MUNDO
EE. UU. envía portaaviones a la península coreana
La flota de ataque incluye al supertransportador de aviones USS Carl Vinson, dos destructores y un crucero de misiles guiados. Washington impulsa su capacidad defensiva en la región ante las ambiciones nucleares de Kim Jong-un.
Menos de 48 horas después de bombardear Siria, el gobierno estadounidense decidió actuar sobre otro tema espinoso que domina su agenda internacional: un portaaviones y su flota se dirigen a la península coreana ante las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
"El comando del Pacífico de Estados Unidos ordenó al grupo aeronaval del portaaviones USS Carl Vinson movilizarse como medida prudente para mantener su disposición y presencia en el Pacífico", explicó el sábado el portavoz Dave Benham a la AFP.
Le puede interesar: Así vivió Trump el ataque a Siria
"La principal amenaza en la región sigue siendo Corea del Norte debido a su temerario, irresponsable y desestabilizador programa de pruebas de misiles y su búsqueda del arma nuclear", precisó.
La flota de ataque incluye al supertransportador de aviones USS Carl Vinson, dos destructores de misiles guiados y un crucero de misiles guiados.
El grupo aeronaval tenía programado para hacer alto en Australia, pero finalmente puso rumbo al Océano Pacífico occidental desde Singapur.
Corea del Norte ha llevado a cabo cinco pruebas nucleares, dos de ellas el año pasado. Un análisis de imágenes por satélite sugiere que podría estar preparando un sexto.
El lanzamiento más reciente ocurrió el pasado miércoles, cuando un misil balístico KN-15 cayó en el Mar de Japón tras sobrevolar cerca de 60 kilómetros.
El Consejo de Seguridad consideró que el ensayo fue "una grave violación" de las obligaciones de Corea del Norte en base a las resoluciones de la ONU.
Puede ver: El diario de Donald Trump (Semana 8)
Funcionarios de inteligencia de Washington aseguran que Pyongyang podría desarrollar en menos de dos años una ojiva nuclear, que tendría las condiciones para alcanzar territorio estadounidense.
"Actuar solos"
Aprovechando la cumbre informal celebrada jueves y viernes en Florida (sureste de Estados Unidos) entre Donald Trump y Xi Jinping, el presidente estadounidense pidió a su homólogo chino que interceda para frenar el programa nuclear de su aliado.
Trump ha amenazado con una acción unilateral contra el país asiático.
Su advertencia parece más factible después de ordenar un bombardeo con misiles contra una base aérea siria la noche del jueves, tras un supuesto ataque químico a una ciudad rebelde que Washington atribuye al gobierno de Bashar al Asad.
Pyongyang calificó el sábado el bombardeo estadounidense de "agresión intolerable".
"La realidad actual nos muestra que tenemos que afrontar al poder con poder y prueba más de un millón de veces que nuestra decisión de fortalecer el poder nuclear ha sido la correcta", afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores, citado por la agencia KCNA.
Según varios analistas, el ataque de Washington también envió un mensaje claro a Pyongyang.
Horas antes de reunirse con Xi, Trump garantizó al primer ministro japonés, Shinzo Abe, que Estados Unidos "continuará reforzando su capacidad militar" en la región para defenderse de cualquier ataque de Corea del Norte.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, también reiteró el viernes que su país está preparado para actuar solo "si China no es capaz de coordinarse" con ellos.
Le recomendamos: Donald Trump y Siria: Ataque en Caliente
La jefa del Comando de Defensa Aerospacial de América del Norte (NORAD), Lori Robinson, dijo el jueves que estaba "muy segura" de la capacidad de su país para interceptar misiles balísticos dirigidos hacia América del Norte.
Sin embargo, expresó su preocupación por un tipo de misil balístico impulsado por un motor de combustible sólido que Pyongyang dijo que había probado con éxito en febrero.
Además del ensayo balístico del miércoles, Corea del Norte lanzó de forma simultánea cuatro misiles en febrero. Tres de ellos terminaron su recorrido peligrosamente cerca de Japón.
Pyongyang explicó que se trató de un ejercicio de cara a un ataque a las bases estadounidenses en el archipiélago.
A finales de agosto de 2016, lanzó desde un submarino un misil que recorrió unos 500 kilómetros en dirección a Japón. Los expertos alertaron entonces que el programa norcoreano había avanzado considerablemente.