Sismo
Terremoto de 5,3 en Afganistán deja más de 12 muertos
El sismo se suma a los desastres naturales acontecidos en las últimas semanas y profundiza la crisis humanitaria por la que atraviesa el país.
Según informes de la Agence France-Press la cifra de muertos, que inicialmente era de 12, subió a 26 en las ultimas horas. La cantidad de heridos aún no ha sido completamente determinada, sin embargo, se estima que puede ser alta.
Las personas murieron cuando colapsó el tejado de sus viviendas en Qadis, localidad de la occidental provincia de Badghis, dijo a la AFP el gobernador local, Mohammad Saleh Purdel. “Además, varias personas resultaron heridas en el sismo de hoy”, afirmo Purdel, añadiendo que entre las víctimas había mujeres y niños.
La magnitud del sismo fue de 5,3, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que inicialmente reportó una magnitud de 5,6.
Qadis es una de las áreas más afectadas por la sequía, y se ha beneficiado muy poco de las ayudas internacionales en los últimos 20 años. Afganistán suele ser escenario de terremotos, sobre todo en el macizo montañoso del Hindú Kush, cerca del límite entre las placas tectónicas índica y euroasiática.
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Los terremotos pueden causar importantes daños, ya que los edificios de viviendas afganos suelen encontrarse en mal estado.
En 2015, cerca de 280 personas murieron por un potente sismo de magnitud 7,5, la mayoría de ellas en el vecino Pakistán. En aquella ocasión doce jóvenes afganas murieron en una estampida cuando intentaban salir de su escuela, a punto de derrumbarse.
Recientes desastres naturales
Este desastre natural en Afganistán se suma a una serie de acontecimientos naturales que han afectado diferentes regiones del mundo en las ultimas semanas.
La erupción hace dos días del volcán Hunga Tonga-Hunga Haa’pai cubrió Tonga de cenizas, provocando un tsunami en todo el Pacífico, que dejó dos muertes en Perú por el oleaje. Los países vecinos y las agencias internacionales siguen evaluando la magnitud de los daños. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo el domingo que son “significativos”.
Nueva Zelanda y Australia enviaron el lunes aviones de reconocimiento para evaluar los daños y pusieron a disposición aviones de transporte militar C-130 para lanzar suministros o aterrizar si las pistas se consideran operativas.
La erupción se sintió en lugares tan lejanos como Alaska, provocando un oleaje que alcanzó las costas del Pacífico, desde Japón hasta Estados Unidos.
Se sabe que la explosión volcánica del sábado dañó gravemente la capital, Nuku’alofa, cubierta de ceniza, y cortó un cable de comunicaciones submarino, cuyo restablecimiento podría llevar dos semanas.
En un principio se creyó que la avería se debía a un corte de energía tras la erupción. Pero las pruebas posteriores, una vez restablecido el suministro eléctrico, indicaron que se trataba de una rotura en el cable.
Crisis humanitaria en Afganistán
El país atraviesa una grave crisis humanitaria que ha empeorado tras la llegada de los talibanes al poder en agosto del año pasado, pues los países occidentales decidieron congelar las ayudas.
Los talibanes hicieron una demostración de fuerza militar con un desfile de decenas de sus combatientes armados el domingo en Maymana (noroeste), donde la semana pasada se produjeron enfrentamientos con la población local de etnia uzbeka.
Columnas de combatientes talibanes llevando mascarilla, vestidos con shalwar kameez -la túnica tradicional afgana- de color blanco, trajes militares y pañuelos en la cabeza con la inscripción de la fe musulmana, desfilaron el domingo.
Las protestas se desencadenaron en la ciudad, capital de la provincia de Faryab, por la detención de un comandante talibán de etnia uzbeka por su presunta implicación en un secuestro. El incidente hizo temer tensiones entre las poblaciones civiles pastún y uzbeka, así como con los talibanes, que en su inmensa mayoría son de origen pastún.
Otras decenas iban en camionetas o vehículos blindados, equipados con armas incautadas a antiguos miembros de las fuerzas gubernamentales y estadounidenses durante la rápida ascensión al poder de los talibanes en agosto.
*Con información de AFP.