ANÁLISIS

Venezuela: “Humo gris” en la OEA

El excanciller Julio Londoño analiza la Asamblea General de ese organismo que debía intentar resolver la situación del vecino país. Así evitó el gobierno de Maduro una resolución en su contra.

20 de junio de 2017
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, aseguró que de llegar a existir una resolución sobre la situación de su país no la reconocerían. | Foto: Fotomontaje SEMANA / Fotos: AFP y EFE

Como ahora todo es “histórico”, se había dicho que la asamblea general de la OEA que se celebra en Cancún, sería histórica. Sin embargo y aunque el tema de Venezuela es el que está sobre el tapete, todo parece indicar que no se va a ir más allá de expedir una resolución colmada de buenos y amistosos propósitos sobre la situación del país y de considerar temas como el de las medidas migratorias de Trump.

El intento de los cancilleres del continente de aprobar, al margen de la asamblea, un proyecto de resolución –que no pasaba de tener un carácter simplemente formal- ofreciendo sus buenos oficios para mediar en la crisis, pidiendo que se suspenda la convocatoria de la asamblea constituyente, se libere a los presos políticos y se cree un cronograma electoral, se frustró al no lograr los 23 votos requeridos para su aprobación.

Una sosa resolución de los países miembros de Caricom, que solicitaba el diálogo y la terminación de la violencia, tan solo logró nueve votos. Como siempre sucede en esos casos, seguramente durante la asamblea se aprobará un proyecto ‘intermedio’ con buenos propósitos, pero sin ninguna censura contra el gobierno de Maduro.

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Aunque Venezuela está en proceso de retiro de la organización, una vez más se evidenció que tiene la influencia necesaria para evitar una resolución en su contra. Con sus amigos y parte de los países de Caricom, logró nuevamente bloquear el proyecto que era promovido fundamentalmente por México y Perú.

Incluso, hace pocos días se había divulgado un documento en el que, supuestamente 700 congresistas de 18 países del continente, exigían a la OEA abandonar las acciones diplomáticas respecto a Venezuela. Daniel Ortega y otros colegas de Maduro, se pronunciaron en el mismo sentido.

El hecho de que una vez más no se hubiera logrado una resolución censurando la situación venezolana y en concreto a la asamblea constituyente, paradójicamente podría afianzar la convocatoria, no obstante, el generalizado rechazo que tiene entre la población venezolana.

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Aunque la locuaz canciller de Venezuela se retiró de la sesión, la delegación de su país –la de mayor número de representantes en la reunión– presentó como estrategia diez resoluciones sobre todo tipo de temas y se dedica al filibusterismo, como sucede frecuentemente en algunos congresos nacionales, con el ánimo de tratar de enredar hasta donde le sea posible la asamblea. De todas maneras, aunque la reunión hasta ahora se inicia, el fallido intento de la resolución auspiciada deja un sabor amargo entre los opositores venezolanos.

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Entre tanto, Maduro sigue nombrando generales y militares en actividad o en retiro para todo tipo de posiciones, sin perjuicio de que los nominados desconozcan palmariamente sus nuevas funciones: lo que interesa es tener a los militares “en el bolsillo”.

Es tanto el afán, que de pronto nombra a un general como presidente.

*Julio Londoño fue ministro de Relaciones Exteriores y Embajador de Colombia ante las Naciones Unidas. Actualmente es profesor de la facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario.