ANÁLISIS
“Trump va a tratar de quedarse sea como sea, apelando a la violencia o a la Corte”: Jon Lee Anderson
El reportero del The New Yorker analizó en entrevista con María Jimena Duzán las elecciones presidenciales en Estados Unidos y lo que viene para la región en caso de que Trump conserve el poder.
A solo tres semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la pregunta clave es ¿qué pasaría en la región en caso de que Donald Trump logre derrotar al demócrata Joe Biden y conservar el poder? María Jimena Duzán analizó la situación con Jon Lee Anderson, reportero del The New Yorker, y Patricio Fernández, escritor y periodista chileno.
Para Anderson, lo que realmente está en juego es la democracia, porque considera que Trump es un líder autoritario. “Nadie tiene duda del autoritarismo de Trump. Todo el mundo se da cuenta que es vulgar, bélico, sin ninguna gota de instinto democrático en su ADN”, aseguró. En este sentido cree que Trump estaría dispuesto a desconocer los resultados de la elección en caso de que no lo favorecieran: “Trump va a tratar de quedarse sea como sea, apelando a la violencia o a la Corte Suprema, está a punto de nombrar su tercer juez. Todo se siente como un status quo”, agregó.
El presidente Trump dejó en un terreno gris la posibilidad de respetar los resultados de la elección, al ser consultado por la prensa en la Casa Blanca dijo: “Bueno, vamos a tener que ver qué pasa. Ustedes saben que me he estado quejando muy fuertemente de las papeletas y las papeletas son un desastre”. Lo paradójico para el periodista Patricio Fernández es que en caso de que eso llegue a ocurrir, Trump estaría desconociendo la institucionalidad que funciona bajo su liderazgo, al tratarse de un presidente-candidato.
“Trump tiene gente en la calle y hemos visto cómo los milicianos armados han empezado a tomar las capitales de determinados estados y hay confabulaciones de extremistas de derecha en todos lados que han intervenido violentamente en estas manifestaciones a partir del asesinato por la policía de George Floyd”, aseguró Anderson, quien advierte que a medida que ha ido acercando el día de la elección, Trump ha radicalizado su discurso.
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Justamente las manifestaciones que se han dado en Estados Unidos tras la muerte de George Floyd y las que se dieron el año pasado en países como Chile y Colombia, son para Fernández muestra de un cambio sociopolítico estructural en el que está en juego la democracia, pues en caso de que el estallido social no sea bien canalizado con soluciones se abre la puerta al autoritarismo.
“Lo que está aconteciendo no responde a las razones tradicionales de la revolución y los proyectos de izquierda. ¿Cómo permitir que estas nuevas realidades encuentren su lugar y encontremos en conjunto un camino futuro? Es el gran tema y el reto de la democracia, si no lo hallamos lo que se va a imponer va a ser el autoritarismo”, explicó Fernández, quien considera que estamos viviendo un cambio de época, como el que se vivió en el pasado entre la Edad Media y el Renacimiento.
Anderson, por su parte, cree que asistimos al declive de la izquierda y al surgimiento de la derecha populista, sobre todo en Estados Unidos, Brasil y Bolivia. De hecho cree que hay una necesidad de una “izquierda nueva, una centro izquierda o socialdemócrata”, para contrarrestar la opción de la “derecha reaccionaria” que trajo a Trump al poder o el Brexit a los británicos.
“La izquierda que se diluye está con muchos talones de Aquiles: entre ellos el hecho de que se colgó del modelo cubano, de retórica de Chaves, del dinero del petróleo, del vacío de la región creado un poco por el 11 de septiembre, por Bush, la beligerancia norteamericana y no va a ninguna parte. Hicieron alianzas con capitalistas que terminaron o bien por comerlos vivos como en el caso de Lula en Brasil o por corromperlos por dentro, como parece ser el caso de los venezolanos, ni hablar de Correa en Ecuador. Se tienen que mirar al espejo y echarse unos baldes de agua fría”, aseguró Anderson.
En cuanto a Colombia, el corresponsal del The New Yorker, cree que hay un ala política desprovista de armas que corresponden a las antiguas Farc, ahora convertidas en partido político, y por otra parte, hay una “juventud inquieta que quiere algo más: el estado de derecho, una política no corrompida”. Anderson, quien ha cubierto el proceso de paz colombiano, ve con cierta “decepción y tristeza” que actores políticos “han querido minar el proceso” de paz.