Esta fotografía de archivo del 19 de octubre de 2014 muestra al Papa Emérito Benedicto XVI cuando llega a la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (AP Photo/Andrew Medichini, FILE)
Esta fotografía de archivo del 19 de octubre de 2014 muestra al Papa Emérito Benedicto XVI cuando llega a la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (AP Photo/Andrew Medichini, FILE) | Foto: AP

MUNDO

Vaticano se pronuncia tras informe que acusa a Benedicto XVI de “encubrir” abusos

Un medio alemán divulgó una investigación que sostiene que Ratzinger “se abstuvo deliberadamente de sancionar el crimen”.

20 de enero de 2022

En un comunicado oficial, el Vaticano reiteró este jueves 20 de enero su “vergüenza” y “remordimiento” por los abusos sexuales contra niños en la Iglesia, tras la publicación de un informe en el que se acusa de “inacción” al papa emérito Benedicto XVI, documento que difundió un medio de Berlín sobre casos de abusos en Alemania.

La Santa Sede quiso “reafirmar su sentimiento de vergüenza y remordimiento por los abusos de menores cometidos por religiosos” y manifestó “a todas las víctimas su cercanía”, aseguró el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, tras subrayar que el Vaticano “no conoce el contenido” del informe independiente divulgado este jueves en Alemania.

El papa emérito Benedicto XVI fue duramente criticado por “encubrir” casos de abusos sexuales contra niños en la Iglesia católica alemana, en un esperado informe independiente publicado este jueves, reseñó la agencia de noticias AFP.

Benedicto XVI, que fue arzobispo de Múnich y Freising entre 1977 y 1982, no actuó en aquel momento contra cuatro eclesiásticos sospechosos de abusos de menores, dijeron los abogados de un informe ordenado por la iglesia.

En un documento transmitido a los letrados, el papa emérito -cuyo nombre civil es Josef Ratzinger- negó “estrictamente” cualquier responsabilidad, una posición que para los autores del informe “no es creíble”, declaró el abogado Martin Pusch.

Dos de los casos implican a clérigos que cometieron varios abusos probados, incluyendo por los tribunales, pero se les permitió seguir con sus obligaciones pastorales, según Pusch. Los expertos dicen estar convencidos de que Ratzinger estaba al corriente del pasado pedófilo del sacerdote Peter Hullermann.

Este vicario de Renania del Norte-Westfalia fue acusado en 1980 de graves abusos sexuales a menores. Las autoridades eclesiásticas lo trasladaron a Baviera, donde, a pesar de la terapia psiquiátrica, continuó con los abusos.

En 1986, un tribunal lo condenó a prisión condicional y fue nuevamente trasladado a otra ciudad bávara donde ofició como sacerdote durante unos veinte años hasta que habría reincidido. En 2010 finalmente se vio obligado a jubilarse.

Ratzinger negó conocer el pasado de este cura, cuyo caso causó gran revuelo en 2010, durante el pontificado de Benedicto XVI.

El papa emérito Benedicto XVI es acusado de encubrir a un sacerdote abusador cuando el expontífice era arzobispo en Múnich. Así se deja ver en una investigación del periódico alemán Die Zeit, que apunta a que Joseph Ratzinger aceptó la llegada de un sacerdote pederasta a su diócesis en la década de 1980.

En un documento eclesiástico que también citan otros medios alemanes se afirma que Benedicto XVI contribuyó a encubrir a un capellán condenado por abusos sexuales en ese momento. El capellán involucrado era Peter H., quien fue trasladado del obispado de Essen al de Múnich-Freising, después de haber abusado de varios menores de edad. La investigación sostiene que al tener conocimiento de estas acusaciones, los superiores del capellán, entre ellos Ratzinger, no pidieron esclarecer las denuncias, sino por el contrario le impusieron acudir a una terapia psicológica.

Según el periódico europeo, el entonces cardenal Joseph Ratzinger, en su condición de arzobispo de Múnich-Freising, tenía conocimiento de que el capellán había cometido abusos, pero aún así aprobó su traslado y no informó del caso al Vaticano, como habría sido su obligación, según un decreto extrajudicial del Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Múnich y Freising de 2016.

Tras el traslado aprobado por Ratzinger, el sacerdote continuó con los abusos, por los que fue condenado en 1986 a 18 meses de cárcel, hecho que llevó a los responsables eclesiásticos a trasladarle de nuevo, esta vez a Garching, en el sur de Alemania.

El semanario alemán dice que “Ratzinger se abstuvo deliberadamente de sancionar el crimen”, y añade que tanto el hoy papa emérito como el entonces titular de Essen y sus vicarios generales “no cumplieron con su responsabilidad hacia los niños y jóvenes confiados a su pastoral”.

*Con información de AFP.