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“Yo siento que estoy viva por Dios y por la Virgen”: Cristina Kirchner evoca solidaridad del Papa
La vicepresidenta de Argentina, el pasado 1 de septiembre, fue víctima de un intento de homicidio en Buenos Aires.
La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, evocó este jueves 15 de septiembre la solidaridad que recibió por parte del papa Francisco, luego de que hace dos semanas fuera víctima de un atentado a las puertas de su casa en Buenos Aires, del cual resultó ilesa.
“El papa Francisco me llamó bien tempranito al otro día. El viernes (2 de septiembre) tempranito me llamó, estuvimos hablando por teléfono y me dijo algo así como que los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio”, manifestó la alta funcionaria ante representantes de la Iglesia católica que trabajan en barrios pobres.
Asimismo, Kirchner agregó: “Yo siento que estoy viva por Dios y por la Virgen, realmente. Así que me pareció que si tenía que agradecer a Dios y la Virgen, tenía que hacerlo rodeada de curas de los pobres, de curas villeros y de hermanas laicas y religiosas”.
Además, la vicepresidenta manifestó: “No quiero hablar de ese día”. Acto seguido, defendió las reuniones realizadas en la sede del Congreso.
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Por otra parte, el pasado miércoles 14 de septiembre, un comerciante fue arrestado debido a sus vínculos con otros tres acusados por el fallido atentado contra Kirchner.
La policía arrestó a Nicolás Gabriel Carrizo, quien había aparecido en una entrevista por televisión junto con Brenda Uliarte (23 años), otra detenida, a quien los investigadores señalan como instigadora del intento de magnicidio cometido aquella noche.
Los medios coincidieron en publicar un mensaje por móvil de Uliarte a Agustina Díaz (21), también detenida, en la que dice textualmente: “Mandé a matar a Cristina”.
Las fuentes no precisaron la edad de Carrizo, comerciante de copos de algodón de azúcar, pero se halló en su móvil que estaba enterado del ataque y de los movimientos del grupo.
Las dos veces presidenta (2007-2011 y 2011-2015) recibía aquella noche el apoyo de centenares de partidarios en la puerta del edificio donde reside en el barrio Recoleta de Buenos Aires.
El principal detenido es la pareja de Uliarte, el chofer de vehículos públicos Fernando Sabag Montiel (35 años), quien apuntó y gatilló una pistola calibre 32 a escasa distancia de la cabeza de Kirchner, pero la bala no se disparó.
La pistola estaba cargada con cinco balas, pero se comprobó que Sabag Montiel no manipuló la corredera para colocar la bala en la recámara. Fue reducido por militantes que rodeaban a Kirchner hasta que llegó la policía y lo detuvo.
Finalmente, la justicia comprobó que los detenidos mantenían vínculos. Sabag Montiel usa tatuajes neonazis y Uliarte participó en manifestaciones antiperonistas y antigobierno con guillotinas, antorchas y bolsas mortuorias.
Alberto Fernández revela que él era el siguiente objetivo
El presidente argentino, Alberto Fernández, reveló hace pocos días que la pareja que intentó sin éxito asesinar a la vicepresidenta Cristina Fernández lo tenía a él como siguiente objetivo.
“Se conocieron las conversaciones de los inculpados y hablaban del fallido atentado contra Cristina y hablaban [de] que el próximo soy yo”, ha explicado el presidente en una entrevista con la televisión española Telecinco. “Es una banda de sinvergüenzas capaces de hacer semejante atrocidad”, ha apuntado.
El mandatario ha recordado el intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner como “un momento de conmoción para todos”. Lo sucedido “no debe hacer pensar que eso es la Argentina”, afirmó. Sin embargo, Cristina “está entera” y Fernández destacó que en Argentina, después de la última dictadura, “no ha habido crímenes de naturaleza política”.
“La imagen es muy dura, porque es la imagen de alguien gatillando dos veces, gracias a Dios sin suerte, a veinte centímetros de la cabeza de Cristina”, apuntó. “No nos debe hacer pensar que eso es la Argentina. Es una banda de sinvergüenzas que son capaces de hacer semejante atrocidad”, añadió.
Fernández reconoció que “en circunstancias como esas”, en las que una “multitud” se manifestaba en la calle, “todos los sistemas de seguridad fallan”. “Cuando alguien está dispuesto a poner en riesgo su vida y su libertad, para lograr su objetivo, es muy difícil predecirlo”, explicó.
*Con información de la AFP.