Geopolítica
TikTok, ¿de verdad es una espía de China o es solo paranoia occidental?
Esta semana se conocieron políticas y proyectos de ley que buscan prohibir la aplicación de video china TikTok en varios países alrededor del mundo. Estados Unidos podría ser el ejemplo más extremo.
En este momento, hay un adolescente grabándose en la sala de su casa mientras baila al ritmo de una canción pop pegadiza. Otro está acostado en su cama viendo videos de menos de tres minutos hace ya tres horas y, aunque se prometa que va a parar, sigue pasando al siguiente. En otra ciudad alguien graba su opinión sobre un tema y en otro país le están pagando a un influencer por promocionar una marca de cosméticos a través de un video.
Todo esto sucede mientras los dirigentes del mundo se arrancan el pelo de la cabeza pensando que los datos de los más de 3.000 millones de usuarios de TikTok son filtrados por la empresa ByteDance al Gobierno chino. Según un estudio de la compañía australiana Internet 2.0, la aplicación saquea información sobre las otras aplicaciones del teléfono, la ubicación del usuario y datos personales.
Esto ha hecho que a lo largo de la semana varios Gobiernos decidieran vetar la aplicación de los móviles de los empleados públicos. Estados Unidos anunció esto a finales de 2022, pero el pasado martes 28 de febrero el presidente Joe Biden dio un ultimátum a sus trabajadores dándoles 30 días a partir de esa fecha para borrar la aplicación.
A esta restricción se sumaron Canadá y la Unión Europea, pues en palabras de su portavoz Sonya Gospodinova quieren “proteger a la Comisión contra las amenazas de ciberseguridad y acciones que puedan ser explotadas para ciberataques contra el entorno corporativo”. En este caso, la medida empezará a regir desde el 15 de marzo.
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El miedo frente a la popular aplicación de videos aumentó debido a las amenazas de espionaje cada vez más latentes en el mundo. Hace unas semanas, la controversia giraba en torno a la gran cantidad de ovnis sospechosos que se encontraron en varios países, incluidos los globos espías provenientes de China. De hecho, estos causaron un conflicto diplomático entre el gigante asiático y Estados Unidos, a tal punto que el secretario de Estado, Antony Blinken, canceló su visita ante la amenaza de espionaje.
También hay que tener en cuenta que el mundo, especialmente la Unión Europea, debido a la guerra en Ucrania, se encuentra bajo la amenaza constante de ser espiados por Rusia. Entonces, ante un panorama plagado de miedo y desconfianza, cualquier cosa que huela o se relacione con el comunismo es puesta bajo revisión y censura.
Pero ¿es realmente TikTok una amenaza? Es ahí donde gira todo el debate. Desde hace años, varios Gobiernos han dicho que la empresa ByteDance, propietaria de la app, pasa datos delicados de sus usuarios al Gobierno de su país. Algunos dicen que es por obligación, otros, por dinero.
Estas acusaciones hicieron que en 2020 el expresidente de Estados Unidos Donald Trump intentara prohibir la aplicación en todo el país, y que en la actualidad se esté adelantando un proyecto de ley que busca lo mismo. La iniciativa pasó el miércoles una votación importante en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes gracias a la votación de todos los miembros republicanos.
Pero Estados Unidos no sería el primer país en prohibir del todo la aplicación. India lo hizo desde 2020 tras un conflicto político con China, y otros países del Medio Oriente asiático –como Pakistán, Irán y Afganistán– lo hicieron porque la aplicación no se alinea con los valores que intentan promover en sus sociedades.
Básicamente, TikTok es como una especie de caballo de Troya. Un infiltrado de apariencia inocente y enfocado hacia los jóvenes, que sin que nadie se dé cuenta roba información para llevarla a las garras del comunismo. O al menos eso es lo que las grandes potencias mundiales quieren hacer creer.
Es más, de acuerdo con su versión de los hechos, el Gobierno chino no solo roba datos, también manipula mentes. Se infiltra en el algoritmo y transmite propaganda que busca controlar la cabeza de los más jóvenes. Esto, respaldado por el mismo informe de Internet 2.0 y basado en la comparación con la también aplicación china Douyin. Esta solo funciona en el territorio de China y se encarga de transmitir información educativa e ideológica.
¿Esto significa que TikTok también lo hace? La respuesta, de acuerdo con informes de Citizen Lab y del Instituto Tecnológico de Georgia, es no. Ambos estudios comprobaron que, de hecho, TikTok no “roba” más información que la que aplicaciones como Facebook, Twitter o Instagram sacan. En efecto, demuestran que tienen un funcionamiento muy similar, tanto en tratamiento de datos como en configuración de algoritmos.
Ahora, nadie está diciendo que entonces la aplicación no utiliza la información personal de los usuarios, porque sí lo hace, solo que no la vende o entrega al Gobierno chino ni le da un uso diferente a lo que hacen las otras redes sociales.
A propósito del uso indebido de la información, vale la pena recordar el caso de Facebook, Cambridge Analytica y Donald Trump. En este, los dos últimos compraron la información personal de los usuarios de la red social para hacer propaganda política personalizada a favor del candidato republicano en el año 2016. Básicamente, Facebook vendió los datos privados de 2.900 millones de personas para llenar de ideología política la red social, pero ante este caso nadie decidió vetarlos.
TikTok ya se pronunció ante la situación. Lo hizo por medio de su portavoz Brooke Overwetter, quien dijo textualmente que todo esto no es “poco más que teatro político”.
En resumen, los Gobiernos del mundo están vetando a TikTok por miedo a ser espiados en el marco de una situación diplomática tensa alrededor del planeta y es entendible que busquen blindarse por todos los flancos posibles. Pero pareciese que se tratara más de un movimiento político que de una preocupación profunda por la seguridad cibernética de las personas.
Mientras todo esto ocurre, más personas en el mundo instalaron la aplicación y al igual que los adolescentes del principio se pusieron a grabar bailes, opiniones, comerciales o simplemente se disponen a pasar las próximas horas de su vida deslizándose entre un universo de videos. Así que, a este paso, los gobernantes del mundo se quedarán calvos de tanto arrancarse el cabello antes de lograr acabar con TikTok.