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¿Torturaron los colombianos al presidente de Haití? Las macabras señales que encontraron en su cuerpo
Jovenel Moïse tenía una pierna y un brazo rotos, lo que según el examen forense son pistas de que fue sometido a tortura antes de recibir 12 disparos.
Conforme avanza la investigación de las autoridades de Haití se revelan nuevos detalles del asesinato del presidente Jovenel Moïse, en cuyo crimen habrían participado al menos 28 personas, entre las que se cuentan 26 colombianos y dos estadounidenses. Sin embargo, de acuerdo con la información revelada por los participantes en el magnicidio, no querían matarlo, sino obligarlo a renunciar.
Según el diario Le Nouvelliste, siete de las personas implicadas en el asesinato fueron abatidas por las autoridades policiales, menos de dos días después del ataque.
De acuerdo con la prensa haitiana, los mercenarios entraron con mucha facilidad a la casa del presidente e ingresaron a su habitación. Su objetivo era obligarlo a firmar su renuncia, lo que habría llevado a una tortura que lo dejó con un brazo y una pierna rotos, de acuerdo con informes forenses revelados por fuentes de ese país.
Presuntamente, ante la negativa de Moïse por salir del cargo, a pesar de la tortura, lo asesinaron, propinándole 12 disparos que acabaron con su vida. “Decían que eran traductores. La misión era arrestar al presidente Jovenel Moïse, en el marco de la ejecución de un mandato de juez de instrucción y no matarlo”, dijo el juez del caso, citando las declaraciones de James Solages y de Joseph Vincent, participantes en el ataque.
Las autoridades encontraron el cuerpo del mandatario acostado boca arriba, con pantalón azul y una camisa blanca manchada de sangre. Tenía la boca abierta, el ojo izquierdo perforado, al igual que su frente, pezones, cadena y abdomen, según relató el juez de paz Carl Henry Destin al mismo diario.
Junto a él, su esposa Martine Moïse fue gravemente herida y trasladada a Miami, Estados Unidos, para recibir la atención médica necesaria para salvar su vida.
Su hijos no sufrieron ninguna afectación física, pues ambos pudieron esconderse en una de las habitaciones del hogar.
¿Qué estaba pasando en Haití?
Desde hace más de dos años, parte de la población haitiana se había manifestado exigiendo la renuncia de Jovenel Moïse, quien llevaba en el poder desde 2017.
Una de las razones es que había asumido el poder para un período de cinco años después de unas elecciones que fueron anuladas en 2015 y repetidas en 2016. La oposición dijo en más de una ocasión que su período había empezado en ese año y no en 2017. La Organización de Estados Americanos respaldó a Moïse y no estuvo nunca de acuerdo con la interpretación de sus contradictores.
Por eso, él aseguraba que estaría en el poder hasta febrero de 2022, lo que produjo protestas y desmanes, durante las cuales dijo que había evitado un intento de golpe de Estado.
Además, el presidente estaba promoviendo la redacción de una nueva Constitución que le permitiría reelegirse, aunque aseguraba que no iba a lanzarse de nuevo, según explicó DW en su momento.
No obstante, el mandatario estuvo gobernando por decreto durante más de dos años, debido a que las elecciones parlamentarias se pospusieron por la inestabilidad del país. La sociedad haitiana protestaba por la inseguridad y la corrupción que rodean al Gobierno del líder hoy asesinado, quien no tenía contrapeso político claro.
Ahora, tras el magnicidio, el futuro del país más pobre del hemisferio es incierto. Más de 11 millones de personas habitan entre la pobreza crónica y el golpe casi incesante de la naturaleza, ahora sin un líder de Gobierno.