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Viruela del mono: ¿por qué la OMS quiere cambiarle el nombre a la enfermedad?

“No es una enfermedad que realmente pueda atribuirse a los monos”, explicó el virólogo Oyewale Tomori, de la universidad Redeemer en Nigeria.

22 de junio de 2022
OMS cita a reunión urgente por propagación mundial de la viruela del mono
Hace algunos días, la OMS citó a reunión urgente por propagación mundial de la viruela del mono | Foto: Getty Images / Mixmike

Las discusiones en torno a un cambio de nombre de la viruela del mono, que algunos países y expertos consideran humillante, han empezado bajo el impulso de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Habrá “anuncios lo antes posible” sobre ese cambio, aseguró la semana pasada el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. El objetivo no es solamente cambiar el nombre del virus, presente ya en más de 40 países, sino de sus diferentes cepas.

Esas cepas son nombradas a partir de regiones o países africanos donde son localizadas por primera vez. Por ejemplo, la cepa de África occidental, o la de la cuenca del Congo (más mortífera). A principios de junio una treintena de científicos, buena parte de ellos africanos, publicaron una carta abierta en la que exigían cambiar esa nomenclatura para que “no sea discriminatoria ni estigmatizante”.

Según esos científicos, teniendo en cuenta que desde mayo una nueva versión del virus circula por el mundo, debería ser denominado simplemente hMPXV (h por humano).

Además, denominar la enfermedad viruela del mono implica relacionarla básicamente con países africanos, critican algunos expertos. ”No es una enfermedad que realmente pueda atribuirse a los monos”, explicó a la AFP el virólogo Oyewale Tomori, de la universidad Redeemer en Nigeria.

Cuáles son los síntomas y cómo se transmite la viruela del mono | BBC Mundo

La enfermedad fue descubierta por científicos daneses en los años 1950 en monos enjaulados en laboratorios. Sin embargo, los animales que transmiten la enfermedad en la vida real son más bien los roedores.

El continente africano ha sido históricamente relacionado con grandes pandemias. “Lo vimos ante todo con el sida en los años 1980, o el virus del Ébola en 2013, y luego con el covid y las supuestas ‘variantes sudafricanas’” explicó a la AFP el epidemiologista Oliver Restif.

“Este es un debate más amplio y está relacionado con la estigmatización de África”, denunció.

Este experto critica incluso las imágenes que son utilizadas por los medios de comunicación para ilustrar las noticias en torno a la viruela del mono. Se trata a menudo de “viejas fotografías de pacientes africanos”, cuando en realidad los casos actuales “son mucho menos graves”, aseveró.

La mayoría de los casos confirmados se sitúan en Europa (1.773, o 84 %). Le siguen el continente americano (64 casos, 3 %), el Mediterráneo oriental (14 casos) y el Pacífico occidental (siete casos). Pero la OMS considera probable que el número real de casos sea superior, porque el virus pudo estar “circulando sin ser reconocido durante algún tiempo (...) que puede remontarse a 2017″, en regiones donde no se lo había señalado antes.

VIRUELA MONO: La OMS confirma más de 1.600 CASOS y convoca a la COMISIÓN de EMERGENCIAS | RTVE

En el actual brote, la mayoría de los casos se reportan a “hombres que tienen relaciones sexuales con hombres”. La gran mayoría de ellos no había estado en países africanos donde el virus tiene carácter endémico.

Cabe recordar que la viruela del mono, u ortopoxvirus símico, fue identificada en humanos en 1970 y es considerada menos peligrosa que la viruela, de la misma familia, erradicada en 1980. Se trata de una enfermedad rara, provocada por un virus transmitido por animales infectados, pero en el brote actual, la transmisión entre humanos se ha vuelto preponderante.

La enfermedad puede causar fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y fatiga. Luego aparecen erupciones (en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies), lesiones, pústulas y finalmente costras. Pero sus síntomas suelen desaparecer al cabo de dos o tres semanas.

*Con información de AFP.

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