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Un sapo gigante de 2,7 kilos fue hallado en Australia; podría ser el más grande del mundo
Fue hallado en las profundidades de una selva tropical de ese país.
Guardaparques australianos hallaron a un sapo gigante en un parque costero, una especie marrón con la longitud de un brazo humano y un peso de 2,7 kilos.
El anfibio, también conocido como sapo de caña, fue avistado el 12 de enero cuando una serpiente obligó a los trabajadores del parque a detenerse mientras conducían por el Parque Nacional Conway, de Queensland, informó el gobierno estatal.
“Me agaché y agarré el sapo de caña y no podía creer lo grande y pesado que era”, dijo la guardaparques Kylee Gray al narrar cómo encontró el anfibio la semana pasada.
El animal fue apodado “Toadzilla” —por “toad”, sapo en inglés, y el legendario monstruo Godzilla—. “Nos planteamos llamarla Connie en honor al Parque Nacional de Conway. Pero Toadzilla era el nombre que más nos gustaba, así que nos quedamos con él”, dijo Gray a Reuters.
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El anfibio fue retirado y luego se le practicó la eutanasia.
“Un sapo de caña de ese tamaño comerá todo lo que pueda entrar a su boca, y eso incluye insectos, reptiles y mamíferos pequeños”, indicó.
Los sapos de caña fueron llevados a Queensland en 1935 para ayudar a controlar una plaga de escarabajos, pero tuvo consecuencias devastadoras para otras especies.
El sapo gigante de 2,7 kilos, casi el peso de un bebé recién nacido, podría romper récord como el ejemplar más pesado encontrado, según el Departamento de Medio Ambiente y Ciencias de Queensland en un comunicado.
Aunque existe un registro con el récord mundial Guinness del sapo más grande, en 1991 con 2,65 kilogramos, establecido por ‘mascota’ en Suecia.
La entidad lo describió como un “monstruo” y adelantó que su cuerpo disecado podría terminar en el Museo de Queensland.
El extraño caso de un animal que es investigado por científicos; es inmune al dolor, al cáncer y no envejece
Los animales sorprenden al mundo científico y uno de ellos son las farumfer, también conocidas como ratas topo desnudas o lampiñas. Para algunos, la apariencia de estos seres vivos no es de su total agrado, ya que su cuerpo es un poco raro, no cuentan con pelaje, además, sus dientes destacan en su rostro.
A pesar de la no aceptación de muchos, más allá de su aspecto físico, resulta ser que estos seres de la naturaleza, que hace parte de una especie roedora, son considerados como “la perla escondida” de los investigadores y científicos que trabajan con animales.
El tamaño de las ratas topo desnudas no pasa de los 7,6 y 33 centímetros y se estima que su esperanza de vida es mediana, ya que pueden permanecer vitales hasta los 30 años. Sumado a esto, lo que las tiene en la mira a los científicos es que tras varias pruebas, estos animales han mostrado resultados positivos al ser resistentes a enfermedades como la diabetes. Incluso, llama la atención que su modo de actuar en el ecosistema es importante.
En ese orden de ideas, una investigación se enfocó en analizar con más detalle a las ratas topo lampiñas hallando la posibilidad de que estos roedores sean puntuales para encontrar soluciones a afecciones de gran índole para la humanidad como lo son el cáncer y el envejecimiento.
Científicos de la Universidad de Cambridge en Reino Unido se interesaron y sorprendieron por su descubrimiento que permanece en el repositorio académico de la prestigiosa institución de educación superior.
Pese a que en cuanto a la enfermedad del cáncer los hallazgos no tienen viabilidad por ahora, los argumentos que dan los investigadores generan expectativas. De modo que los expertos consideran que esta especie de rata cuenta con un anticancerígeno catalogado como “senescencia celular”.
Según lo que dice el estudio inglés, dicha característica sería la encargada de que no se dividan las células defectuosas, responsables del trastorno que no mide la edad de las personas y ha cobrado la vida de millones de ellas.
En otras consideraciones, se discute que estos roedores tiene un “superazúcar”, el cual sería un complejo que da la posibilidad de que haya una acumulación de células y, por ende, no aparezcan tumores en el organismo.
Aparte de eso, lo que tiene con el ojo abierto a la mayoría de investigadores es que las ratas topo desnudas no sienten dolor. En The Conversation, el profesor Ewan St. John Smith escribió que estas ratas se conocen por ser de sangre fría. “La presión y el calor son las únicas dos maneras de que este animal sienta dolor, pero es completamente inmune al daño producido por ácido”, recopila El Confidencial.
En la misma línea, la rata no envejece y, por ello, se estima que esa puede ser la razón por la que contrarresta las enfermedades.
“Esto es probablemente el resultado de la adaptación evolutiva al entorno con alto contenido de dióxido de carbono”, consignó Ewan St John Smith, quien se desempeña como investigador y estudia el sistema nervioso sensorial de los sorprendentes roedores. Por ahora, falta mayor intervención científica.
*Con información de AFP
*Redacción Internacional