Atlas del Nazismo
Walter Rauff, el sanguinario nazi inventor de las cámaras de gas que se refugió en Ecuador
Alrededor de 250.000 judíos fueron asesinados por culpa de este letal método, sin embargo, por refugio del Gobierno de Pinochet, su inventor jamás pagó un solo día de cárcel.
El inventor de las cámaras de gas móviles, que dirigían los gases del tubo de escape al interior de una cabina hermética de pasajeros causando la muerte en quince o veinte minutos, vivió en Ecuador de 1949 a 1958. Se llamaba Walter Rauff y fue uno de los muchos criminales de guerra nazis que jamás tuvo que enfrentar la justicia.
Los vehículos fueron empleados para asfixiar judíos en la Unión Soviética, Polonia, Yugoslavia, Lituania, Estonia y Latvia. Se cree que unos 250.000 judíos perecieron con el letal invento. Poco se sabe de la década en que vivió en Ecuador este comandante de las SS. Cuando se marchó a Chile, Rauff fue capataz de una planta de carne de cangrejo enlatada en la sureña Punta Arenas.
Murió en Santiago en 1984 de 77 años poco después de una visita a Chile del director general del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, que solicitó al gobierno de Augusto Pinochet que Rauff fuera expulsado para ser sometido a juicio.
El Gobierno se negó, afirmando que Rauff había vivido pacíficamente en Chile durante veinte años desde cuando en 1963 la Corte Suprema de Justicia denegó su extradición a Alemania con base en que los delitos estaban prescritos. Rauff dijo entonces ante la Corte Suprema que al finalizar la guerra vivió escondido durante año y medio en conventos de la Santa Sede.
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Un capitán de las SS, Alfons Sassen, condenado en ausencia por un tribunal holandés por crímenes de guerra, también se refugió en Ecuador. Se dedicó a los negocios.
Su hermano, el periodista Willem Sassen, también holandés y también de las SS, emigró a Argentina, donde fue amigo de Adolf Eichmann y grabó entrevistas con él a lo largo de varios años. Un artículo basado en las entrevistas se publicó en 1960 en la revista Life, después de la captura de Eichmann.
Allí Eichmann señaló: “Si hubiéramos matado todos los diez millones de judíos que calcularon los estadísticos de Himmler en 1933, yo podría decir: ‘Bien, destruimos a un enemigo’”. Otro de los importantes partidarios del nazismo en el país fue Walter Giese.
Giese fue el principal espía nazi en Ecuador. La inteligencia militar lo contrató desde antes de la invasión a Polonia. Con otro informante, Heinrich Loerchner, enviaba detalles sobre los barcos angloamericanos que navegaban por la costa del Pacífico y sobre la cooperación militar y naval entre Ecuador y Estados Unidos.
Giese consiguió en 1941 una verdadera primicia. Como tenía contactos en el Gobierno, obtuvo copia de un memorando secreto del presidente Carlos Arroyo del Río a su ministro de Relaciones Exteriores, Julio Tobar Donoso, fechado unos días después del ataque a Pearl Harbor, en el que quedaba claro que Ecuador rompería relaciones diplomáticas con Alemania; al finalizar la reunión de cancilleres en Río de Janeiro en enero de 1942, en efecto así ocurrió.
Fue una de sus últimas misiones, pues el Gobierno desde antes lo había declarado persona non grata. En enero de 1942 partió hacia Chile y Argentina y en abril hacia Europa. Su colega siguió enviando información sobre cargamentos de minerales por un tiempo, pero luego fue detenido y enviado junto con otros alemanes a un campo de internamiento en Carolina del Norte por el remanente de la guerra.