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¿Una salida cantada? Pedro Sánchez, presidente español, es favorito a perder el poder contra la derecha
Pedro Sánchez, actual presidente de España, se medirá el próximo domingo 23 de julio en las elecciones generales ante el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Pedro Sánchez inició su carrera política cuando se unió en 1993 al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), partido del cual es el líder actualmente. Durante su trayectoria, ocupó el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Madrid desde 2004 hasta 2009. Además, representó a la circunscripción de Madrid como diputado en el Parlamento español en dos periodos: primero, entre 2009 y 2011, y luego, desde enero de 2013 hasta octubre de 2017.
A su vez, asumió la presidencia de España en junio de 2018, luego de que su partido presentó una moción de censura exitosa contra Mariano Rajoy, quien era el líder del Partido Popular en ese momento. Además, asumió el cargo por segunda vez el 7 de enero y sigue ejerciendo actualmente, gracias a un acuerdo de coalición con el movimiento político Podemos, y ahora busca su tercer mandato popular.
El verano europeo es el escenario para esta contienda y supone el fin de Sánchez en su condición como jefe de Gobierno. Esto se empezó a develar en mayo del presente año, cuando se realizaron las elecciones municipales y autonómicas; allí se evidenció que el Partido Popular de Alberto Núñez resultó siendo el gran ganador del día con supremacía de votos en 28 capitales de provincia, superando sus propias cifras de 2019. Estos resultados obligaron a Sánchez a adelantar las elecciones legislativas para este 23 de julio.
En términos económicos, irónicamente, el Gobierno español marcha por buen camino, si se compara con sus vecinos europeos. Si bien la pandemia de la covid-19 debilitó la economía y cayó en 11,3 por ciento en 2020, ese terreno se ha venido recuperando con crecimientos de 5,5 por ciento, tanto en 2021 como en 2022, y 2,3 por ciento previsto para 2023 por el Banco de España.
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Sin embargo, este crecimiento no se ha reflejado en términos de los abastecimientos generales y arriendos residenciales. Si bien la inflación global disminuyó en junio, los precios de los abastecimientos aumentaron más del 10 por ciento en el último año. Estos cambios abruptos, en especial para los sectores menos favorecidos de España, no se le perdonan a la gestión de Pedro Sánchez.
Para contrarrestar dichas críticas, Sánchez les ha propuesto a los españoles transporte urbano gratuito para los jóvenes hasta los 24 años, la gratuidad de los estudios universitarios para aquellos que aprueben en su primer intento, una estrategia nacional para fomentar el “trabajo flexible” y la ampliación de la cobertura pública de servicios médicos, abarcando áreas como odontología, psicología, psiquiatría, fisioterapia y oftalmología.
Estas medidas buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y promover la igualdad de oportunidades en diversos aspectos clave de la sociedad. Otro factor que parece dar muestras de una hecatombe, radica en la época de los comicios, pleno verano europeo y vacaciones en la nación ibérica, un contexto sin precedentes.
A priori, según expertos, esto supone una grave afectación en los estimados de votación para Sánchez, que se está jugando sus últimos cartuchos en la captación de la población electoral ‘indiferente’ y que no se encuentra arraigada a ningún extremo político.
Sánchez anunció que acatará sea cual sea el desenlace este domingo: “Asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular”, afirmó el actual presidente. Para algunos, es una forma de preparar el terreno a lo que podría ser una clara derrota de su movimiento político en los comicios de este domingo, que podría ver como ganador al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo.
Parece inminente que la nación ibérica dará un nuevo vuelco hacia la derecha y seguirá los pasos de países de América Latina que han mostrado su descontento con mandatos de izquierda. No obstante, este cambio será una derecha mucho más recatada en principio, lejos de partidos radicales tanto de izquierda como de derecha, los cuales han usado el miedo de las personas para intentar consolidar estos temores y transformarlos en votos.