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Unión Europea le dirá adiós a los motores que consuman combustibles fósiles, ¿a partir de cuándo?
De los 27 países del bloque, apenas Polonia votó en contra, al tiempo que Bulgaria, Italia y Rumania se abstuvieron.
En un hecho histórico, los ministros de Energía de la Unión Europea dieron el lunes 27 de marzo luz verde definitiva a la prohibición de vender vehículos con motores de combustión, incluidos los de diésel, gasolina e híbridos, de aquí al año 2035.
El acuerdo se da después de que Alemania haya accedido a levantar su veto tras forzar un acuerdo con la Comisión Europea para aclarar el encaje que tendrán a partir de esa fecha los combustibles sintéticos.
Los 27 ya decidieron, en una reunión entre embajadores, incluir como punto sin discusión el acuerdo en el orden del día del Consejo de ministros de Energía de este martes, que finalmente han formalizado.
El fin de los motores de combustión fue el primer dosier del paquete climático que los 27 y el Parlamento Europeo lograron acordar en negociaciones que concluyeron en octubre de 2022 y que el pasado febrero recibieron el aval del pleno de la Eurocámara, quedando pendiente únicamente el último visto bueno formal por parte de las capitales.
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El acuerdo cuenta con el respaldo de Alemania, pero fue rechazado por Polonia, además de la abstención de Bulgaria e Italia (que reclamaba también una excepción de la norma a los biocombustibles), si bien con el cambio de Berlín este grupo de países ha dejado de tener peso suficiente para bloquear el acuerdo.
Durante la sesión pública de la reunión, Italia ha pedido que los biocarburantes también puedan incluirse, al igual que ha logrado Alemania con los sintéticos, en la categoría de combustibles neutros, a fin de contribuir a la descarbonización progresiva del sector.
El compromiso se materializó semanas después de que las reservas de Alemania se sumaran a las de Italia y obligaran a aplazar la votación sin nueva fecha, hasta que el pasado sábado el vicepresidente para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, anunció un acuerdo con Berlín para el levantamiento de su veto.
Las dudas de último momento de ambas delegaciones generaron inquietud en las instituciones, dado que podían poner en riesgo la adopción de la una norma que forma parte del paquete climático que la UE quiere impulsar esta legislatura para reducir, al menos, en un 55% las emisiones contaminantes del bloque en el horizonte de 2030 respecto a las de 1990.
La medida ya se aprobó en el pleno del Parlamento Europeo del pasado 14 de febrero, pero fue en las negociaciones entre Estados miembro donde Alemania mostró sus reticencias sobre un acuerdo entre instituciones que ya se acordó el pasado otoño.
Desde la Comisión Europea defienden que este encaje de los combustibles sintéticos no afectará al acuerdo cerrado ya entre el Parlamento Europeo y los Veintisiete en cuanto a la prohibición de comercializar los vehículos de combustión en la UE a partir de 2035, mientras que fuentes diplomáticas subrayan que lo importante ahora es evitar que este tipo de maniobras “debiliten” el funcionamiento de las instituciones europeas, ya que esta es la “verdadera preocupación”.
Este movimiento de última hora por parte de Berlín fue criticado también este martes en Bruselas por la vicepresidenta tercera ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que incidió en que no ha sido “bueno” ni “agradable”, por lo que espera que todos los Estados miembro hayan aprendido que esto no pueden sentar “un precedente que se utilice siempre”, ya que podría significar “tiempos difíciles” para Europa.
“Todos queremos construir Europa y respuestas europeas en cualquier situación, pero en particular en esta crisis”, señaló la ministra.
Ante este nuevo acuerdo, el ministro alemán de Transportes, Volker Wissin, celebró el lunes que “los vehículos con motores de combustión podrán matricularse después de 2035 únicamente si usan combustibles que sean neutrales en sus emisiones de CO2″.
*Con información de AFP y Europa Press.