Alemania

Tragedia ambiental en Europa: al menos 300 toneladas de peces murieron por contaminación de río en Alemania

La mortandad se asocia a la proliferación de un alga tóxica en el río Óder, ubicado en la frontera con Polonia.

26 de agosto de 2022
Cerca de 300 toneladas de peces han sido retiradas del agua.
Cerca de 300 toneladas de peces han sido retiradas del agua. | Foto: Twitter/ WWFEU

En medio de la emergencia desatada en las últimas semanas por cuenta de la intensa ola de calor que ha atacado a diversos países de Europa, América del Norte y Asia, desatando fuertes incendios y provocando temperaturas históricas y significativa reducción en los caudales de los ríos, autoridades europeas también han confirmado que este fenómeno ha impactado negativamente la vida de miles de peces que han perecido.

Un caso puntual se registra en inmediaciones del río Óder, afluente hídrico que separa Alemania y Polonia, donde autoridades locales han reportado que han tenido que retirar cerca de 300 toneladas de peces muertos.

De acuerdo con lo recogido por medios internacionales, esta mortandad de peces, que estaría relacionada con el ingente verano, también podría estar relacionada con los efectos del calor sobre la flora de la zona; en ese sentido, las autoridades alemanas han apuntado que existe una especie de alga tóxica en dichas aguas, que sería la causante de lamentable fenómeno.

Si bien hasta hace algunos pocos días la tragedia ambiental se cifraba en la muerte de cerca de 100 toneladas de peces, el más reciente registro reveló que la cifra ha aumentado exponencialmente, alcanzando un nivel de 300 toneladas de peces fallecidos, según precisó la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, en declaraciones entregadas al medio local The Pioneer.

Según la referida funcionaria pública de Alemania, el río es actualmente “escenario de una catástrofe medioambiental que dañará durante mucho tiempo ese precioso ecosistema”, aclarando que la tragedia afecta a los dos países que tienen rivera sobre el Óder, más aún al lado polaco.

Si bien el elevado número de peces ha sido retirado de las aguas, las autoridades han aclarado que, debido a las condiciones de muerte de estos, envenenamiento, estos no son aptos para el consumo humano, por lo que los responsables han tenido que optar por ‘incinerar’ a los animales, operación que es llevada a cabo en fábricas especializadas.

Sobre la muerte, que aún es materia de investigación, las autoridades apuntan a que esta estaría relacionada con los efectos de la ola de calor sobre algunas plantas, más específicamente sobre una variedad llamada ‘Prymnesium parvum’, unas algas a las que se atribuye ahora el desastre.

Según precisan medios internacionales, dicha especie, también conocida como “alga dorada”, “se desarrolla normalmente en las aguas con menos nivel salino que el mar”, de acuerdo con la AFP.

En ese sentido, expertos aducen que la proliferación de dicha especie en el Óder responde a que el río alcanzó un nivel ‘anormal de salinidad’, situación que sería atribuible en tal caso a las industrias asentadas en sus riberas.

Sobre la actual situación, medios internacionales remontan las primeras alertas sobre mortandad de peces en el lugar a las denuncias hechas por pescadores algunos meses atrás, sembrando la preocupación, pues, hasta el momento, las aguas del Óder eran presumiblemente limpias.

Otro de los hechos recientemente conocidos a nivel mundial, y que se han relacionado con la ola de calor, sujeta a su vez al acelerado cambio climático, es la denuncia que recientemente elevó China, refiriendo que las condiciones climáticas actuales representan una seria amenaza para los cultivos, advirtiendo las consecuencias del fenómeno que actualmente atraviesa el mundo.

En ese sentido, el país, considerado actualmente como la segunda economía más grande del mundo, advirtió sobre los efectos de la ola de calor, que ha traducido en fenómenos opuestos de sequías e inundaciones, denunciando que la frecuencia de estos es cada vez mayor y más violenta.

En ese contexto, y frente a las ingentes afectaciones por parte del sector agrícola de China, en sectores como el arrocero, el Gobierno ha manifestado su preocupación, y en un intento por contrarrestar los efectos económicos de la situación, anunció la destinación de cerca de 10.000 millones de yuanes para respaldar a los productores afectados.

En ese mismo sentido, las autoridades también han llamado a la toma de conciencia frente al cambio climático, apuntando la necesidad de impulsar medidas más acertadas para contrarrestarlo, advirtiendo que las condiciones actuales son las peores en los 60 años en los que se han realizado mediciones por parte del Ministerio de Agricultura.

En China, la situación de la sequía se ha hecho palpable en afluentes hídricos como el río Yangtsé, considerado como “la principal reserva de agua potable del país”, situación que prende alarmas, en tanto en algunos tramos de su cauce se evidencian niveles mínimos históricos, llevando incluso a que los gobiernos locales piensen en estrategias para racionar el recurso.

La escasez de agua golpea particularmente a sectores tan determinantes en China como el arroz y la soja, debido a que sus cultivos requieren importantes niveles hídricos.

En ese sentido, las políticas públicas que están impulsando en el país han abogado porque se pueda garantizar el mínimo de agua potable para la gente y garantizar el riego agrícola.

Además de la sequía, el sector agrícola chino también se ha visto afectado por las medidas que se debieron implementar en el marco de la pandemia de covid-19, lo que afectó notoriamente a la industria.

Según alertas elevadas en meses pasados por los servicios meteorológicos chinos, “la temperatura del país ha aumentado el doble de rápido que la media mundial desde 1951″, una tendencia que se proyecta no cambiará e incluso podría recrudecer.