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Informe reveló causas de la contaminación de 1,63 millones de dosis de la vacuna Moderna en Japón
Al parecer se trato de un “error humano” que estuvo relacionado “con la fricción entre dos piezas de metal instaladas en el módulo de taponado de la línea de producción”.
Durante el pasado mes de septiembre, Japón informó sobre un nuevo caso de contaminación que involucra la vacuna contra el coronavirus de la farmacéutica estadounidense Moderna. Era el cuarto incidente de ese tipo en menos de una semana y que desaceleró el plan de vacunación en ese país asiático.
Ahora, un mes después, la empresa japonesa Takeda Pharmaceutical Co. Ltd., encargada de importar y distribuir la vacuna, explicó que fue un “error humano” lo que había provocado la entrada de contaminantes metálicos en las dosis de la vacuna contra el coronavirus, lo que implicó su posterior retiro del mercado.
A través de un comunicado, la compañía, junto con Moderna, reconoció que un fabricante español había descubierto contaminantes en algunos viales en julio, pero se permitió el envío de suministros de la misma producción a Japón.
“El informe de investigación tiene como objetivo proporcionar una visión clara de lo que sucedió, cuándo y cómo se ha abordado. Específicamente, proporciona detalles sobre el análisis de partículas, el análisis de la causa raíz y la evaluación de riesgos para la salud realizados por Moderna (el desarrollador y fabricante de vacunas), ROVI Pharma Industrial Services, SA (la organización europea de fabricación por contrato de Moderna) y Takeda (el titular de la autorización de comercialización de Japón y distribuidor autorizado)”, explicó la compañía.
Asimismo, señalan que “la causa más probable de las partículas identificadas en uno de los lotes retirados está relacionada con la fricción entre dos piezas de metal instaladas en el módulo de taponado de la línea de producción”.
“Esto fue el resultado de un montaje incorrecto y se debió a un error humano específico al calcular visualmente mal el espacio requerido de 1 mm entre la rueda de estrella y el tope”, reconocen.
Como se sabe, desde la prefectura de Kanagawa afirmaron haber encontrado varias partículas negras en un frasco de la vacuna Moderna, por lo que debieron poner en espera el resto del lote de esas dosis, mientras investigaba lo que había sucedido.
En ese momento Japón suspendió el uso de 1,63 millones de dosis de inyecciones de Moderna, luego de que fuera notificado de contaminación en una parte del suministro.
Mientras investigaban lo ocurrido, Tamura Norihisa, ministro de Sanidad de Japón, había revelado que dos personas que fallecieron tras recibir la vacuna de Moderna, aunque no recibieron su dosis del lote que las autoridades eliminaron por contaminación, sino de otro suspendido por motivos de precaución.
Según dijo en ese momento a la cadena pública NHK, las vacunas que se usaron para las dos personas no pertenecían al lote donde fueron halladas las presuntas “sustancias metálicas” que contaminaron el fármaco.
Sin embargo, el ministro reconoció que en ese momento no se tenía conocimiento de si existe una relación causal entre las muertes y la vacuna.
Los dos hombres fallecidos, uno de 30 años y otro de 38 años, fueron vacunados antes de esa decisión. En concreto, uno fue inoculado el 15 de agosto y el otro el día 22. En ambos casos la muerte se produjo al tercer día de la vacunación.