MUNDO
Una madre cuenta su trágica historia para advertir sobre el peligro de las baterías de botón
La pila le causó graves quemaduras a la pequeña Reese, de 17 meses, en el estómago, el esófago y las cuerdas vocales. A pesar de los esfuerzos médicos por salvarla, la pequeña falleció.
Casi tres meses después, Trista Hamsmith, madre de Reese, quien murió a los 17 meses de edad luego de ingerir una batería de botón, ha decidido contar su trágica historia. Con ella busca concientizar a las empresas para que fabriquen baterías más seguras y para que otros padres comprendan los peligros de las pilas de botón.
Así mismo, decidió lanzar una organización llamada Reese´s Purpose para abogar por los cambios en la fabricación de estos objetos y evitar que acontecimientos como el que a ella la afectaron se vuelvan a repetir.
Según los datos de la Academia Americana de Pediatría, cada año se presentan más de 3.500 incidentes por ingestión de pilas de botón en Estados Unidos. Por tanto, el caso de Reese no es el único, sino que realmente se posiciona como un peligro latente para los infantes.
Por esta razón, tanto los padres, como los familiares de Reese, decidieron compartir su historia, para alertar a los padres y para exigirles a los fabricantes de baterías hacerse cargo de esta problemática y fabricar pilas con diseños y tamaños más seguros.
“Los niños se están muriendo”, dijo. “Tenemos que hacer todo lo posible para hacer llegar esta información a los padres y presionar a la industria para que haga cambios para proteger a los niños”, advirtió.
Publicada por Pray for Reese Hamsmith en Sábado, 14 de noviembre de 2020
Este tipo de baterías es cada vez más utilizado en los dispositivos por su reducido tamaño, por lo que cada vez más objetos cotidianos cuentan con ellas. Están al alcance de los niños más pequeños, que en esa edad exploran y hasta introducen elementos en sus bocas, y de ahí que cada vez resulte más importante alejarlos de estos aparatos.
Su trágica historia comenzó en octubre, luego de que la mujer se preocupara al escuchar jadear exageradamente a su hija, por lo que decidió llevarla al pediatra. En un principio, el especialista le diagnosticó Crup, una infección en las vías respiratorias muy común en los niños pequeños, y le recetó unos medicamentos.
Sin embargo, el especialista les sugirió a los padres de la pequeña volver a llevarla al servicio médico si empeoraba. Una vez en casa, la madre notó que faltaba una pila de botón, por lo que se alarmó y se dirigió a urgencias. “Hicieron una radiografía y confirmaron que estaba allí e hicieron una cirugía de emergencia para quitar la batería”, dijo.
Publicada por Pray for Reese Hamsmith en Sábado, 14 de noviembre de 2020
“Una vez que se ingiere la batería, comienza a erosionarse y a quemarse’', le dijo Hamsmith, de 39 años, a Today Parents. “La ingestión de pilas de botón es mucho más común de lo que la gente se da cuenta”, explicó.
A pesar de las cirugías practicadas en la menor y del esfuerzo del personal médico, la pequeña Reese no pudo recuperarse y murió el 17 de diciembre de 2020.
La doctora Emily Durkin, directora médica de cirugía infantil en el Hospital de Niños Helen DeVos en Grand Rapids, Michigan, dijo que tragar pilas de botón puede causar lesiones graves en algunos niños, especialmente si estas se atascan en el esófago, puesto que esa zona del cuerpo tiene dos áreas que son estrechas y las pilas de botón se pueden quedar atrapadas.
“Si obtiene una pila de botón estrecha, plana, similar a un panqueque que se atasca en uno de estos estrechamientos naturales, entonces la pared frontal del esófago colapsa contra la pila de botón y la pared trasera”, dijo Durkin.
“Eso completa ese circuito y la corriente eléctrica realmente fluye a través de los tejidos del esófago. Y cuando eso sucede, comienza a matar los tejidos en la quemadura”, explicó. Esto, según la doctora, puede crear un agujero en el esófago, lo que puede provocar muchas complicaciones.
Publicada por Pray for Reese Hamsmith en Sábado, 14 de noviembre de 2020
Reese fue sometida a una cirugía de emergencia a finales de octubre y fue dada de alta tras unos días en el hospital. No obstante, la familia regresó luego de que empeorara nuevamente. “Descubrimos que se había creado una fístula, que es como un pasadizo”, dijo Hamsmith.
“Había un agujero quemado a través de su traquea y a través de su esófago. Cuando se formó ese túnel, estaba permitido que el aire fuera donde no necesitaba estar. La comida y las bebidas también iban a donde no necesitaban ir”, contó.
Por esta razón, los médicos decidieron volver a intervenir, para arreglar la fístula. A pesar de que la cirugía fue un éxito, tres días después la pequeña volvió a empeorar. Sus signos vitales se desplomaron y no resistió.