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Trump responsabiliza a Obama de bombardeo químico en Siria y cambia su discurso

El presidente norteamericano afirmó que los recientes acontecimientos ocurridos en Siria son consecuencia de una política "débil" de su antecesor. No obstante, al ser preguntado por su estrategia para enfrentar este conflicto el magnate guardó silencio.

Jesús Mesa
5 de abril de 2017
| Foto: Fotomontaje SEMANA

La conmoción internacional que causó el bombardeo con armas químicas en la región de Jan Shiejun (Idlib) en el norte de Siria, que mató a decenas de personas el martes y dejó a sus habitantes sin aliento, promete ser el tema más importante de la agenda internacional este miércoles.

Varios miembros de la comunidad internacional no dudaron en acusar al régimen de Bashar al-Ásad del ataque con armas químicas. Los mandatarios franceses, británicos y turcos no dudaron en acusar al gobierno sirio de los ataques por sus cuestionables antecedentes.  Pero sin duda la reacción más polémica vino -como no- del presidente estadounidense Donald Trump, quien dividió la culpa del peor ataque con armas químicas de Siria en años entre el presidente sirio y el ex presidente estadounidense Barack Obama.

De acuerdo con el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, se calcula que al menos 72 personas murieron, entre ellas 20 niños. Sin embargo, organismos como la ONG médica UOSSM, aseguran que el ataque con gas sarín contra la localidad de Jan Sheijun han muerto más de un centenar de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en la mañana de este miércoles que ciertas víctimas del presunto ataque químico presentan síntomas que evocan la exposición a una categoría de productos químicos, como "agentes neurotóxicos". Además, el ataque parece haber implicado armas químicas, mostrando "signos compatibles con una exposición a productos organofosforados (grupo de químicos usados como plaguicidas artificiales), una categoría que incluye agentes neurotóxicos", según la OMS.

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Foto: AFP

Las imágenes que circularon por los medios son difíciles de olvidar. Niños sin vida amontonados en camiones con los miembros paralizados, los ojos muy abiertos y la piel reseca. Médicos usando mangueras para limpiar los químicos de los cuerpos de las víctimas, quienes entre balbuceos por la espuma que salía de sus bocas buscaban tomar algo de aire para evitar la asfixia.

El químico utilizado al parecer es el sarín: un líquido claro, incoloro e insípido que no tiene olor y casi imposible de detectar. Con una cantidad tan pequeña como para caber en la cabeza de un alfiler puede ser suficiente para matar a una persona en menos de dos minutos.

Trump calificó al ataque de "reprobable" y manifestó que "no podía ser ignorado por el mundo civilizado", una indirecta a su predecesor, Barack Obama. El presidente estadounidense no dudó en afirmar que Assad fue el responsable de las muertes del martes, pero también tuvo tiempo para dedicarle unas palabras a su predecesor y a su estrategia fallida para disuadir este tipo de ataques.

"Estas atroces acciones del régimen de Bashar al-Ásad son solo una consecuencia de la debilidad e irresolución de la administración pasada", dijo Trump. Era una clara referencia a los eventos de hace cuatro años, cuando Obama no cumplió su promesa de la "línea roja" y no autorizó acciones militares contra Assad en respuesta a un ataque de gas sarín que mató a 1.400 de personas en poblaciones cercanas de Damasco en 2013.

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"La línea roja"


Foto: AP

La historia de esta afirmación comienza el 20 de agosto de 2012, como fue registrado por varios medios estadounidenses entre ellos The Atlantic. Ese día en una charla con periodistas, Barack Obama afirmó que el único límite “línea roja” que Al-Ásad no podía cruzar era el uso y preservación de armas químicas. Si lo hacía, el régimen se expondría a una posible intervención militar estadounidense.

Pero las amenazas de Obama fueron olvidadas tan solo un año después, cuando en una ceremonia promovida por Rusia -para evitar alguna confrontación- se llevó a cabo una supuesta eliminación de dichas armas. Este hecho fue celebrado en su momento como uno de los éxitos de la política de Barack Obama en el Medio Oriente.

Pero aún después de haber "destruído" todo el arsenal químico, el gobierno de Al-Ásad continuó siendo acusado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (Opac) de utilizar este tipo de armas contra la población civil. Y muy a pesar de las advertencias de Obama, el mandatario se mantuvo al margen y más allá de unas tibias amenazas, se fue sin cumplir la promesa de invasión que había formulado con tanta firmeza un año antes.

Un tono desafiante


Foto: AFP

"El presidente Obama dijo en 2012 que establecería una "línea roja" contra el uso de armas químicas y luego no hizo nada", dijo la declaración de Trump. Pero, como ya es costumbre en la actual administración, el magnate no demoró en condenar el ataque mas no propuso alguna solución concreta para enfrentarlo.

El tono de la declaración de Trump tomó por sorpresa a muchos funcionarios estadounidenses. Rara vez un presidente había atacado de manera tan virulenta a alguno de sus predecesores por eventos como los ataques con armas químicas, que tanto demócratas como republicanos aborrecen y condenan. Pero si algo ha quedado claro en dos meses de la administración Trump es que con él todo es impredecible.

La observación señaló una profunda contradicción de la posición oficial del gobierno de Trump hacia el régimen sirio. Días atrás, el secretario de Estado Rex Tillerson dijo a los reporteros, mientras estaba en Turquía, que "la permanencia a largo plazo del presidente Bashar Al-Ásad será decidido por el pueblo sirio". Del mismo modo, días atrás la embajadora de Estados Unidos frente a las Naciones Unidas había manifestado que dentro de sus prioridades no estaba "el remover al presidente Bashar Assad".

Luego de despacharse en contra de Siria y Obama, Trump cedió la palabra a su secretario de Estado, Rex Tillerson, quien se encargó de culpar a Rusia e Irán, los aliados más poderosos de Al-Ásad, por contribuir con el régimen. Tillerson recordó a ambos países que recientemente sirvieron como garantes de un cese al fuego en Siria y los invitó a cumplir con ese compromiso y presionar a Al-Ásad para que cese en su ofensiva contra la población civil. "Como los autoproclamados garantes del alto el fuego negociado en Astana, Rusia e Irán también tienen una gran responsabilidad moral por estas muertes", dijo Tillerson.

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En su momento y aunque fueron criticados por no actuar contra Al-Ásad, el presidente Barack Obama y el ex secretario de Estado, John Kerry, habían pedido que Al-Ásad dimitiera en una transición controlada de poder.

Una estrategia no tan clara

La condena pública por parte de Trump frente al bombardeo químico en Siria, presuntamente cometido por el gobierno de Al-Ásad, marca un punto de inflexión en las posiciones adoptadas recientemente por el gobierno estadounidense y pone al descubierto las dudas de la Casa Blanca con relación a un conflicto que ha provocado unos 320.000 muertos en seis años.

Al ser preguntado sobre la estrategia que Trump podría tener frente al nuevo panorama de la guerra en Siria, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo el martes: "No estoy listo para hablar sobre nuestro próximo paso, pero hablaremos de eso pronto".

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Sin embargo, senadores republicanos del ala dura como John McCain manifestaron que este tipo de acciones son consecuencia de una posición pasiva por parte del gobierno estadounidense, que parecía aceptar la "realidad política" en Siria.

"Por si las cosas no son claras: la noción de que los sirios serán capaces de decidir la suerte de Al-Ásad o el futuro del país en estas condiciones es una ficción absurda", dijo el senador John McCain quien manifestó su inquietud de que este ataque se produjera "apenas algunos días" después de las declaraciones de Tillerson.

"Asad está probando al presidente Trump y a nuestro secretario de Estado, Rex Tillerson. No podemos no hacer nada", dijo el senador republicano John Kennedy a CNN.

Condena internacional

A raíz de los ataques que provocaron la muerte de al menos 72 personas en Siria este martes, Francia y Reino Unido convocaron al Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas a una reunión de emergencia, en la que se presentará un proyecto de resolución condenando el ataque químico en Siria y exigiendo una completa investigación "lo antes posible".

No obstante, en una declaración a la prensa, el gobierno sirio "rechazó categóricamente" las afirmaciones que los señalaban como los responsables del ataque y afirmó que en la actualidad no posee armas químicas, no las ha utilizado en el pasado y no las utilizará en el futuro.

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El proyecto de resolución "condena en los términos más firmes el uso de armas químicas" en Siria, y manifiesta "indignación" por el uso de gases tóxicos en esta guerra, que azota el país desde hace seis años.

También pide a Siria que facilite planes de vuelo, diarios de vuelo y otra información sobre sus operaciones militares del día del ataque.

Y aunque todas las pistas apuntan a que el gobierno sirio pudo haber sido el perpetrador de los bombardeos, es probable que las sanciones que buscan Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos sean bloqueadas por Rusia, que ante la más mínima insinuación de que se tomen medidas severas contra el gobierno de Al-Ásad, propondrá una solución política.