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“Usted va a matar a alguien”: el fundador del OceanGate fue advertido de lo peligrosa que era la travesía del sumergible, pero no hizo caso. Estos son los detalles
Rob McCallum, explorador marino, le habría enviado correos al CEO de la empresa, Stockton Rush, quien falleció en el fondo del mar.
La fascinación por el Titanic llevó a cinco millonarios a embarcarse en una aventura que tuvo un trágico final. Los pasajeros a bordo del sumergible perdido el domingo cuando se dirigían en un viaje turístico a los restos del emblemático barco hundido en el Atlántico Norte hace más de un siglo, finalmente perdieron la vida después de que los restos encontrados mostraran una “implosión” de la nave, según la empresa propietaria.
Durante varios días, las autoridades costeras y órganos externos desplegaron un operativo para dar con el paradero del sumergible. Las horas jugaron en contra, debido a que, por cada minuto que pasaba, el oxígeno de la nave se iba acabando. Sin embargo, cuando encontraron partes de la nave, se empezó a confirmar el peor de los escenarios.
Por medio de una conferencia de prensa, el contralmirante John Mauger de la Guardia Costera de Estados Unidos, junto con la información que publicó la empresa OceanGate Expenditions, se le informó al mundo que la tripulación falleció. Igualmente, se señaló que dar con el lugar donde están los cuerpos sería una tarea casi imposible, pero sin descartar la posibilidad.
Luego de darse a conocer el fatídico desenlace del submarino, se empezaron a conocer más detalles sobre los integrantes de la tripulación. Daily Mail informó que el CEO de OceanGate, Stockton Rush, rechazó las advertencias que le había hecho el explorador marino Rob McCallum.
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La información indica que por medio de correos electrónicos, McCallum le habría indicado las advertencias a Rush, quien hizo parte de los tripulantes desaparecidos y posteriormente fallecidos en el submarino. Del mismo modo, el medio de comunicación británico indicó que el explorador marino calificó la insistencia del CEO como obstinada, al igual que los constructores del Titanic en el siglo XX.
El intercambio de correos electrónicos habría terminado cuando los abogados de la compañía responsable del submarino presuntamente amenazaron a Rush con emprender acciones legales si continuaba comunicándose con ellos. El explorador marino supuestamente le informó a Rush que llevar a cabo esta navegación en aguas profundas implicaría un riesgo inmenso que pondría en riesgo la vida de los pasajeros.
“Creo que potencialmente te estás colocando a ti y a tus clientes en una dinámica peligrosa”, le escribió en uno de los varios correos McCallum a Rush; “en tu carrera hacia el Titanic estás reflejando ese famoso grito: ‘Ella es insumergible”.
Esa misma advertencia llegó a los oídos del magnate Chris Brown, quien es amigo de Hamish Harding, otra de las personas que perdió la vida al fondo de mar. El multimillonario declinó la oferta en el último momento, luego de sentirse intranquilo con la falta de condiciones de seguridad y baja calidad a nivel técnico del sumergible.
Según The Sun, él pagó un depósito de diez mil dólares para estar en la tripulación. Sin embargo, cuando supo que la seguridad del sumergible no era la mejor, prefirió no hacer parte del viaje.
“Descubrí que usaban viejos postes de andamio como lastre del submarino y que sus controles se basaban en tipos de mandos para videojuegos”, declaró. Al percatarse de los inconvenientes que podía tener el sumergible con antelación, le envió un correo electrónico a los responsables de la logística para declinar el viaje y solicitar la devolución del dinero.
Igualmente, Brown señaló que había acordado anteriormente con su amigo Harding de ir juntos al Titán. En medio de una fiesta privada en la isla Necker del empresario Richard Branson en 2016, los dos amigos pagaron un depósito del 10 % para embarcarse en esa aventura. Para ese momento, el costo estaba en cien mil dólares, pero por causas ajenas el valor ascendió hasta los 250 mil dólares. Finalmente, el empresario desistió de acompañar a su amigo.