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Zelenski se niega a rendirse ante Rusia en la ciudad de Bajmut: “ningún lugar de Ucrania puede ser abandonado”
Los ucranianos han agotado en Bajmut muchos de los recursos del ejército ruso.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski ordenó este lunes 6 de marzo reforzar la defensa de Bajmut, ciudad que se ha convertido recientemente en el epicentro de los combates. El mandatario cierró con esta orden, los rumores sobre una posible retirada de Ucrania frente a las tropas rusas, que buscan cercar esta ciudad simbólica, al este del país.
“He pedido al Estado Mayor que encuentre las fuerzas apropiadas para ayudar a los hombres en Bajmut”, dijo Zelenski en su habitual mensaje de las noches, en el que afirmó que “ningún lugar de Ucrania puede ser abandonado” en manos rusas.
La localidad, de unos 70.000 habitantes antes de la guerra, se ha convertido en un símbolo de la lucha entre rusos y ucranianos por el control de la región industrial del Donbás, debido a la duración de la batalla y a las grandes pérdidas sufridas por ambos bandos.
Un consejero de la presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, declaró a la AFP que “hay consenso entre los militares sobre la necesidad de seguir defendiendo la ciudad y (seguir) agotando a las fuerzas enemigas”.
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Podoliak precisó que de momento no se ha tomado ninguna decisión sobre una eventual retirada ucraniana de esta ciudad. Pero en caso de que las tropas ucranianas decidan replegarse, la defensa de Bajmut habrá sido “un gran éxito estratégico”, aseguró.
Según él, “la defensa de Bajmut alcanzó sus objetivos”, al agotar a las fuerzas rusas y dar tiempo al ejército ucraniano de formar “decenas de miles de soldados, con los que preparar una contraofensiva”.
Un alto responsable ucraniano, que habló bajo condición de anonimato, afirmó a su vez que dadas las posiciones de las tropas de Kiev cerca de Bajmut, “es imposible asediar la ciudad”.
El cerco
Las tropas rusas han avanzado en las últimas semanas al norte y al sur de la localidad, cortando tres de las cuatro rutas de suministro ucranianas y dejando como única vía de salida de Bajmut la que conduce más al oeste, a Chasiv Yar.
Aunque algunos analistas cuestionan su importancia en el conflicto, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) cree que su defensa sigue teniendo “sentido estratégico” porque “sigue agotando los efectivos y el equipamiento rusos”.
El desespero del Grupo Wagner
Por parte rusa, el jefe del grupo paramilitar Wagner, Evgueni Prigozhin, acusó por segunda vez en menos de dos semanas al ejército ruso, de no enviar munición suficiente a sus mercenarios.
Según él, el retraso solo puede deberse a dos razones, “burocracia ordinaria o traición”.
“Si Wagner se retira ahora de Bajmut, todo el frente se derrumbará”, dijo en un video publicado el fin de semana.
El mes pasado, Prigozhin lanzó duras críticas contra el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y contra el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, acusándoles de cometer una “traición” al negarse a suministrar municiones a Wagner.
El ministro Shoigú visitó la martirizada ciudad de Mariúpol, devastada por el largo asedio de su ejército el año pasado. Según el ejército ruso, Shoigú inspeccionó las obras de reconstrucción de la ciudad portuaria.
En su tercera visita a la zona de conflicto, el ministro se presentó en un centro médico, un centro de rescate y una nueva zona residencial con 12 edificios.
El gobierno ruso anunció a mediados del año pasado un plan para reconstruir Mariúpol en tres años.
Por otra parte, el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, pidió una investigación de la Corte Penal Internacional (CPI) tras difundirse un video en el que aparece, según él, un prisionero de guerra ucraniano ejecutado por soldados rusos.
“Es imperativo que (el fiscal de la CPI) Karim Khan lance una investigación inmediata sobre este odioso crimen de guerra”, dijo.
Con información de AFP