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Tambalea el gobierno del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson; esta es la razón
Hace un mes, el primer ministro británico superó una moción de censura interna planteada por los propios diputados conservadores, logrando 211 votos a favor y 148 en contra.
Los ministros de Salud y Hacienda, Sajid Javid y Rishi Sunak, respectivamente, renunciaron este martes tras perder la confianza en el primer ministro británico, Boris Johnson.
“Fue un privilegio que me pidieran volver al Gobierno para servir como ministro Salud y Atención Social en un momento tan crítico para nuestro país”, escribió Javid en una misiva dirigida al Johnson, a quien le cuestiona la moción de confianza a la que tuvo que enfrentarse el mes pasado.
Aseguró que si bien los conservadores han sido “competentes al actuar en el interés nacional”, en las actuales circunstancias, “lamentablemente”, la población cree que ya no lo son, como muestra que “un gran número” de diputados tories votaran a favor de cesar a Johnson.
“Lamento decir que está claro para mí que esta situación no cambiará bajo su liderazgo y, por lo tanto, también he perdido mi confianza”, señaló.
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Por su parte, Sunak hizo lo propio al considerar que Johnson no cumple con los “estándares” de conducta que se le presuponen a un primer ministro, del que la población espera que lleve al Gobierno de “manera adecuada, competente y seria”
“Nuestro país se enfrenta a inmensos desafíos” y “creo que la población está lista para escuchar esa verdad”, señaló Sunak, quien indicó en su carta de adiós que tras preparar con Johnson el discurso sobre la economía de la próxima semana, tiene “claro” que sus enfoques son básicamente demasiado diferentes”.
Agregó que “me entristece dejar el Gobierno, pero he llegado a la conclusión, a regañadientes, de que no podemos seguir así”.
Oposición reclama su salida
Desde la oposición, el líder de los laboristas, Keir Starmer, señaló a la prensa que el resto del gabinete de Johnson debe actuar en interés nacional y obligarle a dejar el cargo, según reportó la BBC.
“Después de toda la inmoralidad, los escándalos y el fracaso, está claro ahora que este Gobierno se está derrumbando. Los ministros del gabinete tory siempre han sabido quién es este primer ministro. Han sido sus animadores a lo largo de esta triste saga”, dijo Starmer, quien calificó a los ya exministros de Salud y Hacienda como “cómplices” de un Johnson que “deshonró el cargo”.
Indicó que “los ciudadanos británicos no se dejarán engañar. El Partido Conservador está corrompido y cambiar a un solo hombre no lo solucionará. Solo un cambio real de gobierno puede dar a Reino Unido el nuevo comienzo que necesita”, indicó.
Mientras tanto, en Twitter, el diputado laborista Chris Bryant pidió la convocatoria de elecciones tras señalar, en referencia a Javid y Sunak que “deberían haber renunciado hace meses” y que “nunca debieron haber puesto” a Johnson en Downing Street. “Han sido cómplices en todo momento”, enfatizó.
En esa misma red social se manifestó el líder de los liberales demócratas, Ed Davey, quien acusó a Johnson de haber “desacreditado” al país durante mucho tiempo, por lo que debería irse ya. “Un castillo de naipes construido sobre mentiras y engaños se derrumba”, escribió.
A los dos dimitentes no les bastaron las disculpas presentadas horas antes por Johnson por haber nombrado en un cargo importante a Chris Pincher, un dirigente conservador que la semana pasada renunció tras reconocer que realizó toqueteos en estado de ebriedad a dos hombres, uno de ellos diputado.
El Gobierno aseguró inicialmente que Johnson no estaba al tanto de comportamientos similares de Pincher en ocasiones anteriores.
Pero ese argumento se desmoronó este martes, cuando un excolaborador de Johnson reveló que el jefe de Gobierno fue informado en 2019, cuando era ministro de Relaciones Exteriores, que Pincher ya se había visto involucrado en un incidente de ese tipo.
Turbulencias
Hace un mes, el primer ministro británico superó una moción de censura interna planteada por los propios diputados conservadores, logrando 211 votos a favor y 148 en contra, en respuesta al mayúsculo escándalo que supuso su participación en varias fiestas mientras regían estrictas normas de confinamiento por la pandemia.
A pesar de que calificó el resultado como “convincente” y “concluyente”, fue menos propicio del logrado por su antecesora Theresa May, quien a pesar de los 226 votos a favor de los 180 que se necesitaban acabó presentando su dimisión. La historia dice que se estrecho margen logrado le coloca sobre un futuro incierto.
El primer ministro, de 58 años, enfrenta aún una investigación parlamentaria que determinará si mintió en su defensa sobre el Partygate.
La erosión de su imagen se saldó en derrotas de los conservadores en dos elecciones parciales a fines de junio, una de ellas en un feudo histórico de los Tories que pasó a manos de los Laboristas.
Esta crisis política se suma las dificultades que enfrenta el país para adaptarse a su salida de la Unión Europea (UE) en 2020, con tensiones con el bloque de los 27 en torno a la frontera terrestre entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte.
*Con información de Europa Press y la AFP.