MUNDO
Una niña en Alemania estuvo siete años encerrada en una habitación; no veía ni la luz del sol
María fue el seudónimo puesto por las autoridades para proteger la identidad de la menor de edad a quien se le perdió el rastro en el año 2015.
La historia de horror que tuvo que vivir una menor de ocho años de edad tiene conmocionada a la sociedad alemana, luego de que en los últimos días se diera a conocer que durante siete años estuvo secuestrada en una habitación por su madre y sus abuelos.
María fue el seudónimo puesto por las autoridades para proteger la identidad de la menor de edad a quien se le perdió el rastro en el 2015.
Tras el nacimiento de María en el 2013 sus padres se separaron, sin embargo, el padre de la menor visitaba periódicamente a la niña como corresponde, y esto sucedió durante seis meses. Pero según reportó el diario Bild, la madre de la niña, identificada como Rosemarie G, se percató de que su expareja sostenía una relación sentimental con una mujer.
Esta razón la habría motivado a privar al padre para que volviera a saber de su hija. Rosemarie les dijo a las autoridades en este entonces que pretendía salir del país con la niña, sin embargo, tomó la decisión de esconderla en la casa de sus padres ubicada en Attendorn, Alemania.
Lo más leído
A pesar de ello, le hizo creer al padre de la niña que se encontraban radicadas en Italia, por lo que las cartas enviadas por el padre de la menor al supuesto lugar donde estaban viviendo llegaban de nuevo a Alemania sin abrir.
Cuando los trabajadores sociales se enteraron del caso intentaron investigar la posibilidad de que la mujer y la niña se encontraran en Alemania aún, pero los padres de Rosemarie G no le permitían el ingreso a nadie a su casa.
Al parecer un pariente anónimo les reveló a las autoridades que en esa casa podría estar la niña, testimonio con el cual las autoridades lograron una orden de allanamiento para registrar el inmueble el pasado 23 de septiembre. María se encontraba presa en su casa desde los 18 meses de nacida.
Aunque las autoridades no le encontraron signos de maltrato, era evidente que sus músculos están poco desarrollados, debido a la falta de actividad física de un niño normal. María les confesó a los trabajadores sociales que no conocía el bosque, ni el césped y que nunca ha viajado en automóvil.
La niña recibe atención psicológica debido a la situación de cautiverio a la que fue sometida, por el momento se encuentra en manos de una familia provisional a la espera de que se acople a una vida normal y se defina quién se hará a cargo de ella.
Por su parte, Rosemarie G podría enfrentar una pena de hasta diez años de cárcel, por el momento se encuentra a la espera de que le imputen los cargos correspondientes, también está por definir la responsabilidad de los abuelos de María en este caso.
Se arrepintió de la maternidad tras gastar miles de dólares
Una mujer que se identificó como Alice Mann ante medios locales habría pasado los últimos 10 años soñando con tener un bebé, sin embargo, tras no tener pareja y tampoco encontrar al hombre para criar a su pequeño, a sus 44 años decidió someterse a un procedimiento de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés).
Según recalcó el medio local Daily Mail, a mediados de los 30 la mujer tomó precauciones y congeló sus óvulos, sin embargo, en su primer intento tuvo un aborto espontáneo, por lo que en su segundo intento tuvo que realizar el procedimiento con un donante de óvulos, y sobre sus 44 años logró dar a luz a su bebé.
Sin embargo, tras el nacimiento del bebé todo cambió, le indicó al medio citado que no había sentido el “amor del que todos hablan”, cuando recién se lo pusieron en el pecho, pero tras admirarlo en casa se invadió de sentimiento al ver lo “perfecto” que era.
“Porque lo que sentí mientras miraba a este bebé que gritaba, el bebé que tanto, tanto, había deseado; el bebé en el que había invertido tantos años de mi vida y tanto dinero, supongo que alrededor de £ 100,000 en total (115.400 dólares aproximadamente), pero dejé de contar después de que llegué a las 50.000 libras esterlinas; al hacerlo realidad, no fue asombro. Era resignación, resentimiento, horror y miseria abyecta”, afirmó para el medio citado.