Estados Unidos
“Un bully misógino”, continúan las críticas a Donald Trump; se le acusa de ser sexista tras comentarios sobre su hija
Controversial biografía escrita por un extrabajador de Donald Trump revela que este habla sin pudor alguno del cuerpo de su hija Ivanka Trump. El libro denuncia los comportamientos sexistas y abusivos del expresidente de los Estados Unidos.
“Un bully misógino”, así fue descrito Donald Trump por Kellyanne Conway, exconsejera de su Gobierno, de acuerdo con el libro de Miles Taylor. Y es que al parecer al expresidente de los Estados Unidos le siguen lloviendo críticas y demandas relacionadas con su maltrato a las mujeres, su misoginia y su sexismo.
Miles Taylor fue la mano derecha de la secretaria de Seguridad Nacional del Gobierno Trump, Kirstjen Nielsen. También fue el autor de una columna anónima que The New York Times publicó en 2018 en la que revelaba la existencia de un ala rebelde en la administración de Trump que se encargaba de “frustrar parte de sus iniciativas y sus peores inclinaciones”.
Taylor sabe de lo que es capaz el expresidente y teme lo que pueda lograr en un segundo mandato. Por eso, decidió escribir Retroceso: una advertencia para salvar a la democracia del siguiente Trump. Un libro en el que revela varias cosas preocupantes que ocurrían dentro del Gobierno. Allí narra numerosos hechos en los que se deja ver el “sexismo al desnudo” del expresidente, como lo describe la revista Newsweek.
Ese mismo medio publicó pequeños adelantos del libro, el miércoles pasado, que dejaron al mundo con la boca abierta y con una sensación de asco. De acuerdo con un fragmento, el magnate hacía comentarios desagradables a sus trabajadoras e incluso a su hija Ivanka Trump.
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En el libro se menciona que Trump parecía no poder callarse sobre los senos de su hija, su trasero y el cómo sería tener sexo con ella. Sus comentarios eran tan incómodos que sus asistentes ya estaban cansados, e incluso su jefe de gabinete, John Kelly, tuvo que intervenir y recordarle al entonces presidente que era de su hija de quien hablaba.
Taylor menciona en su libro que Kelly le contó el suceso con desagrado y con el asco propio de quien experimenta una situación así. Además, escribe que este mencionó que Trump es “un hombre muy, muy malvado”.
Pero como si los comentarios a su hija no fueran suficientes, el magnate también faltaba al respeto a sus colegas. De hecho, el mismo Taylor tuvo que presenciar cómo este se refería a su jefa, Kirstjen Nielsen, como “cariño” o “dulzura”, y cómo criticaba constantemente sus atuendos o la manera en la que se maquillaba.
Taylor le dijo a Newsweek que ‘Kris’ hacía lo posible por ignorar esta conducta, pero una vez le susurró a él: “Créeme, este no es un ambiente de trabajo saludable para las mujeres”. Otro caso relatado en el libro cuenta que una vez Trump confundió a Sarah Huckabee Sanders, actual gobernadora de Arkansas y por aquel entonces portavoz de la Casa Blanca, con otra mujer, y él le dijo: “Uy, iba a decir: Sarah, ¡has perdido mucho peso!”.
El autor del libro también le reveló a Newsweek que “hay muchas mujeres de esa administración que aún no son capaces de hablar y contar sus experiencias”. Además, afirmó que este trato misógino era indiscriminado, pues maltrataba tanto a aquellas mujeres en altos cargos como a las que no.
Hay que recordar que, en mayo, Trump fue imputado y encontrado culpable por abuso sexual a la escritora y columnista estadounidense Jean E. Carroll. Ante esto, Trump ha intentado negarlo, decir que no sabe quién es y esta semana le interpuso una contrademanda por difamación. Además, también cuenta con el antecedente Stormy Daniels, la actriz porno a quien chantajeó con un rol en un reality para poder tener sexo con ella, y sobornó y amenazó para que no hablara sobre su relación.
Además de estos casos, Newsweek reporta que el expresidente ha sido juzgado por ese tipo de conductas en múltiples ocasiones, pero que jamás lo acepta y que como, para todo, siempre alega que son acusaciones hechas con “motivación política”. Lo cierto es que Trump difícilmente va a admitir ser sexista, pero parece que el mundo no está tan dispuesto a creerle.