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Xi Jinping pide a Europa abstenerse de interferir en los asuntos internos de otros países
Las palabras del mandatario chino tienen lugar meses después de que la Unión Europea sancionó a algunos funcionarios chinos tras la publicación de un informe de la ONU, en el que destaca violaciones de Derechos Humanos en la región de Xinjiang, de mayoría uigur.
El presidente chino, Xi Jinping, afirmó este jueves que China y Europa deben mantener el respeto por los asuntos internos y las principales preocupaciones de cada uno, haciendo un llamado a la Unión Europea para que no se entrometa en sus intereses básicos.
“Es esencial respetar las principales preocupaciones e intereses de la otra parte, especialmente la soberanía, la independencia y la integridad territorial, y abstenerse de interferir en los asuntos internos de la otra parte, con el fin de preservar conjuntamente la base política de las relaciones China-UE”, afirmó Xi durante una reunión en Pekín con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
“China y Europa difieren en historia, cultura, nivel de desarrollo e ideología. Es natural que los dos lados tengan diferentes puntos de vista en algunos asuntos. Deben mantener la comunicación y la coordinación de manera constructiva”, continuó el mandatario chino, haciendo hincapié en que la Unión Europea no debería entrar en sus asuntos.
Las palabras de Xi tienen lugar meses después de que la Unión Europea sancionó a algunos funcionarios chinos tras la publicación de un informe de la ONU en la que destaca violaciones de Derechos Humanos en la región de Xinjiang, de mayoría uigur.
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China da señales de alivio en estrategia contra la covid tras protestas
En un discurso el miércoles ante la Comisión Nacional de la Salud (CNS), la viceprimera ministra Sun Chunlan dijo que la variante ómicron del virus se debilita y la vacunación está en aumento, según la agencia noticiosa oficial china Xinhua.
Ante ello, dijo Sun, hay una “nueva situación” que requiere “nuevas tareas”.
Sun, considerada figura clave en la respuesta de Pekín a la pandemia, no citó la política de cero covid, lo que sugiere un posible alivio en la estrategia que ha golpeado a la economía y la vida cotidiana de la población.
El enojo con la política anticovid de China, que incluye estrictos confinamientos, generó protestas en grandes ciudades como Pekín, Shanghái y Cantón.
Pekín pidió mano dura ante las manifestaciones, pero autoridades también han dado señales de un relajamiento en la estrategia antivirus.
Pruebas PCR menos frecuentes
Pekín anunció una relajación en cuanto a los tests PCR. Las personas de la tercera edad y aquellos que estudien o trabajen a distancia ya no deberán someterse a pruebas diarias, señaló Xu Hejian, portavoz del gobierno municipal.
Los habitantes deberán, no obstante, presentar una prueba negativa de menos de 48 horas para entrar en los lugares públicos.
En Cantón, un importante centro manufacturero donde la noche del martes se dieron enfrentamientos entre policías y manifestantes, anunció el levantamiento de un confinamiento de semanas pese a registrar cifras récord de contagios.
Aunque las cifras alcanzan récords, los contagios son ínfimos en relación con la población. El jueves se señalaron 35.800 casos, entre una población de 1.400 millones de habitantes y con una inmensa mayoría de casos asintomáticos.
Los comentarios de Sun y las reglas más blandas en algunas localidades “podrían indicar que China comienza a considerar el fin de la estricta política de cero covid”, según analistas.
“Creemos que las autoridades chinas están cambiando a una postura de ‘convivir con la covid’, como lo reflejan las reglas que permite a la gente aislarse en casa en lugar de ser llevada a centros de cuarentena”, dijeron en una nota analistas de ANZ Research.
“Señal de debilidad”
Al acercarse al tercer aniversario de la detección de la pandemia en la ciudad central de Wuhan, la dura política de China contra el virus generó protestas como no se habían visto desde el movimiento prodemocracia de 1989.
Un mortal incendio la semana pasada en Urumqi, capital de la región noroccidental de Xinjiang, catalizó la furia de la población que consideró que las víctimas quedaron atrapadas dentro del edificio en llamas por las restricciones anticovid.
Pero los manifestantes también exigen reformas políticas y algunos llegaron a pedir la renuncia del presidente Xi Jinping.
El estricto control informativo en China y las restricciones de desplazamiento han dificultado verificar el número de manifestantes en las protestas en todo el territorio.
Es raro que China registre manifestaciones a lo largo del país, como ocurrió el fin de semana.
El movimiento prodemocracia de 1989 terminó con derramamiento de sangre cuando intervinieron los militares, en especial en la Plaza Tiananmen de Pekín y sus alrededores.
El miércoles falleció el expresidente chino Jiang Zemin, quien asumió el poder justo después de la matanza de Tiananmen.
Al ser consultado sobre las protestas en una entrevista con NBC News, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo que en cada país la población debe poder “expresar sus frustraciones” mediante protestas pacíficas.
“Estados Unidos debería responder seriamente a las necesidades de su propia población y ocuparse bien de sus propios asuntos”, replicó el jueves Zhao Lijian, portavoz de la Cancillería china.
*Con información de Europa Press.