Estados Unidos

Una luz al final de la crisis: planta Abbot vuelve a producir leche para bebés en EE. UU.

La planta había sido cerrada en el mes de febrero a causa de una investigación por la muerte de dos bebés que consumieron productos posiblemente contaminados.

4 de junio de 2022
La planta era investigada por una serie de irregularidades. El pare en la producción causó crisis de abastecimiento.
La planta era investigada por una serie de irregularidades. El pare en la producción causó crisis de abastecimiento. | Foto: AP Foto/Jacquelyn Martin

Una planta de la empresa Abbot Nutrition, cuyo cierre generó escasez de la leche para bebés en Estados Unidos, reanudó el sábado la producción.

La instalación en Sturges, Michigan, cumplió con los requisitos sanitarios iniciales del gobierno para la reapertura, dijo la compañía en un comunicado.

La planta había sido cerrada en febrero luego que la muerte de dos bebés generara preocupación por una posible contaminación del producto.

La escasez posterior fue particularmente preocupante para los padres de bebés con alergias o con ciertas condiciones metabólicas.

Sus preocupaciones se volvieron tan agudas que el presidente Joe Biden se reunió virtualmente esta semana con ejecutivos de alimentos para bebés e insistió en que su administración estaba haciendo todo lo posible para superar la crisis.

Los críticos de Biden aprovechan la situación para cuestionar la competencia de su gobierno.

Abbott, que controla alrededor del 40 % del mercado de alimentos para bebés de Estados Unidos, dijo el sábado que estaba reiniciando la producción de su fórmula hipoalergénica EleCare y que el producto debería volver a estar en las tiendas alrededor del 20 de junio.

“Trabajando duro”

“También estamos trabajando duramente para cumplir con los pasos necesarios para reiniciar la producción de Similac y otras fórmulas”, señaló. “Aumentaremos la producción lo más rápido que podamos mientras cumplimos con todos los requisitos”.

La escasez de la fórmula para bebés, inicialmente causada por bloqueos en la cadena de suministro y la falta de trabajadores debido a la pandemia, se agravó cuando Abbott cerró su planta de Sturges.

Esa fábrica se cerró en medio de denuncias de que carecía de protecciones adecuadas contra la contaminación por bacterias, surgidas tras una inspección ordenada por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA).

“Francamente, los resultados de la inspección fueron impactantes”, dijo el mes pasado el responsable de la FDA, Robert Califf, ante un subcomité de la Cámara de Representantes.

Había agua estancada en equipos clave que presentaban potencial de contaminación bacteriana”, además de goteras en el techo y falta de instalaciones básicas de higiene, agregó.

Pero los funcionarios de Abbott, aunque se disculparon por la escasez, dijeron que no hay evidencia concluyente que vincule la fórmula con enfermedades o muertes infantiles.

“No creo que nadie haya anticipado el impacto del cierre de una instalación como esta”, dijo Biden en una reunión virtual con ejecutivos de cinco empresas de alimentación que están ayudando a compensar los problemas causados por el cierre de la planta de Abbott.

“Una vez que supimos su alcance, todo se puso en marcha”, afirmó.

Sin embargo, algunos ejecutivos dijeron que ya en febrero se podía inferir la gravedad de la crisis.

“Lo supimos desde el principio”, dijo Robert Cleveland, vicepresidente senior de Reckitt.

Otros ejecutivos que participaron en la sesión de video con el presidente representaron a Gerber, ByHeart, Bubs Australia y Perrigo. No hubo en la reunión delegados de Abbott.

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