Afganistán
“Tienes suerte de que no te hayamos decapitado”: la brutal agresión de talibanes a dos periodistas afganos
Los talibanes detuvieron a los reporteros durante cuatro horas y les propinaron una brutal golpiza.
El movimiento extremista talibán regresó al poder en Afganistán después de 20 años de una guerra marcada por una política de intervención de los Estados Unidos desde 2001, cuando se cometieron los atentados de las Torres Gemelas en Nueva York.
Su llegada al poder ha generado no solo caos en cuanto a la transición del gobierno, sino temor entre los ciudadanos afganos por cuenta de la interpretación radical de los talibanes de la ley islámica, conocida también como Sharía, que puede conducir a tratos inhumanos y castigos severos para quienes incumplan las normas religiosas.
De regreso a la oficina, los dos jóvenes afganos —altos, delgados y con una espesa cabellera negra— gemían de dolor y accedieron a quitarse la ropa para registrar las consecuencias de su detención, como recogió el testimonio revelado por la agencia AFP. Mientras los jóvenes eran desnudados, los presentes en la sala de redacción no pudieron contener una exclamación de disgusto, según el medio.
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Sus cuerpos, golpeados, quedaron cubiertos de hematomas tan grandes que cubren toda la parte baja de la espalda. Los reporteros trabajan en Etilaat Roz, uno de los principales diarios afganos. Taqi Daryabi, fotógrafo de 22 años, y Nematullah Naqdi, camarógrafo de 28, acudieron el miércoles por la mañana a cubrir una manifestación ante una comisaría de Kabul.
Las primeras versiones indican que los combatientes talibanes, que patrullan la ciudad desde la toma de control de la capital por parte del movimiento islamista a mediados de agosto, se echaron encima de Nematullah en cuanto comenzó a grabar.
“Me dijeron que estaba totalmente prohibido filmar. Detenían a todos los que grababan, tomaban los teléfonos”, le contó uno de los periodistas a la AFP. Los talibanes intentaron arrebatar la cámara de Nematullah, pero él logró escapar y dársela discretamente a una manifestante que se encontraba en el lugar.
Después lo metieron en una habitación vacía y se ensañaron con él. “Eran cuatro o cinco”, cuenta. “Me ataron las manos a la espalda, me tumbaron en el suelo y golpearon con palos, cables y tubos. Con todo lo que podían encontrar”, agregó. Incluso, durante la golpiza uno de los talibanes le dijo a uno de los reporteros que las consecuencias pudieron ser peores. “Tienes suerte de que no te hayamos decapitado”, dijo.
“No les importó que era periodista”
“Gritaba, no paraba de decir que era periodista, pero no les importaba. Les daba igual. Me dieron patadas en la cabeza, me destrozaron la espalda... Duró unos 10 o 15 minutos. Creí que me iban a matar”, narró Nematullah.
Aproximadamente cuatro horas después, a primera hora de la tarde, los talibanes los liberaron, les entregaron sus teléfonos y los echaron de la instalación donde estaban. Sus agresores no ocultaron que detestan a los periodistas. “Para ellos, somos enemigos”, aseveró Taqi.
“Tras habernos golpeado, nos dijeron: ‘¿entendieron qué pasa cuando filman?’”, contó Nematullah. En ese momento fue cuando uno de los talibanes le advirtió: “Tienes suerte de que no te hayamos decapitado”. Al ser interrogado por la AFP sobre este asunto, el gobierno talibán no hizo comentarios.
*Con información de la AFP