Memorial
Un año de la masacre de Hamás: el desgarrador discurso del presidente de las comunidades judías en Colombia
Este fue el desgarrador discurso de George Levy, presidente de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, en la conmemoración del primer año de la masacre de Hamás en Israel.
“Para nosotros es un sagrado compromiso el conmemorar el primer aniversario de la masacre de octubre 7. Hace un año, el mundo judío se unió como nunca antes. Cada judío del mundo sintió estar allí, ser víctima directa de los hechos. Como nunca antes, vivimos en tiempo real, día a día, hora a hora, los acontecimientos. Los judíos de la diáspora nos sentimos víctimas todos. En cualquier parte del mundo donde hay un ser sensato y humano hay apoyo incondicional al Estado de Israel en su legítima defensa, y este apoyo ha sido expresado, y lo sigue siendo, mediante todo tipo de manifestaciones. Nos hemos sentido abrazados por nuestros amigos sinceros.
Hace un año, la festividad que conmemora la alegría de la Torá se vio manchada de sangre para siempre, y seguramente la historia así lo registrará en adelante.
Hace un año comenzamos a entender con quiénes contamos y con quiénes no. Cuando el 7 de octubre de 2023 los líderes demócratas, defensores de la vida de todo el mundo, corrieron a manifestar su solidaridad, además de su apoyo, y del derecho de Israel a su defensa, el concepto de never again (nunca más) es contundente. Pero cuando el Estado de Israel lo puso en práctica, pudimos entender quiénes lo decían sincera y coherentemente, y también pudimos asimilar quienes –desde individuos hasta líderes de organizaciones y presidentes de países– desenmascararon su alma antijudía, antihumana, trabajando a diario en la legitimación de los perpetradores. Hace un año, el pueblo judío era la única víctima del terrorismo, y era inentendible que alguien se abstuviera de manifestar su condena al atroz ataque. No había respuesta de Israel. Gaza seguía intacta.
Esta semana, nuevamente, madrugaron los líderes defensores de la vida, los líderes de las democracias de todo el planeta, a manifestar su solidaridad con el pueblo judío al conmemorarse un año de la masacre de 1.200 inocentes. Esta fecha es sagrada. Nada diferente sucedió el 7 de octubre de 2023.
Tendencias
Algo anda muy mal en el mundo cuando hay líderes que cuestionan, condenan y lamentan la muerte del líder de la organización terrorista más grande del mundo, callan y hasta justifican los ataques indiscriminados de Irán y sus proxis a Israel, pero se abstuvieron de condenar los hechos de octubre 7 que conmemoramos.
Algo anda muy mal cuando en este preciso momento, en que aquí y ahora nos reunimos a conmemorar la peor masacre de inocentes judíos desde el Holocausto y desde la creación del Estado de Israel, hay convocatorias en esta misma ciudad para manifestaciones de glorificación de los terroristas de octubre 7.
Algo anda muy mal cuando a la fecha, y desde hace 365 días, los civiles de Israel han sido atacados con más de 13.000 cohetes desde Gaza, más de 12.000 cohetes, misiles y drones desde el Líbano por parte de Hezbolá, más de 700 misiles desde Yemen, Siria, Irak e Irán, pero idiotas útiles madrugan a diario a mostrar a Israel como el agresor, entrevistando a los voceros mismos de Hamás y amplificando su estrategia victimista.
Durante este año descubrimos quiénes son nuestros amigos sinceros, y también descubrimos de qué lado de la historia quiere estar cada quien, eligiendo libremente. Agradecemos a nuestros amigos sinceros su permanente apoyo. Lo apreciamos y valoramos. Nunca lo olvidaremos. Oramos por cada uno de ustedes.
Y para aquellos que consideran que nuestra vida vale menos, aquellos a quienes el pueblo judío les resulta más cómodo como víctima, como dato estadístico, aquellos a quienes les somos más cómodos callados y vulnerables, nuestro más categórico mensaje aprendido de octubre 7: nunca más.
Ante la pretensión de aplicar un estándar para el pueblo judío y otro para el resto del mundo, repetimos: nunca más. Es la resiliencia la que nos define.
Y agregamos llamándolo por su nombre: antisemitismo puro y duro.
Dentro de un momento, cuando nuestros rabinos nos eleven al máximo nivel de conexión con las víctimas de octubre 7, estaremos cumpliendo con el sagrado deber de recordarles a través de la oración el male rajamim, y cada uno de nosotros rendirá tributo a cada alma inocente caída aquel día.
En medio de ese vínculo inquebrantable que liga a las generaciones una con otra, rendiremos tributo, además, a los soldados del IDF, las Fuerzas de Defensa de Israel, caídos durante el último año en cumplimiento de su deber, y en nombre de todos nosotros preservando la existencia del Estado de Israel, nuestro hogar judío, en el momento más crítico desde su creación. Pero, además, conteniendo del terror al mundo libre y democrático, que observa como si el problema no fuera suyo.
Oraremos también por los 101 secuestrados aún en poder de Hamás, deseando su pronto regreso.
En estos días del calendario judío, los más importantes del año, los Iamim Noraím, entre Rosh Hashaná, nuestro nuevo año, y Yom Kipur, nuestro día del perdón, días en que nuestros corazones y almas están especialmente sensibles, elevamos nuestras plegarias mientras reafirmamos nuestro compromiso de no olvidar, de no permitir que suceda nuevamente y de renovar este año para el bien (teshuvá), mientras nos dedicamos a la reflexión.
En momentos en que los enemigos del Estado de Israel unen fuerzas desde los frentes militares, políticos, mediáticos, diplomáticos, pretendiendo su destrucción y deslegitimación, los judíos del mundo, el pueblo de Israel todo, junto con nuestros amigos sinceros y los genuinos defensores de los valores democráticos, nos unimos para evitarlo. Y lo hacemos desde todos los frentes. Sin descanso.
Desde Colombia, los comunitarios, las comunidades y las instituciones judías que nos conforman como confederación, hemos adelantado todo tipo de iniciativas que incluyen voluntariado en Israel, campañas económicas, campañas para enfrentar la desinformación malintencionada e ignorante, programas conjuntos con la embajada y luego con el consulado.
Pero lo más importante quizás ha sido el no dejar de enviar el mensaje fuerte y claro al Estado de Israel: somos un solo pueblo. Ustedes están con nosotros, así lo sentimos y agradecemos, pero también nosotros estamos con ustedes, especialmente en estos tiempos críticos. Israel y la diáspora somos uno. Más que nunca. Am Israel Jai”.