.
Como se recuerda, del avión solo se ha recuperado un alerón y los percebes adheridos a él constituyen para un grupo de científicos una pista para establecer su destino, gracias a las características de su ciclo vital y a una serie de herramientas decantadas recientemente por la ciencia.
De acuerdo con un artículo publicado, los percebes son propios de los mares templados y tropicales del mundo.
Se desplazan por las corrientes de los océanos, muchas veces en masa, sobre el casco de una embarcación, madera o cadáveres de animales o personas.
Un dato clave para la nueva investigación es que se adhieren a las superficies con la ayuda de uno de los pegamentos más potentes de la naturaleza. Así mismo, aclaró la revista, construyen su caparazón con minerales disponibles en el agua del mar como carbonato cálcico.
Cada nueva capa de ese caparazón presenta una serie de marcadores químicos que son, en el fondo, vestigios de la temperatura, las proporciones de oxígeno y demás condiciones del agua donde se creó.
Se trata de un estudio tan especializado que hay una ciencia para ello, la esclerocronología, que recuerda la observación de los anillos que se aprecian en los tallos de los árboles y que aportan también información sobre lo que ha sido la existencia de la planta.