UN GENERAL UNA MILLONARIA Y UN CADAVER

Un asesinato y un lío de faldas sacan a luz las pugnas entre el Ejército y la Marina

15 de agosto de 1983

En Argentina siguen los escándalos que han acompañado los últimos días de gobierno de la Junta Militar. El que en este momento ocupa las primeras planas de todos los diarios porteños incluye un homicidio, negocios turbios, dramas pasionales y pugnas en las más altas esferas del gobierno. Su protagonista central es Emilio Massera, ex comandante en jefe de la Marina argentina, uno de los hombres con más aspiraciones de poder hoy día en ese país. Massera está detenido bajo acusación de complicidad en un asesinato, y ha sido dictado un auto de detención por la misma causa contra una de sus amantes, una hermosa señora del jet-set de Buenos Aires, llamada Marta Rodríguez Mc Cormack.

IMPERIO DE PAPEL
La historia se remonta unos diez años atrás, cuando el argentino Fernando Branca, un hombre pobre, que a los 17 años vendía diarios por las calles de Buenos Aires, empezó a hacer una inmensa fortuna. Entró a trabajar en la empresa automotora del potentado Julio Otamendi, por recomendación de su padre, quien fuera empleado de Otamendi desde hacía varios años. Fernando Branca se ganó la confianza y la amistad personal del jefe denunciando a su propio padre, al destapar una serie de estafas que éste venía cometiendo contra la empresa. A partir de ahí Branca hijo se convierte en la mano derecha de Otamendi y empieza a frecuentar los círculos sociales de éste. Allí conoce una señora encumbrada y de mucho dinero, Marta Rodríguez Mc Cormack, separada, y él a su vez se separa de su discreta primera mujer para casarse con la Mc Cormack. Tras el matrimonio, viajan juntos a los Estados Unidos, donde Branca da serios traspiés en los negocios razón por la cual tienen que vivir del dinero de ella.
En determinado momento Branca traba relación con la empresa norteamericana de papel, Durbin, y se hace nombrar representante de ésta en la Argentina.
De regreso a su país, funda la empresa Durbin-S.R.L., con un capital de 200 mil dólares que aporta su mujer. De la noche a la mañana, esta empresa empieza a monopolizar todas las licencias de importación de papel al país, y Branca se hace millonario.

¿ARROJADO AL RIO?
En realidad, quien les facilita las licencias es Emilio Massera, "pez gordo" del gobierno en ese momento, y quien es el amante de la hermana de lá señora Mc Cormack.
En el transcurso de los meses, Branca se convierte en el testaferro de Massera y en su hombre de confianza para todos sus negocios. Se hacen además amigos íntimos, y son de público conocimiento las escandalosas fiestas con prostitutas que organizan juntos.
De repente, Branca se separa de su esposa Marta. Circulan los rumores de que la razón es que ésta se ha hecho amante de Massera y que, junto con su hermana, ha montado un menage a trois con el Comandante en jefe de la Marina. Efectivamente, las relaciones entre Branca y Massera se enfrían. En un último intento de reconciliación con la McCormack, Branca viaja con ella a Punta del Este donde, una noche, protagonizan un sonado escándalo en el casino.
Según los testigos, en medio de una discusión a gritos, ella lo habría acusado de querer vengarse de Massera, y le habría advertido: "El negro (Massera) se va enterar, y te va a pasar un camión por encima".
A su regreso a Buenos Aires, Branca "tumba" a Massera en la venta de una hacienda de 3 millones de dólares. Rotas definitivamente las relaciones con su mujer, se va a vivir con una conocida modelo, Cristina Laurentis. El 27 de abril de 1977, Branca es invitado por Massera a navegar a vela por el Río de la Plata, y nunca regresa del paseo.
Curiosamente, la desaparición de Branca no constituye escándalo público en su momento, y todo se limita a que los amigos de éste le solicitan al propio Massera que, a título personal, se encargue de investigar.
Como se pudo comprobar en estos días, Massera echó el asunto al olvido, y no notificó oficialmente el caso. Cosas extrañas empezaron a suceder con el dinero del desaparecido Branca. Con firmas falsificadas, muchos de sus bienes y de sus acciones en diversas empresas por un monto entre los 8 y 10 millones de dólares, pasaron a manos ajenas. Sin embargo, ahí parece quedar enterrada la historia.

LA CARRERA POLITICA DE MASSERA
Cinco años después, en 1982, Massera ya está fuera de su cargo oficial, pero extraoficialmente sigue siendo el hombre fuerte de la Marina. Por entonces se destapa su pugna a muerte con los integrantes de la Junta Militar, y en particular con los altos mandos del Ejército (que dominan en la Junta). Massera funda su partido político propio, el Partido para la Democracia Social. Su carta política clave es la amistad íntima que durante años ha mantenido con Isabel Perón, y antes con el propio Perón, de quien se dice que lo ascendió arbitrariamente al máximo puesto de la Armada, pasando por encima de muchas figuras de trayectoria. Ambos pertenecían a la misma secta masónica. Cuando el Ejército ejecuta el golpe del 76, Massera expresa públicamente su desacuerdo, y cuando Isabelita es apresada, la Armada la toma bajo su custodia, y se niega a entregarla al Ejército.
Cuando Isabel sale libre, al único personaje que recibe en el exilio es a su amigo Emilio Massera. Se rumora que desde entonces se establece un pacto político entre los dos, con miras a las próximas elecciones.
Mientras tanto, la jugada política de los altos mandos del Ejército pasaba por un acuerdo con otro sector del peronismo, el encabezado por el conocido ex dirigente sindical, Lorenzo Miguel. La Junta saca a Miguel de la cárcel, donde lo ha mantenido varios años, y le devuelve el control de los sindicatos, a través del famoso "pacto militar-sindical", que se constituyó en un escándalo en la Argentina tres meses atrás. Ante el avance del acuerdo Ejército-sindicatos, la Marina resuelve contraatacar, y sus servicios de inteligencia dan a conocer una lista de cementerios clandestinos donde aparecen enterrados cientos de cadáveres anónimos, registrados como "NN" y desaparecidos cuando estaban en poder del Ejército. Este aún no se repone de ese golpe.
Las especulaciones en la Argentina dicen que es la venganza del Ejército contra la Marina, por el golpe bajo de los cementerios, lo que ha hecho que ahora salga a la luz la vieja historia del crimen de Fernando Branca, que ha implicado a Massera hasta tal punto que hoy se encuentra detenido y con serias evidencias en su contra.