VENEZUELA
¿Vuelve y juega? Nicolás Maduro negociaría con la oposición
Nicolás Maduro dice estar listo para sentarse a dialogar con la oposición de su país en México, en agosto, pero no le pone fecha exacta. Para Juan Guaidó, el mandatario está alargando el proceso para debilitar a sus detractores con miras a las elecciones regionales de noviembre. Son más de diez los diálogos fallidos hasta ahora entre las partes en el país vecino.
Esta vez la pelota está en el campo del presidente Nicolás Maduro. La posibilidad de un diálogo de paz y reconciliación entre el oficialismo y la oposición en Venezuela podría darse en agosto si el presidente así lo decide. Maduro dice estar listo para enviar una delegación a México para sentarse a negociar con representantes opositores con el apoyo del reino noruego, pero parece más bien alargar un proceso al que se han sometido los venezolanos más de diez veces.
La idea de retomar el diálogo entre el Gobierno y la oposición fue de Juan Guaidó. En mayo de este año sorprendió al invitar al oficialismo a buscar una salida negociada a la crisis política que vive esa nación y que arrastra con ella a la economía, la moral y, en pandemia, la salubridad de los venezolanos.
Su propuesta, Acuerdo de Salvación Nacional, incluye presentar un frente unido como oposición con apoyo de la comunidad internacional. Consiste de cinco puntos: la convocatoria de elecciones libres, el ingreso de vacunas y ayuda humanitaria, la liberación de los presos políticos, el levantamiento progresivo de sanciones y garantías democráticas.
Guaidó llevaría como valor añadido algo de unión de la oposición concentrada en el llamado G-4, que incluye cuatro partidos detractores del Gobierno y el respaldo de Henrique Capriles, dirigente del partido Primero Justicia.
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Esta semana se conocieron los puntos en la agenda de diálogo del oficialismo. Durante una entrevista con el medio venezolano Telesur, el presidente Maduro dio dos noticias: primero, que las conversaciones en México pueden ser en las próximas semanas y dejó claras sus peticiones.
“Levantamiento inmediato de todas las sanciones y medidas coercitivas unilaterales”, dijo el mandatario chavista; “reconocimiento pleno de la Asamblea Nacional y los poderes del país y la devolución de cuentas bancarias a Petróleos de Venezuela y el Banco Central de Venezuela”. Dio a entender que Estados Unidos sería parte de esa negociación, aunque no está claro su rol, y dio la bienvenida al reino noruego como acompañante. También participaría España, en representación de los países europeos.
El jefe de Estado aseguró que su acercamiento con sus detractores avanza bien, aunque no ofreció detalles, “del uno al diez, hemos llegado a nueve (haciendo referencia a los avances de la negociación), en los próximos días se llegará a un acuerdo definitivo… Yo les he dicho a sus representantes que después de 20 años de intentos por destituir la revolución no les ha funcionado. Hoy estamos más fuertes que nunca”. También se supo que en representación del oficialismo en la mesa estarían Héctor Rodríguez, gobernador del estado de Miranda, y Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional.
María Corina Machado, exdiputada opositora y líder del partido Vente Venezuela, asegura, en conversación con SEMANA, que lo que busca Maduro es ganar tiempo en el poder.
“Cuando pide levantar las sanciones deja en evidencia que no es un diálogo para la salida del régimen, sino para la quedada del régimen”. Estados Unidos ha dado señales de que estaría dispuesto a aliviar gradualmente las sanciones y dio una muestra de eso al permitir, a mediados de julio, envíos de gas licuado de petróleo, usado mayormente para cocinar. Si bien el país vecino cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, según Maduro no tienen cómo venderlo.
“Nosotros estuvimos 14 meses, por primera vez en 100 años, sin vender una gota de petróleo en el mundo producto de esta oposición que ha pedido sanciones contra Venezuela”. Para Machado, las sanciones son el resultado de la violación a los derechos humanos, “¿van a quitar las sanciones antes de que se vaya el régimen? Es decir, ¿le van a dar legitimidad para que siga saqueando capitales y violando la libertad de expresión?”. Para la política, hay algo más allá de lo que el Gobierno deja ver, “¿detrás de maduro quién está? Está el régimen cubano, iraní, ruso, turco y las guerrillas colombianas y los carteles de la droga”.
Según Machado, las condiciones para llegar a un acuerdo deben de ser otras. “Primero, la liberación de todos los presos políticos, desmontar la ilegítima Asamblea Nacional y devolvernos la libertad de expresión, nada de eso se está dando en Venezuela”.
Su primera exigencia se da justamente cuando ha incrementado la detención de opositores del Gobierno como Freddy Guevara y Javier Tarazona, director de FundaRedes. Mientras varias ONG en ese país dicen que hay más de 300 presos políticos, la justicia venezolana asegura que son criminales culpables de crímenes como terrorismo y traición a la patria. “Yo no descarto que lleguen a un acuerdo”, dice sobre el posible encuentro en México, “pero lamentablemente el resultado será insatisfactorio para Venezuela y para Colombia, pues el destino de Colombia está ligado al nuestro”.
Juan Guaidó insiste en la necesidad de elecciones justas en su país como un primer paso para restablecer la democracia. Sin embargo, con el Consejo Nacional Electoral, compuesto mayormente por chavistas, no hay garantía de que las próximas elecciones del 21 de noviembre sean transparentes.
A su juicio, la participación de partidos opositores en los comicios en los que se elegirá a los gobernadores de los 23 estados del país y los alcaldes de los 335 municipios es una estrategia de Maduro para debilitarlos como bloque político.
“Entendemos que las elecciones regionales no son una solución a nuestro conflicto, lo que necesitamos son elecciones presidenciales”, dijo por medio de un comunicado. Por su parte, Maduro se felicita por lograr que algunos detractores se hayan sumado a la contienda; que otros ya llaman fraude, pues varios de los posibles candidatos de la oposición están inhabilitados, exiliados o presos. “Toda la oposición va a participar”, dijo el mandatario, “vamos a una megaelección, una tremenda elección para el país y felicito a todas las oposiciones”.
La pelota está en el campo de Maduro, pues la oposición está lista para sentarse a hablar. Es difícil saber cuál será la dinámica en la mesa de negociación a donde llegan con dos posturas distintas.
El Gobierno busca una salida a su crisis económica, las sanciones lo están ahogando. Y posibles voceros como Guiadó estarían pidiendo elecciones justas a un régimen ilegítimo que además le exige que lo reconozca. Mientras tanto, los venezolanos, literalmente, mueren de hambre, la pandemia no les da respiro y creen cada vez menos en sus instituciones, por eso es válido preguntarse ante este nuevo intento de diálogo, ¿será que solo vuelve y juega?