Video | Todo un guardián: caballo es el terror de los turistas en el Palacio de Buckingham, así ‘ataca’ a los infractores

Un caballo, miembro de la guardia del rey, es la sensación en redes sociales por tomarse con toda la seriedad del caso su trabajo como protector de la corona. El guardián no perdona a turistas y fotógrafos que no cumplen el reglamento establecido en el Palacio de Buckingham.

En las últimas horas, le da la vuelta al mundo un video en el que se observa uno de los últimos “actos de protección” realizados por el particular caballo, cuando un par de turistas posó para una fotografía en una zona prohibida del Horse Guards Parade.

Estas mujeres no contaban con que a tan solo centímetros de ellas tenían a uno de los guardines más estrictos de todo el palacio. El ejemplar, que era montado por un miembro de los Blues and Royals, con sus dientes tomó del cabello a la primera turista y la empujó hacia otro lugar.

El inesperado acto del caballo tomó por sorpresa a la mujer, quien no pudo ocultar la confusión por lo que acababa de suceder. Naturalmente, el peinado de la turista se echó a perder por completo.

En otro momento captado en cámara, se puede ver a otra mujer que ignoró las indicaciones y se paró justo al lado del caballo para que le tomaran una fotografía, pero no se esperaba la reacción del leal guardián.

En cuestión de segundos, el caballo giró su cabeza e intentó morder a la turista en su brazo derecho, claro está que no le hizo daño, pero sí fue una maniobra de advertencia para que guardara su distancia y evitara tomarse las fotos en el lugar.

Luego del susto, la mujer miró al caballo en estado de shock mientras que ponía su mano en el pecho y se alejaba del lugar.

Pero, ¿por qué hizo esto el caballo?, lo cierto es que las distraídas turistas no tuvieron en cuenta un letrero que tenían al frente en el que se leía la advertencia: “¡Cuidado! Los caballos pueden patear o morder”.

A pesar de los momentos de pánico vividos por ambas mujeres, el jinete nunca reaccionó ante el comportamiento de su caballo, su mirada siempre estuvo fija y su rostro no generó ningún tipo de señal, algo muy característico de la guardia real.

Los denominados “guardianes del monarca” representan la unión entre dos antiguos regimientos del ejército británico,The Life Guards y The Blues & Royal, según explica el Daily Mail.

Británicos favorables a la monarquía

Los británicos siguen mayoritariamente favorables a la monarquía, pero el apoyo al rey se resquebraja en los más jóvenes, según un sondeo publicado el lunes, a unos días de la coronación de Carlos III.

El sondeo, realizado por el instituto YouGov a mitades de abril y en línea, revela que un 58% de los 4.592 británicos interrogados cree que un monarca es mejor que un jefe de Estado elegido democráticamente.

Aunque en su mayoría, los británicos siguen apoyando a la monarquía, el respaldo disminuyó. En 2012, cerca de tres cuartos de los británicos prefería un monarca a un político elegido democráticamente, según otro sondeo realizado por YouGov por los 60 años de reino de la monarca Isabel II.

Un 78% de los mayores de 65 años es favorable a la monarquía, una cifra que cae al 32% para los 18-24 años. En esta franja de edad, un 38% desea un jefe de Estado elegido por elecciones y un 30% declara no tener opinión.

Un 78% de los jóvenes encuestados también afirma que no tienen interés por la familia real. Otro sondeo realizado a mediados de abril indicaba que cerca de dos tercios de los británicos no están interesados por la coronación que tendrá lugar el 6 de mayo.

Un 59% de los más jóvenes cree que el rey Carlos III está “desconectado” de la ciudadanía. El mismo sentimiento prevalece para un 45% de los británicos.

El coste que podría suponer la coronación, que no se conoce de momento, ha desatado una oleada de críticas en un país con un 10% de inflación. Pese a todo, un 54% de británicos cree que la institución sigue siendo positiva para el país y aporta más de lo que cuesta, aunque los más jóvenes se muestran de nuevo más escépticos (40%).

*Con información de AFP.