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“Tardé tres horas”. Un cuchillo, una sierra y un cuerpo desmembrado en 14 pedazos: las escabrosas revelaciones de Daniel Sancho
Medios españoles revelan detalles del caso del asesinato de un médico colombiano a manos de un chef español que estremece a varios países.
La prensa española no suelta ningún paso del caso de Daniel Sancho, el chef que asesinó brutalmente al médico colombiano Edwin Arrieta. Los hechos sucedieron en la isla de Koh Phangan, en Tailandia, donde la pareja se sumaba a las tradicionales fiestas de luna llena que han hecho famoso al idílico lugar de ese país del Sudeste Asiático.
Sin embargo, el hallazgo de un cuerpo desmembrado en 14 pedazos y arrojado en diferentes lugares en bolsas de basura hizo girar la atención del mundo a este lugar por la crueldad y la premeditación de un crimen que estremece a varios países.
Los restos del médico colombiano fueron hallados gracias a unos trabajadores de recolección de residuos. Se dice que estos empleados encontraron una bolsa negra en el vertedero de Koh Phangan que contenía intestinos y una pelvis. Tras realizar exámenes, estos restos coincidían con la identidad de Edwin Arrieta.
El diario 20 Minutos recoge las declaraciones que muchos de los testigos han dado en Tailandia. Cuentan que la pareja se conoció por Instagram hace un año y que, desde ese momento, mantenían una relación.
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“Daniel Sancho acudió al aeropuerto a recoger al colombiano y, acto seguido, se dirigieron a una habitación del hotel en la playa de Hat Salat. Allí, el chef habría intentado acostarse con el cirujano y, ante la negativa de este, Sancho le propició un puñetazo que provocó la caída de Arrieta al suelo, acompañada de un golpe en la cabeza con el lavabo del cuarto de baño que le hizo perder el conocimiento”, reporta el medio español.
Sancho habría cometido el crimen con total frialdad y premeditación. Según reportes del Daily Mail, el chef español fue visto antes del crimen comprando un cuchillo, una sierra, bolsas de basura y material de limpieza. Todo esto habría sido usado en medio de esa violenta jornada.
Según las versiones que se manejan hasta ahora, el chef español limpió la habitación, y luego siguió su vida como si nada. Volvió a restaurantes y fiestas. Según el diario el Bangkok Post, asistió a eventos en el hotel con mujeres que conocía y se estaban albergando en la misma locación. Solo después de eso, reportó la desaparición de su amigo.
Las versiones de la muerte han ido cambiando. Sancho dijo primero que Arrieta habría fallecido como resultado de un golpe en la cabeza que él le propinó, pero no recuperó la conciencia, a pesar de sus intentos de revivirlo.
Según su declaración, Sancho agredió a Arrieta porque este último expresó su deseo de tener relaciones sexuales, a lo cual el joven se negó. En un arrebato de furia ante la insistencia de Arrieta, Sancho lo golpeó, dejándolo inconsciente. Asimismo, en su frío relato, contó que cortar el cuerpo del médico nacido en Lorica, Córdoba, le tomó “tres horas”.
Él les contó después a sus amigos que le “propinó dos puñetazos mortales”. Estas afirmaciones fueron hechas públicas por el periodista Miguel Frigenti a través de su cuenta de Instagram, el pasado domingo, tras haber conversado con las personas más cercanas al joven chef de 29 años. De acuerdo a lo que le han relatado, “Daniel habría conseguido un teléfono para ponerse en contacto con sus amigos y con una chica con la que mantenía una relación, identificada como Paula”.
En estas supuestas llamadas, “la versión que habría compartido con sus amigos y su novia Paula es que mató al cirujano de dos puñetazos. Según esta fuente cercana a Daniel, la víctima, Edwin Arrieta, habría invertido dinero en algunos de los emprendimientos de Daniel”.
De igual forma, según las fuentes de Frigenti, Sancho le habría comunicado a los amigos a los que contactó y a su novia “que no se preocuparan por él, pero que su estado emocional estaba muy deteriorado y que, en este momento, tenía la intención de apartarse de todo”, describió el informante.
La prensa internacional le presagia a Sancho una dura condena que podría ser incluso de cadena perpetua.