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Valdivia: las lecciones del mayor terremoto jamás registrado

Hace 60 años, Chile sufrió el terremoto de mayor magnitud registrado instrumentalmente en la historia. ¿Qué se aprendió de esa catástrofe? Mucho, dice el experto Marcelo Lagos.

Alianza DW
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22 de mayo de 2020
| Foto: UNITED ARCHIVES / TOP PHOTO / DW

Valdivia, una ciudad universitara del sur chileno conocida por su cerveza y la huella dejada por los colonos alemanes, tiene fama mundial entre los sismólogos: hace 60 años, el 22 de mayo de 1960, se registró allí el mayor terremoto del que se tenga registro instrumental. Se lo conoce como el terremoto de Valdivia, pero su área de ruptura fue de casi 1000 kilómetros de largo, de Concepción hacia el sur.

Marcelo Lagos, geógrafo, doctor en ciencias ambientales y académico de la Universidad Católica de Chile, no lo considera el peor terremoto de la historia, porque otros han causado mucho más daño. Como el de Haití, de magnitud 7.6, que mató a más de 300.000 personas en 2010. El de Valdivia dejó cerca de 2.000 víctimas fatales. Pero pasó a los anales como el de mayor magnitud, con 9.5.

Marcelo Lagos, Geograph (Privat)

Marcelo Lagos, geógrafo.

DW: ¿Qué particularidades tuvo el terremoto de Valdivia?

Se conmemoran 60 años del evento más grande registrado con instrumentos, lo que no quiere decir que en el pasado no ocurrieran eventos tan grandes. Pero este terremoto es muy particular. La forma como se medía la energía que liberan los terremotos no fue suficiente originalmente para calcular la liberada por el de 1960. Durante mucho tiempo se consideró que era de magnitud 8.6., porque por años se utilizó la escala de magnitud de ondas superficiales (MS) para caracterizar sismos en el mundo. El terremoto de Valdivia fue uno de los grandes eventos que indujo a científicos a tratar de proponer una nueva forma de entender estos terremotos tan grandes.

¿Se ha avanzado mucho desde entonces?

Cuando ocurrió el terremoto de 1960, todavía no pisábamos la Luna. La teoría de la tectónica de placas, que hoy día está en todos los libros, todavía no era aceptada internacionalmente. Recién se acepta en 1967, 68…

La cantidad de instrumentos que existía en el mundo, y paticularmente en Chile, en 1960, era de muy baja densidad.

Fue un terremoto muy grande, cuya magnitud fue malentendida al principio. Eso indujo a la creación de nuevas formas de evaluar la energía liberada por terremotos, y es así como en los años 70 se propone la escala de magnitud de momento (Mw), que hoy día permite medir la energía de los grandes terremotos y su magnitud.

Chile | Erdbeben in Valdivia 1960 (Getty Images/AFP)

Un enorme grieta en una calle de Valdivia.

¿Cómo se gestó el terremoto de Valdivia?

Para que ocurran eventos como ese, tiene que acumularse mucha energía. Y para eso tiene que transcurrir mucho tiempo. El 22 de mayo de 1960 se produjo un terremoto que acumuló energía por casi cuatro siglos. Todo indica que el real antecesor de este terremoto ocurrió en diciembre de 1575, en el centro-sur de Chile, cuando recién estaban llegando los españoles.

Lo interesante del terremoto de 1960 es que tuvo, en promedio, 20 metros de deslizamiento entre la placa de Nazca y la sudamericana. Y en algunos lugares alcanzó máximos de 40 metros. Para que ocurran deslizamientos de ese orden, tuvo que haber transcurrido mucho tiempo en que se acumuló energía que no fue liberada por otros terremotos que se produjeron en la zona.

¿Qué se aprendió de este terremoto?

Por ejemplo, fue el primer evento que proporcionó a los sismólogos evidencia inequívoca de las oscilaciones libres del planeta. Con un sacudón tan fuerte, el terremoto de 1960 permitió confirmar que el planeta puede llegar a vibrar como una campana y, gracias a la comprobación de ese proceso, se desarrolló toda una línea de investigación para entender cómo es la estructura interna de la Tierra.

Eso, a nivel científico, ¿pero qué se ha aprendido a nivel práctico?

Para 1960 ya teníamos en Chile una norma de diseño sismoresistente, que había sido desarrollada principalmente después del terremoto de Chillán, de 1939.  Cada vez que ocurre un terremoto en Chile, nuestras normas de construcción mejoran, y eso nos hace ser un país más resiliente.

Pero el terremoto generalmente no viene solo. A veces detona otros procesos naturales en cascada. En el caso del de 1960, desencadenó un tsunami que en pocos minutos inundó el borde costero, y que se propagó por todo el océano Pacífico. Cerca de 15 horas después impactó la isla de Hawái, y mató a 61 personas. Y, aproximadamente 23 horas después cobró la vida de 142 japoneses, en la costa pacífica de la mayor isla de Japón. En esa época no existía el sistema de alerta temprana de tsunamis del Pacífico.

En 1965 se creó el Pacific Tsunami Warning System, con sede en Hawái. Por lo tanto, hoy día, en la cuenca del océano Pacífico, los tsunamis que vienen de lejos, o tsunamis de campo lejano, no matan gente.

Chile | Erdbeben in Valdivia 1960 (Getty Images/AFP)

Una gran destrucción y 2.000 muertos dejó el terremoto de Valdivia.

Pero el peligro persiste. ¿Cuáles son las principales tareas pendientes?

En países como Chile, donde hay una normativa que permite convivir con los terremotos, es poco probable que sean muy destructivos. Son los otros procesos  naturales derivados los peligrosos. Hoy en día, el tsunami sigue siendo una de las principales amenazas en las costas de Chile y en todas las costas expuestas a este tipo de procesos, porque generalmente no tienen normativa, no hay cómo regular. A la gente le gusta estar cerca del mar. Puedo construir un hospital en zona de inundación, y nadie lo restringe. Porque como los tsunamis no ocurren todos los días, ni todos los terremotos generan tsunamis destructivos, generalmente las sociedades olvidan y privilegian otros intereses.

¿Por qué no se logra elaborar una herramienta de predicción de terremotos?

Los procesos que ocurren en el interior de la Tierra son más complejos de entender científicamente. Pero cada vez hay más información e investigaciones que permiten ir comprendiendo de mejor forma, y yo no pongo en duda que dentro de algunas décadas más, los terremotos van a ser pronosticados con cierto grado de precisión.