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“Tengo un poco de miedo a morir, porque es lo más desconocido”: holandesa de 28 años físicamente sana decide someterse a la eutanasia y causa polémica
Los Países Bajos se convirtieron en el primer país del mundo en legalizar el suicidio asistido en 2001.
La eutanasia es la práctica de poner fin a la vida de un paciente para limitar su sufrimiento. El paciente en cuestión normalmente tendría una enfermedad terminal o experimentaría un gran dolor y sufrimiento, sin embargo, este no fue precisamente el caso de una joven holandesa de 28 años de edad.
Zoraya ter Beek, una mujer que vive en un pequeño pueblo de Países Bajos, muy cerca de la frontera con Alemania, será sometida a este procedimiento en mayo de este año, a pesar de estar profundamente enamorada de su novio de 40 años, según narra el NY Post.
Ter Beek, que alguna vez aspiró a ser psiquiatra, ha estado lidiando con problemas de salud mental a lo largo de su vida. Físicamente sana, decidió poner fin legalmente a su vida debido a su lucha contra la depresión paralizante, el autismo y el trastorno límite de la personalidad.
The Free Press confirmó que la mujer decidió someterse a la eutanasia después de que miembros del personal médico que la atendían le dijeran: “No hay nada más que podamos hacer por usted. Nunca mejorará”.
Ella es solo una más entre el creciente número de personas en Occidente que han decidido morir en lugar de seguir viviendo con un dolor que, a diferencia de una enfermedad terminal, podría tratarse.
Más personas están decidiendo poner fin a sus vidas mientras sufren una serie de otros problemas de salud mental, como depresión o ansiedad, amplificados por la incertidumbre económica, el cambio climático, las redes sociales y otros problemas, informó The Free Press.
“Veo la eutanasia como una especie de opción aceptable presentada por los médicos y los psiquiatras, cuando antes era el último recurso”, dijo al medio Stef Groenewoud, especialista en ética de la atención sanitaria de la Universidad Teológica de Kampen, en los Países Bajos.
Ter Beek quiere que la eutanasia le sea aplicada en el sofá de su casa y luego ser incinerada, no pretende escuchar ningún tipo de música, mientras que el médico le dé primero un sedante y luego un medicamento que hará que su corazón se detenga.
“La doctora realmente se toma su tiempo. No es que entren y digan: ¡Acuéstate, por favor! La mayoría de las veces es primero una taza de café para calmar los nervios y crear una atmósfera suave”, dijo.
“Luego me pregunta si estoy listo. Ocuparé mi lugar en el sofá. Una vez más me preguntará si estoy seguro, iniciará el trámite y me deseará un buen viaje. O, en mi caso, una buena siesta, porque odio que la gente diga: ‘Buen viaje’. No voy a ninguna parte”.
“Tengo un poco de miedo a morir, porque es lo más desconocido”, dijo. “Realmente no sabemos qué sigue, ¿o no hay nada? Esa es la parte aterradora”.
Los Países Bajos se convirtieron en el primer país del mundo en legalizar el suicidio asistido en 2001. Los críticos de la legalización del suicidio dicen que la ley ha alentado a personas como Ter Beek a suicidarse, y muchos comparan el aumento de suicidios con un contagio, según The Free Press.