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Zelenski propone intercambiar a magnate detenido, cercano a Putin, por ucranianos presos
El magnate Viktor Medvedchuk fue capturado en las últimas horas, según informó el Gobierno ucraniano.
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ofreció en las primeras horas del miércoles un intercambio entre el magnate cercano al Kremlin Viktor Medvedchuk, detenido en Kiev tras escapar del arresto domiciliario, por ucranianos presos en Rusia.
“Propongo a la Federación de Rusia intercambiar a este tipo vuestro por nuestros chicos y chicas que están ahora en cautividad rusa”, dijo Zelenski en un video colgado en Telegram.
Las autoridades ucranianas habían anunciado el martes la captura del destacado empresario ucraniano, muy cercano al presidente ruso Vladimir Putin, que había desaparecido días después de la invasión de las tropas de Moscú, el 24 de febrero.
Horas antes, Zelenski compartió en redes sociales una fotografía en la que aparece esposado el magnate.
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“Se ha realizado una operación especial gracias al Servicio de Seguridad de Ucrania. Bien hecho”, añadió el mandatario en su publicación en la que se ve a Medvedchuk con esposas y vestimenta militar sentado en una silla.
El líder prorruso estaba bajo arresto domiciliario desde hace más de un año acusado de traición. Sin embargo, a finales de febrero, poco después de la invasión rusa de Ucrania, se anunció que había escapado.
Medvedchuk es una de las personas más ricas del país y su figura es muy controvertida por sus estrechos vínculos con Putin, que es el padrino de su hija pequeña.
Las autoridades ucranianas impusieron el año pasado un paquete de sanciones contra Medvedchuk y otros políticos prorrusos, incluida su mujer, en el marco de una investigación sobre la financiación del terrorismo.
Kiev informó entonces que todos los bienes de estos opositores se encuentran sujetos a sanciones durante un período de tres años.
Biden acusa a Putin de genocidio
Entre tanto, este martes el presidente Joe Biden elevó el tono contra Rusia, usando por primera vez la palabra “genocidio”.
Primero lo hizo indirectamente, en un discurso sobre la inflación en Iowa donde aseguró que el precio del carburante no debería “depender de si un dictador declara la guerra y comete un genocidio en la otra punta del mundo”.
A una nueva pregunta de periodistas sobre el uso de la palabra, ratificó después: “Sí, lo llamé un genocidio (...) Está cada vez más claro que Putin está simplemente tratando de borrar la idea misma de poder ser ucraniano”.
En una conferencia en el Extremo Oriente de Rusia con su principal aliado, el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, Putin reprochó a Kiev la “falta de coherencia” que impedía hacer avanzar las negociaciones de paz y calificó de “información falsa” el hallazgo de decenas de cadáveres de civiles en Bucha, cerca de la capital ucraniana.
Esta ciudad tomada durante semanas por las tropas rusas apareció sembrada de cadáveres con ropas de civiles que Ucrania y los países occidentales atribuyen a Moscú como posibles crímenes de guerra, aunque el Kremlin asegura que es un montaje.
Su alcalde, Anatoly Fedoruk, aseguró que más de 400 personas fueron encontradas muertas y 25 mujeres fueron violadas. La localidad se prepara ahora para acoger nuevamente a sus residentes que huyeron de los combates.
“Lo que encontrará la gente en sus casas es impactante y van a recordar a los ocupantes rusos durante un tiempo muy largo”, dijo.
Estas denuncias de atrocidades han empujado a todavía más civiles a abandonar las zonas orientales del país, donde persisten los intensos bombardeos rusos y las tropas ucranianas se preparan para un inminente asalto ruso.
“Según la información que tenemos, el enemigo casi ha completado sus preparativos para un asalto en el este. El ataque tendrá lugar muy pronto”, advirtió el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksander Motuzianik.
En Washington, un alto funcionario del Pentágono confirmó que las fuerzas rusas se estaban concentrando alrededor del Donbás, cerca de la ciudad de Izum, uno de los blancos de los ataques aéreos rusos.
“La batalla por las regiones de Donetsk y Lugansk es un momento crucial de la guerra”, declaró en Telegram Andriy Yermak, jefe del gabinete presidencial, en referencia a las dos provincias del Donbás donde Kiev combate contra rebeldes prorrusos desde 2014.
En las zonas bajo ocupación, las tropas rusas buscan que la actividad vuelva a la normalidad. En Volnovaja, una ciudad casi en ruinas, una escuela reabrió con la reproducción del himno ruso para los alumnos, vigilados por soldados armados.
Y en las que todavía no han llegado las tropas de Moscú, como Kramatorsk o la vecina Sloviansk, los civiles apuran las últimas posibilidades de escapar antes de la llegada de los combates.
“Lo que está pasando es inhumano, (Putin) es un fascista. No sé cómo llamarle, el diablo encarnado”, decía Valentina Oleynikova, jubilada de 82 años que huía de Kramatorsk con su marido.
Más de 4,6 millones de refugiados ucranianos han huido de su país desde que Putin ordenó la invasión, según la Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados. A ellos se suman más de 7 millones de desplazados internos.
*Con información de la AFP.
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