Realeza
Un año del reinado de Carlos III. ¿Tenía razón Diana cuando dijo que no servía para rey?
Este 8 de septiembre se cumplen doce meses de la muerte de la reina Isabel y el consecuente ascenso de su hijo Carlos al trono.
Una de las declaraciones más explosivas y recordadas que hizo la princesa Diana en la escandalosa entrevista al programa Panorama, además del célebre “éramos tres en este matrimonio”, fue que el entonces príncipe Carlos no servía para rey. Es más, dijo que nunca llegaría a serlo.
Herida porque su esposo había confesado abiertamente que le fue infiel con Camilla Parker Bowles en un programa de televisión, Lady Di explicó que al heredero al trono el cargo le parecería demandante y sofocante.
La prensa británica se encuentra haciendo ese balance por estos días en que se cumplen el primer aniversario de la sentida muerte de su madre, Isabel II, y el comienzo de un reinado que desde antes de comenzar se vio envuelto en sombríos augurios.
Ello luego de un desempeño tan exitoso como el de la reina, quien pasó a la historia como la monarca con el reinado más largo en la historia del trono de Inglaterra, versus los cuestionables capítulos de la vida de su hijo, quien además cometió el desatino de inmiscuirse en cosas que no le correspondían como heredero.
Para Roya Nikkahah, editora de realeza de The Times, sin duda el diario más importantes del país, Carlos se ha encargado de desvirtuar las palabras de su primera esposa, quien, sin duda, habló llevada por la rabia.
En la corte, asegura Nikkhah, una de las personas mejor enteradas de lo que pasa en el Palacio de Buckingham, que hay una “calmada satisfacción” con el nuevo rey.
Eso sí, a Diana no le faltaba razón al decir que la labor se le haría “sofocante”, pues fuentes bien informadas le contaron que, en efecto, le ha parecido abrumadora la carga de trabajo que implica ser el jefe del Estado.
A Carlos también le está costando aceptar lo mucho que se demoran las cosas en estar hechas como rey, mientras que en su papel como príncipe heredero todo era muy ágil.
Esa lentitud se debe, por un lado, a la burocracia que es necesario surtir en los trámites, en tanto que la corte, de por sí, tiende a ser una entidad ceremoniosa y apegada al protocolo.
Las fuentes reales le expresaron a la editora que, de todos modos, Carlos puede mirar con orgullo el balance de su primer año.
“Él se ve realmente contento y cómodo en su propia piel, lo que no siempre fue el caso”, afirmó, por su lado, un amigo del monarca.
“Había una comprensible prevención acerca de cómo lo recibiría el público y acerca de si el rey disfrutaría de su rol o si lo dejarían hacer lo que él querría hacer”, explicó el amigo.
Luego, agregó: “Aunque hubo momentos en su vida en que quiso más atención de la prensa, él no tenía idea de cómo lidiar con ello cuando tenía todos los focos encima. Pero ahora, mientras más ve al público saliendo a aclamarlo junto con la reina (Camilla), él nota que hay una voluntad de que triunfe como rey. Siempre se sienten alentados cuando son aplaudidos, luego de los desafíos en materia de reputación que han enfrentado durante años”.
The Times también manifestó que así como Isabel II murió siendo vista como “la abuela de la nación”, su hijo es percibido como “el abuelo de la nación”.
De acuerdo con el cineasta John Bridcut, quien ha trabajado en varios proyectos con el rey, “Carlos se ha dejado crecer el pelo y creo que eso le da un aire venerable, como si estuviera disfrutando de su pelo blanco, teniendo en cuenta lo mucho que se dice que es el monarca en llegar más viejo al trono. Se ve más feliz, expresa satisfacción, parece que les sonríe más a los fotógrafos que lo que acostumbraba a hacerlo”.
En todo ello, anotó también el diario, la reina Camilla juega un papel crucial, pues, de todos modos, el rey sigue teniendo mal genio y es muy impaciente. En la corte, es claro que es la única capaz de calmarlo, de hacerlo reír, de inyectarle confianza en sí mismo y, en fin, de humanizarlo, manifestó Bridcut.
Pero, ¿cuál es la orientación que el rey quiere darle a su paso por el trono?
De acuerdo con un miembro de su equipo, en el palacio una consigna es que no es lo mismo ser príncipe heredero que rey, así que están siendo muy cautos en cada paso que dan, pues el mínimo error puede difundir la narrativa de que el reinado va mal.
Esto necesariamente afecta la velocidad con que se hacen las cosas, lo cual no es fácil para Carlos, pues si algo heredó de su padre, el dinámico príncipe Felipe, es que le gusta que se hagan las cosas.
En ese orden de ideas, los que esperaban que él llegara como una barredora a hacer cambios radicales se van a quedar esperando. La cautela es una de las consignas del nuevo reinado, junto con un mantra que dice: “Va a ser lo mismo pero diferente”, dando a entender que el rey no está dispuesto a hacer cambios radicales.
Tal como se perfiló en sus tiempos de heredero al trono, las comunidades, la cultura y el medio ambiente, es decir cambio climático, serán los dos ejes de su trabajo. “El objetivo es ser un líder mundial en esas áreas, sin romper con su rol constitucional”.
A punto de cumplir sus 75 años en noviembre próximo, otra fuente cercana a él le reveló al Times que ha tomado la decisión estratégica de construir un legado de estabilidad y continuidad, antes que de cambio radical.
“Si fuera joven, sería un rey muy reformista, pero asumió la corona en un momento muy difícil para el país, de divisiones políticas, dificultades económicas y un futuro incierto”, aseguró el informante.
“Creo que Carlos entiende que el gran artífice de cambios será (su hijo) William, quien tendrá mucha más licencia para hacerlo (como rey). Más bien, ha decidido proporcionarle al país la estabilidad que necesita”, concluyó.