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Unión Europea y China alcanzaron ambicioso principio de acuerdo sobre inversiones
La Unión Europea buscó durante años obtener un mayor acceso al enorme mercado chino, aunque las carencias de Pekín en materia de derechos humanos y estándares laborales eran un obstáculo.
La Unión Europea y China concluyeron este miércoles 30 de diciembre, “en principio”, las negociaciones por un ambicioso pacto sobre inversiones que abriría el mercado chino a las empresas europeas, a pesar de las preocupaciones sobre el historial de Pekín en materia de derechos civiles y laborales. El entendimiento político quedó sellado en una videoconferencia en la que participaron el presidente chino, Xi Jinping y los máximos líderes de la UE, Ursula von der Leyen (Comisión Europea) y Charles Michel (Consejo Europeo).
La videoconferencia también incluyó a los jefes de gobierno de Alemania y Francia, Angela Merkel y Emmanuel Macron. “Hoy la UE y China concluyeron en principio las negociaciones sobre un acuerdo de inversión. Para oportunidades comerciales y de negocios más equilibradas”, expresó Von der Leyen en Twitter.
L’UE a le plus grand marché unique au monde.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) December 30, 2020
Nous sommes ouverts aux affaires mais attachés à la réciprocité, la concurrence équitable et à nos valeurs.
🇪🇺et 🇨🇳 ont conclu un accord de principe sur les investissements, pour des échanges et des opportunités plus équilibrés. pic.twitter.com/mDZvLFgKYG
En una nota oficial, Von der Leyen y Michel indicaron que por este acuerdo China se comprometió a “trabajar en dirección de la ratificación” de las normas internacionales relativas al trabajo forzado, un aspecto crítico de la negociación. De acuerdo con Von der Leyen y Michel, este acuerdo ofrecerá a las empresas europeas un acceso “sin precedentes” al marcado chino y al mismo tiempo proporcionará “seguridad y predictibilidad” a esas empresas en sus operaciones. Este entendimiento “une a las partes en relaciones de inversiones basadas en valores, apoyados en principios de desarrollo sostenible”, señaló la nota. También “mejorará” el ámbito de la competencia para inversores europeos, al eliminar la transferencia forzada de tecnología y “otras prácticas distorsionadoras”, además de la “transparencia” en materia de subsidios.
De su lado, Xi dijo que el acuerdo proporcionará a inversores chinos y de la Unión Europea “un mayor acceso al mercado, elevados estándares en materia de ambiente de negocios, fuertes garantías institucionales y brillantes perspectivas para la cooperación”. El entendimiento de principio demuestra “la determinación y la confianza de China en promover una apertura de alto nivel”, añadió Xi.
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Today I chaired an EU-China Leaders’ Meeting with @vonderleyen and President Xi Jinping.
— Charles Michel (@eucopresident) December 30, 2020
EU remains committed to rules based international cooperation.
We welcome the political agreement achieved on negotiations on investment.
Press statement 👉 https://t.co/TPmMosS02o pic.twitter.com/ZMz3t41Ovh
En diálogo con “Financial Times”, Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, dijo que el acuerdo contenía “los resultados más ambiciosos que China haya acordado jamás con un tercer país” en términos de acceso al mercado, competencia leal y desarrollo sostenible. “Esperamos que las empresas europeas tengan más certeza y previsibilidad para sus operaciones”, dijo. “Tenemos algunos cambios muy bienvenidos en las reglas del juego, porque durante un largo periodo, las relaciones comerciales y de inversión con China han estado desequilibradas”.
Dombrovskis dijo al medio financiero que el acuerdo representaba una “nivelación” con Estados Unidos, que ya ha asegurado el acceso al mercado y los compromisos de igualdad de condiciones de China en el acuerdo de la “Fase 1” negociado por la administración Trump. “Tuvimos que ponernos al día aquí”, dijo, al agregar que la UE quiere “comprometerse muy de cerca con EE. UU.” en cuestiones comerciales. “No veo que el acuerdo de la Fase 1 o nuestro acuerdo integral sobre inversión obstaculicen esta cooperación de ninguna manera”, dijo.
Mientras tanto, John Ullyot, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., también citado por FT, dijo: “Nuestros aliados y socios están cada vez más de acuerdo en que el enfoque obvio cuando se trata con Beijing es ‘desconfiar y verificar’. Los mecanismos de aplicación y verificación son simplemente una ganancia de propaganda para el Partido Comunista Chino”.
La Unión Europea buscó durante años obtener un mayor acceso al enorme mercado interno chino, aunque las carencias de Pekín en materia de derechos humanos y estándares laborales eran un permanente obstáculo. Este entendimiento fue negociado durante siete años y la UE afirma que es el “más ambicioso” que se ha podido negociar hasta ahora con China. Entre tanto, miembros del Parlamento Europeo ya expresaron en Bruselas su insatisfacción, alegando que el acuerdo apenas se limita a aceptar que China haga esfuerzos para ratificar normas laborales internacionales.
Incluso, Valdis Dombrovskis admitió que el acuerdo no cierra las divergencias de la agenda bilateral. “Tenemos que ser realistas: este acuerdo no resolverá los desafíos que enfrentamos relacionados con China, que son muchos”, expresó. No obstante, añadió que el acuerdo “mantiene a China asociada a compromisos significativos en la dirección correcta, más de lo que haya aceptado antes”.
Reinhard Butikofer, responsable del comité del Parlamento Europeo dedicado a China, señaló que “los líderes de la UE saben que el lenguaje del acuerdo sobre estándares de trabajo forzado no vale la tinta con que fue escrito. No son estúpidos”. Además, las partes buscaron sellar un entendimiento político de principios sobre este acuerdo antes de la llegada del nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, a la Casa Blanca.
El presidente estadounidense saliente, Donald Trump, mantuvo una disputa comercial con China y Biden ya dejó claro que estaba atento a la postura de la Unión Europea con relación a esta cuestión. A partir de ahora, las partes se dedicarán al diseño y la redacción de los documentos legales, que aún deberán ser traducidos y ratificados por los estados antes de ser ratificados por el Parlamento Europeo.