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Trump podría atacar a Irán antes de dejar la Casa Blanca; Israel se prepara
El envío de aviones bombarderos ha hecho pensar que los rumores de una incursión del Gobierno del magnate en Teherán podrían concretarse.
Este sábado, el vuelo de unos aviones bombarderos sobre el cielo de Israel generaron suspicacia de que algo muy importante en la política internacional se estaba moviendo. El diario Times of Israel aseguró que los aviones B-52H Stratofortress fueron volando en la ruta a la base donde estarán estacionados, probablemente en Qatar. La aeronave, según relata ese medio, fue detectada gracias a un software de seguimiento antes de que aparentemente prendiera un mecanismo que le permite pasar desapercibida en el espacio aéreo.
Se trata de aviones muy potentes militarmente, con la capacidad de cargar armas nucleares y poderosas municiones. Y este movimiento, sumado a algunas otras noticias, han despertado nuevamente la sensación de que un ataque a Irán se aproxima. El Comando Central dijo que los aviones fueron enviados a la región “para disuadir la agresión y tranquilizar a los socios y aliados de EE. UU.”.
El general Greg Guillot, comandante de la 9ª Fuerza Aérea de los EE.UU, emitió un comunicado de prensa en el cual asegura que “la capacidad de mover rápidamente las fuerzas dentro, fuera y alrededor del teatro de operaciones para aprovechar, retener y explotar la iniciativa es clave para disuadir una posible agresión... Estas misiones ayudan a las tripulaciones de los bombarderos a familiarizarse con el espacio aéreo de la región y las funciones de mando y control, y les permiten integrarse con los activos aéreos de los EE.UU. y sus socios, aumentando la preparación general de la fuerza combinada”. Algunos medios han reportado también que las Fuerzas de Defensa de Israel recibieron instrucciones de prepararse ante la posibilidad de que Estados Unidos lleve a cabo un ataque militar contra Irán.
La noticia se enmarca en medio de una reciente revelación del diario The New York Times que aseguró recientemente que dos meses antes de dejar el cargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, preguntó a sus principales asesores sobre la posibilidad de atacar instalaciones nucleares de Irán. El medio registraba una reunión privada en la Oficina Oval en la que Trump le habría preguntado a varios de sus principales asistentes, incluido el vicepresidente, Mike Pence; el secretario de Estado, Mike Pompeo; y el presidente del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, “si tenía opciones de tomar medidas contra el principal sitio nuclear de Irán en las próximas semanas”, dijo el periódico.
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Los altos funcionarios “disuadieron al presidente de seguir adelante con un ataque militar” y le advirtieron de que un ataque de esa magnitud podría convertirse en un conflicto más grande en las últimas semanas de su presidencia, escribió el Times. Según el informe del diario, podrían haber razones detrás del ataque. Trump hizo la pregunta después de que un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) revelara que Irán seguía almacenando uranio. El objetivo más probable de este ataque era Natanz, lugar donde, según la OIEA, las “reservas de uranio de Teherán eran 12 veces más grandes de lo permitido por el acuerdo nuclear que Trump abandonó en 2018”, tres años después de su firma con la intención de frenar la capacidad nuclear de Irán.
El movimiento de estos aviones también se enmarca en un momento importante que es la transición del gobierno de Trump al de Joe Biden. El demócrata tiene una política opuesta en materia de relaciones internacionales y muchos creen que el magnate aprovechara sus últimos meses en la Casa Blanca para dejar sentado un golpe.
Biden está a favor de que la diplomacia vuelva a imperar en las relaciones con Irán, país que ha sido blanco de sanciones de Trump pero se da por descontado que toda negociación con Teherán será difícil. Biden, Irán y los países europeos aún apoyan el tratado de desnuclearización negociado por Obama al cual se ajustó el gobierno de Teherán hasta que Trump retiró a Estados Unidos del pacto.
El nuevo presidente de Estados Unidos insta a que ese acuerdo sea más severo y extenso, pero Irán ya está jugando duro. Advirtió que no revisará las condiciones y que no solo buscará que se alivien las sanciones impuestas por Trump sino que, además, Washington le compense los perjuicios sufridos.
Como factor de presiones para ambas partes, están las elecciones presidenciales de Irán que se realizarán en junio. Los favoritos para esos comicios son partidarios de la línea dura que sostienen que Teherán se equivocó al confiar en Estados Unidos.
Biden también advirtió que será enérgico con Arabia Saudí, un aliado tradicional de Washington al que Trump cortejó pese a su cuestionado historial en derechos humanos que incluye el brutal asesinato del escritor Jamal Khashoggi. En este frente, las cosas también se agitan. El fin de semana pasado se conoció que, por primera vez en la historia, el primer ministro de Israel se habría reunido con el príncipe heredero de Arabia Saudita. Así lo revelaron medios de comunicación en Oriente Medio, que hablan de un primer encuentro entre Benjamin Netanyahu y Mohamed bin Salmán en una reunión secreta.
Históricamente, los dirigentes árabes han criticado duramente a Israel y el tratamiento que han dado a los palestinos, pero desde meses atrás se habla de una posible normalización en las relaciones internacionales de ambos territorios. Tanto la agencia de prensa AP, como AFP, confirmaron con fuentes gubernamentales israelíes la versión de que Netanyahu voló a Arabia Saudita para el encuentro “clandestino” con Bin Salmán, en el que sería el primer viaje conocido de un jefe de gobierno israelí a la potencia sunita regional.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, estuvo en Israel la semana pasada y reconoció que estuvo en Neom como parte de su gira por Oriente Próximo, y que se reunió con Bin Salmán, por lo que se especula con que el funcionario norteamericano también participó en las conversaciones. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, negó con firmeza por Twitter esta reunión.
“No hubo ninguna reunión. Solo estaban presentes funcionarios estadounidenses y saudíes”, escribió en la red social. Según Barak Ravid, influyente corresponsal diplomático de Walla News, Netanyahu y Cohen viajaron en un avión perteneciente al hombre de negocios Udi Angel. Según esta fuente, el avión abandonó Israel el domingo a las 8:00 de la noche, hora local, dirigiéndose a Neom en el mar Rojo, y retornó cinco horas después. La oficina de Netanyahu no hizo comentarios al respecto en lo inmediato.
Esta reunión habría tenido lugar luego de que Israel alcanzase históricos acuerdos de normalización de sus relaciones con dos aliados de Arabia Saudita en el Golfo, Emiratos Árabes Unidos y Baréin. Estos acuerdos, denominados Acuerdos Abraham, fueron impulsados por la administración del saliente presidente estadounidense, Donald Trump. Estados Unidos y responsables israelíes han asegurado que hay más Estados árabes dispuestos a establecer relaciones con Israel. El pasado mes de agosto, Netanyahu anunció que Israel está manteniendo conversaciones secretas con múltiples Estados árabes. Los meses que vienen serán definitivos para esos acercamientos y para el futuro de la paz o la guerra en el golfo.