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Video | De admirar: niño sin una pierna sorprende a todos al jugar fútbol

Una fotógrafa fue quien captó la habilidad del menor en Santiago del Estero, en Argentina.

26 de enero de 2023
La escena fue captada por una fotógrafa deportiva, quien estaba en la zona para ver jugar a sus sobrinos.
La escena fue captada por una fotógrafa deportiva, quien estaba en la zona para ver jugar a sus sobrinos. | Foto: Sabrina Llado, Vía Twitter @RadioDelPlata

Un niño en Argentina ha despertado admiración más allá de su país luego de que, por casualidad, una mujer se percatara de su destreza para jugar fútbol, aún cuando no tiene una de sus piernas. Esa condición física no es ningún impedimento para que el menor demuestre su amor por el deporte y entregue lo mejor de sí en las canchas.

Sorpresa y admiración despertó la habilidad de un niño en las canchas.
Sorpresa y admiración despertó la habilidad de un niño en las canchas. | Foto: Sabrina Llado, Vía Twitter @RadioDelPlata

El video fue captado por Sabrina Llado, en Santiago del Estero, cuando terminó por llevarse una grata sorpresa que no dudó en dejar plasmada, dada la habilidad del menor con la pelota, en lo que se conoce como un ‘picadito’. “Fui a ver a mis dos sobrinos cómo jugaban a la pelota, y pasar un rato en la cancha, que es del barrio Sur”, dijo a Nuevo Diario.

Llado le contó a ese medio que, después de un rato en ese sitio, le llamó la atención la habilidad del argentino en el deporte, a pesar de estar con muletas y en lo que representa más que una muestra de superación. En el fragmento de video quedó captado cuando el balón estuvo en su poder lo dirigió con destreza e hizo un pase.

Los chicos parecían divertirse y “jugaban sin entenderse quién era el compañero de cada uno (...). Me llamó la atención el chico de muletas, porque recién cuando me acerqué bien me di cuenta de que le faltaba una pierna y pensaba que lo habían puesto a jugar simplemente para integrarlo”, dijo la fotógrafa deportiva.

La destreza en las canchas

Medios locales citaron las palabras de quien captó el icónico momento, inicialmente compartido en su cuenta de Instagram. En este no solo subrayó la habilidad del joven para jugar sin una pierna sino también las condiciones del lugar y las actitudes de otros compañeros.

“Unos descalzos, el otro con muletas, de media cancha, una planta llena de espinas, más de 22 chicos de todas las edades, no importa ni para qué lado jueguen... ¡Cómo van a convencerme de que la magia no existe!”, recopiló Rosario 3.

La escena fue presenciada en Santiago del Estero, Argentina (imagen de referencia).
La escena fue presenciada en Santiago del Estero, Argentina (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / Kevin Dodge

“Me puse a grabarlos como hago siempre, soy fotógrafa deportiva y me encanta siempre seguirlos y sacarles fotos; me asombré de ver la velocidad que tenía para correr: jugaba, quitaba, pateaba con una naturalidad que nunca había visto”, recogió por su parte, Todo Noticias.

Vendedor ambulante se graduó de la universidad

En principio, trabajó en diferentes actividades como limpiabotas, vendiendo helados y hasta en las minas. Sin embargo, un puesto informal en las calles fue con el que empezó a organizarse para responder con los cursos que tenía inscritos y terminar el colegio, pues sin la constancia de bachiller varias puertas se le habían cerrado.

Samuel Cardoso Brito, un hombre originario de Paraná, Brasil, se graduó a sus 52 años de la Universidad.
Samuel Cardoso Brito, un hombre originario de Paraná, Brasil, se graduó a sus 52 años de la Universidad. | Foto: professor_samuel_da_pipoca

“Solo tenía mi carrito de palomitas y un pequeño terreno, así que decidí apuntarme a un curso de EaD e irme al campo, ya que el costo de vida sería más bajo. Me mudé a Vila de Boa Vista do Cuçari, en el municipio de Prainha, para vender palomitas y así poder pagar mi curso”, dijo a Metrópoles.

Al terminar el colegio, continuó buscando cómo salir adelante y se inscribió en la Universidad, pero allí no terminó su sacrificio. Para asistir y cumplir con las clases debía viajar alrededor de 12 horas hasta que el diploma en sus manos fue la anhelada recompensa.