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Trump firma orden para construir el muro en la frontera; México le responde

A días de la visita de su colega mexicano Enrique Peña Nieto, el presidente de Estados Unidos hizo una serie de anuncios sobre inmigración, entre ellos su promesa más inquietante de la campaña.

25 de enero de 2017
| Foto: NICHOLAS KAMM / AFP

México comienza a sentir con toda su fuerza el golpe del huracán Trump. A días de la visita de su colega mexicano Enrique Peña Nieto, el presidente de Estados Unidos firmó este miércoles un decreto para dar inicio a la construcción del prometido muro a lo largo de la frontera sur, y además congeló fondos para ciudades que se niegan a detener y deportar inmigrantes en situación irregular.

La construcción del muro constituye una de las más polémicas propuestas de la campaña electoral de Donald Trump, quien insiste en que de alguna forma México pagará por la obra.

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De acuerdo con la Casa Blanca, la medida determina la "construcción de una larga barrera física en la frontera".

"Hemos hablado de esto desde el comienzo", dijo Trump al firmar.

"Construir la barrera es más que una promesa electoral. Es la primera medida, con sentido común, para asegurar la frontera", dijo el vocero Sean Spicer durante su conferencia de prensa diaria. "Las agencias federales aplicarán las leyes migratorias sin remordimientos", agregó.

El vocero añadió que "sí, de una forma o de otra México pagará por la obra".

Peña Nieto emitió la misma noche del miércoles, por medio de un video en Twitter, una tibia respuesta. Reafirmó que México no pagará por el muro, rechazó las medidas de Estados Unidos, pero no llegó a cancelar su visita a Trump.

El decreto firmado por Trump este miércoles se refiere en general al refuerzo del control fronterizo, y según Spicer incluye provisiones para la creación de más instalaciones de detención de inmigrantes en la zona de frontera.

La medida también veta la liberación de inmigrantes ilegales detenidos y mantiene la prioridad de deportación para inmigrantes con antecedentes criminales.

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El mandatario firmó también este miércoles un segundo decreto que se propone reforzar la vigilancia migratoria en el interior del país.

De acuerdo con Spicer, el gobierno "eliminará recursos federales para las llamadas ‘ciudades santuario‘ y ciudades que dan abrigo a inmigrantes ilegales".

Un muro a medias

Eliminar la inmigración fue un elemento central de la campaña electoral de Trump. Algunos tramos de la frontera ya están cercados, pero el magnate afirma que se necesita un muro en toda su extensión para detener el flujo de inmigrantes ilegales procedentes de América Latina.

Una ley de 2006, durante la presidencia de George W. Bush, autorizó la construcción de varios cientos de kilómetros de bardas a lo largo de la frontera de 3.218 kilómetros (2.000 millas). Ese proyecto de ley derivó en que fueran erigidos unos 1.120 kilómetros (700 millas) de diversos tipos de cercas diseñadas para impedir el paso de vehículos y peatones.

Los expertos han expresado dudas de que un muro pueda acabar con la inmigración o si vale la pena gastar miles de millones de dólares en un muro cuando hay métodos más baratos, como la vigilancia electrónica, para alcanzar similares resultados.

Pero el muro fronterizo se ha convertido en una bandera para la derecha y extrema derecha de Estados Unidos, la base de apoyo a Trump.

Los asesores del magnate han estado evaluando incrementar las tarifas aduaneras o los costos del tránsito fronterizo como una vía para hacer que "México pague". Otra amenaza es financiar el muro gravando las remesas que los migrantes mexicanos envían a sus familias, que el año pasado ascendieron a unos 25.000 millones de dólares.

Por coincidencia, el canciller mexicano, Luis Videgaray, y el ministro de Economía, Ildefonso Guajardo, se encuentran en Washington preparando la visita del presidente Enrique Peña Nieto, programada para el 31 de enero.

"Hay clarísimas líneas rojas que se tienen que pintar desde el principio", dijo Guajardo a la red Televisa antes de partir a Washington.

Consultado sobre si México abandonaría las conversaciones si el muro o las remesas están en la agenda, Guajardo respondió: "totalmente".

Trump también desea renegociar el Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN) con México y Canadá, advirtiendo la semana pasada que abandonaría el pacto a menos de que Estados Unidos obtenga "un acuerdo equitativo".
México ha dicho que está abierto a "modernizar" el tratado, en vigor desde 1994 y que representa un comercio anual de 531.000 millones de dólares entre México y Estado Unidos.

*Con AFP y AP