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Trabajadoras sexuales en Brasil se declaran en huelga; no trabajarán hasta no ser vacunadas
Prostitutas de la ciudad brasileña de Belo Horizonte paralizaron sus actividades para reclamar que se las incluya entre los grupos prioritarios que reciben la vacuna contra la covid-19. Hoy, por primera vez desde que comenzó la pandemia, el gigante suramericano superó los 4 mil muertos por coronavirus.
En el día más mortal en Brasil desde que comenzó la pandemia, un grupo de mas de dos mil prostitutas dijeron que dejarán de jugarse la vida por su clientela. Las trabajadoras del sexo se ven afectadas por el cierre de los hoteles donde alquilan cuartos para prestar sus servicios en el centro de la ciudad, capital del estado de Minas Gerais; y muchas están teniendo que arriesgarse en las calles para buscar clientes.
“Estamos en la línea de frente, moviendo la economía, y estamos en riesgo, precisamos vacunarnos”, dijo Cida Vieira, presidenta de la Asociación de Prostitutas de Minas Gerais (Aspromig). Junto a otras trabajadoras, Vieira comandaba una protesta con pancartas en la calle Guaicurus, una ajetreada región de comercios y hoteles populares donde concentran sus actividades, paralizadas ahora por las restricciones a los servicios no esenciales para contener el virus.
“Deberíamos estar en el grupo prioritario porque tenemos contacto con varios tipos de personas y nuestras vidas están riesgo”, dijo a la AFP Lucimara Costa, trabajadora sexual.
El gobierno federal definió como prioritarios en la vacunación a los trabajadores de la salud, los ancianos, los indígenas, las personas con comorbilidades y los profesores, entre otros grupos, que no incluyen a las trabajadoras sexuales.
Al igual que el resto de Brasil, Minas Gerais está atravesando una segunda ola de la pandemia, aunque el número acumulado de fallecidos por cada 100.000 habitantes en el estado es de 121, entre las tasas más bajas del país.
Hoy Brasil registró por primera vez más de 4.000 muertos de covid-19 en 24 horas, en una interminable espiral ascendente que augura un abril más sombrío que marzo, hasta ahora el mes con más decesos por la pandemia.
El país, de 212 millones de habitantes, contabilizó 4.195 muertos, con lo cual el total se eleva a 336.947 decesos desde la llegada del coronavirus a Brasil, en febrero de 2020. El lamentable récord se produce seis días después de la última marca letal: 3.869 decesos el 31 de marzo.
Brasil es el segundo país con más muertos y con más contagios, superado solo por Estados Unidos.
En los primeros seis días del mes, el número de fallecidos asciende a 15.432, manteniendo la tendencia de marzo, el mes más letal hasta ahora, con 66.573 muertos, más del doble del récord anterior.
El promedio diario sobre siete días es de 2.757 fallecimientos, el más elevado de lejos actualmente en el mundo.
Los especialistas afirman que en las próximas semanas la nación podría atravesar un escenario más sombrío, con los hospitales desbordados, la vacunación avanzando a paso lento y el gobierno de Jair Bolsonaro rechazando la aplicación de una cuarentena, argumentando que perjudica la economía.
La campaña de vacunación, que comenzó de forma lenta en enero y ha sido objeto de una disputa política, ha avanzando en los últimos días, aunque sin garantizar aún la cantidad necesaria de dosis para aumentar el ritmo actual.
Hasta la fecha, 20 millones de personas (9,8% de la población) recibieron la primera dosis y 5,8 millones (2,7% de la población), la segunda.
El incremento de muertes está generando escenas difíciles en ciudades como Sao Paulo, la más rica y poblada del país, donde fueron habilitados autobuses escolares para cargar cuerpos y se están realizando entierros nocturnos para atender la demanda.
“Es lamentable la situación en que nos encontramos y no estamos viendo medidas efectivas ni por parte del gobierno federal ni por los estados. Lamentablemente esa tensión política entre los gobiernos regionales y el federal nos trajo a donde estamos hoy, con ese enorme número de personas que perdieron sus vidas”, dijo la profesora Maciel.
En términos relativos, el país registra en promedio 160 muertos por 100.000 habitantes, una cifra inferior a la de República Checa (254/10.000), Reino Unido (187/100.000) o Estados Unidos (168/100.000).