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Vladimir Putin: misterios de una vida clandestina llena de riqueza y amoríos con bellas mujeres
El presidente ruso es reconocido como una de las personas más poderosas del mundo. Sin embargo, los detalles de su vida personal vagan en un ambiente lleno de secretos e intriga.
Ha transcurrido casi una semana desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara el inicio de “operaciones militares” en Ucrania. El conflicto ha derivado en bombardeos, pérdidas humanas, desplazamiento masivo de ciudadanos en busca de refugio, daños a infraestructura, movilizaciones en todo el mundo en rechazo de la guerra y una oleada de sanciones económicas contra Rusia.
La situación actual que protagonizan estos países de Europa del Este ha hecho que el mundo dirija su mirada hacia una de las figuras políticas más importantes de la era actual: Vladimir Putin. Sobre el presidente de la Federación de Rusia no se conocen muchos detalles relacionados con su vida privada.
Se sabe que tiene 69 años y practica deportes de combate como el sambo y el judo, además, juega tenis y disfruta del esquí. Sin embargo, su historial destaca, especialmente, por los cargos de poder que ha desempeñado desde muy joven. Por ejemplo, es exagente del Comité para la Seguridad del Estado (KGB), fue presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Alcaldía de San Petersburgo, director del Servicio Federal de Seguridad, secretario del Consejo de Seguridad Nacional, primer vicepresidente del Gobierno Federal y actual presidente de la Federación Rusa, desde 2012, cargo que ya había ejercido entre 1999 y 2008, convirtiéndolo en el líder más longevo desde la ruptura de la Unión Soviética.
Un artículo escrito por Rebekah Koffler, exoficial de la Agencia de Inteligencia de Defensa y publicado por New York Post, reveló un historial alterno a la carrera política de Putin, específicamente relacionado con los secretos de una vida clandestina, llena de lujos, misterios y “una riqueza incalculable”. Vladimir Putin se presenta como un símbolo de otechestvo, o la patria rusa misma, por lo que en cada aparición pública, ya sea mediante un discurso, fotografías o ruedas de prensa, centra su mensaje en que el presidente ruso “es un hombre del pueblo”. De hecho, este fue uno de sus argumentos para invadir Ucrania: proteger a sus ciudadanos de enemigos extranjeros y nacionales, así como “expulsar a los nazis ucranianos” y frustrar los genocidios contra rusos en Donbas.
Sin embargo, según menciona Koffler, autora del libro Putin’s Playbook: Russia’s Secret Plan to Defeat America (El libro de jugadas de Putin: el plan secreto de Rusia para derrotar a Estados Unidos, en español), todo esto se trataría de una fachada, la cual Putin ha construido durante más de 20 años. Bajo su imagen altruista, entonces, en realidad estaría un “dictador egoísta y de sangre fría”, cuya vida ha permanecido en la clandestinidad.
Supuesto romance con una gimnasta
En abril de 2014, luego de que Rusia invadiera Crimea, también en Ucrania, el Kremlin informó que Vladimir Putin había formalizado el proceso de divorcio con su esposa del momento, Lyudmila Shkrebneva. Este matrimonio tuvo una duración de 30 años y, según el diario norteamericano citado, habría llegado a su fin porque “como muchos zares rusos, Putin mantenía una relación extramatrimonial y no quería ser limitado por una familia tradicional”.
La mujer con quien el presidente ruso se habría involucrado paralelamente a su matrimonio se llama Alina Kabayeva, gimnasta rítmica rusa, quien ganó medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Su apariencia es cautivadora, no solo destaca por su irrefutable talento, sino también por su belleza. Aunque el Kremlin ha negado que dicha relación realmente haya ocurrido, rumores citados por Koffler indican que Putin de casó con la deportista -31 años menor que él- y tienen hijos gemelos.
En ese sentido, su última relación formal y plenamente conocida por el mundo fue con su exesposa, Lyudmila Shkrebneva, quien, además, fungió como primera dama del país. Si bien Putin ha insinuado que tiene una relación romántica, también exigió que dicha información permanezca “fuera de los límites” del dominio público. Vale la pena mencionar que los medios de comunicación rusos, en su mayoría bajo el control directo del Gobierno, tienen prohibido cubrir la vida personal de Vladimir Putin.
En relación con el supuesto romance con Alina Kabayeva, Koffler reseña que, en 2008, un periodista preguntó a Putin sobre los rumores de una supuesta boda con la gimnasta. La respuesta fue contundente: “Siempre me disgustaron aquellos obsesionados con las fantasías eróticas que meten sus narices llenas de gripe en la vida de otras personas”, dijo el presidente de la Federación de Rusia.
El fruto de una aventura con una “limpiadora convertida en millonaria”
Kabayeva no habría sido la única relación extramatrimonial de Putin mientras todavía estaba casado con Lyudmila Shkrebneva. De acuerdo con el medio citado, existen rumores sobre una supuesta aventura con una mujer llamada Svetlana Krivonogikh, la cual habría ocurrido durante su primer mandato (1999-2008). Aunque no hay mucha información sobre ella, Koffler menciona que se trata de “una limpiadora que luego se convirtió en millonaria”.
El resultado de la supuesta aventura habría sido una hija llamada Elizaveta Krivonogikh, también conocida como Luiza Rozova, nombre con el que aparece en Instagram, donde cuenta con más de 91.000 seguidores. Aunque esta información tampoco ha sido reconocida por el Kremlin, llama la atención que de las 206 fotografías publicadas en el perfil ninguna muestra plenamente su rostro, sin embargo, algunos comentarios hechos por otros usuarios -especialmente en el contexto actual- la señalan de ser hija de Putin.
La fortuna de un zar
De acuerdo con la información publicada en New York Post, Vladimir Putin recibe oficialmente un salario de entre 115 mil y 225 mil dólares al año como jefe de estado de Rusia. Sin embargo, su riqueza representaría una cifra astronómica de entre 100 mil y 200 mil millones, lo que lo convierte en uno de los líderes más ricos del mundo, incluso, superando a magnates como Bill Gates, Elon Musk o el propio Jeff Bezos, quien lidera la lista Forbes 2021 de los hombres más ricos del mundo.
Bill Brody, un financiero estadounidense que dirigió una de las mayores firmas de inversión en Rusia en 1996-2005, testificó ante el Comité Judicial del Senado en julio de 2017 que Putin había “acumulado 200 mil millones de ganancias mal habidas”. Esta fortuna, según dice el medio citado, estaría escondida en paraísos fiscales en el extranjero, invertida en propiedades de lujo dentro y fuera del país, y distribuida entre cuentas de familiares y amigos de confianza.
Precisamente, la propiedad más lujosa de Vladimir Putin está en el mar Negro y contó con un presupuesto cercano al billón de dólares para su construcción. Este “palacio”, supuestamente, alberga un spa, sala de cine, una casa de té, una bodega, su propio casino, una discoteca, helipuerto, pista de hockey, gimnasio, piscina, una iglesia, un inodoro chapado en oro, entre otras excentricidades.
Time to send some cruise missiles to Putin's $1.4 billion Black Sea palace he paid for with money he stole from the Russian people.
— Mrs. Betty Bowers (@BettyBowers) February 24, 2022
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Otras lujosas propiedades pertenecientes a Putin incluyen una villa en el sur de Francia y un apartamento de un millón de dólares Mónaco, vinculados a su exesposa Lyudmila y a una supuesta examante del mandatario ruso, respectivamente. A la lista le sigue un un superyate de tres cubiertas, un barco de 100 millones de dólares llamado Graceful.
Sobre el origen de la incalculable riqueza de Vladimir Putin, Koffler explica en su artículo que, supuestamente, proviene de una “empresa mafiosa en la que otorga protección a los oligarcas que ocupan todas las principales empresas rusas en industrias clave, como el petróleo y el gas. Mantiene a los capitalistas recién acuñados en el poder, y estos le dan millonarias sumas de dinero a cambio”.