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Alerta en Alaska: supuestos espías chinos querían infiltrarse en las bases militares norteamericanas
La guerra mediática que han tenido China y Estados Unidos no parece tener un fin en donde ambos salgan bien librados.
Estados Unidos y China mantienen un altercado constante, principalmente económico y militar, el cual tiene al mundo pendiente de cualquier movimiento entre estas dos superpotencias. Diferente a la guerra entre Rusia y Ucrania, la batalla que libran Washington y Pekín no ha llevado a un escalamiento bélico sino solo a suposiciones y provocaciones.
Aún así las alertas siguen constantes entre ambos países debido a que toda acción cuenta. Desde maniobras aéreas, como provocación política con temas sensibles como el de la soberanía de Taiwán, el espionaje es uno de los métodos por los cuales estos gobiernos pueden generan confrontaciones mayores a las habituales.
La frontera estadounidense más septentrional ha sido protagonista de un supuesto hecho de espionaje. La base militar Fort Wainwright, ubicada en Fairbanks, a kilómetros de las ciudades más pobladas de Alaska, ha sido el lugar donde presuntos espías chinos, que se hacían pasar por turistas, intentaron ingresar con el fin de obtener información relacionada con el gigante americano.
Los soldados que estaban de guardia en la base militar dieron a conocer que habían visto un carro que había pasado a gran velocidad y que se pasó un puesto de control, además de que reportaron encontrar un dron dentro del vehículo. Los turistas afirmaron que se habían perdido mientras estaban conduciendo y observando el paisaje del Estado comúnmente conocido como ‘La última frontera’.
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Alaska es un territorio fundamental para Estados Unidos ya que, además de ser el más grande, este espacio maneja operaciones sensibles de carácter militar para estar alerta de cualquier movimiento sospechoso proveniente de Rusia, China o Corea del Norte, adversarios históricamente conocidos de la unión americana, y con quien, al menos con Rusia, comparte frontera.
Este caso de presunto espionaje llegó a los oídos de la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, quien dijo: “Nos tomamos muy en serio la seguridad de nuestra gente en nuestras instalaciones’'. Agregando: “Siempre vivimos con la posibilidad de intrusión en nuestras instalaciones, por lo que trabajamos muy duro para asegurarnos, junto con las autoridades estatales y locales y otros, de que esas bases e instalaciones estén protegidas de amenazas”.
Finalmente, Hicks precisó: “Tomamos muchas medidas para hacer eso. Y nos aseguraremos de que podamos continuar protegiendo nuestra instalación para que nuestra gente pueda realizar sus misiones”. Aunque la subsecretaria no fue la única entre los altos mandos de seguridad estadounidense que se refirió a casos de espionaje.
La subsecretaria adjunta de defensa para el Ártico y resiliencia global en el Pentágono, Iris Ferguson, ya había expresado en septiembre del año pasado que ‘’(Pekín) “ Ha estado tratando de insertarse en el Ártico”, además de aseverar que: “Estamos muy atentos a su actividad y queremos asegurarnos de que nuestros intereses estén protegidos en la región”.
Por su parte, el director el FBI Christopher Wray, expresó en el pasado abril que: ‘”No hay duda de que la mayor amenaza a largo plazo para las ideas de nuestra nación, nuestra seguridad económica y nuestra seguridad nacional es la que plantea el gobierno comunista chino”.
El senador republicano de Alaska, Dan Sulivan, ha calificado los informes que se han realizado de la seguridad nacional como ‘’Otra llamada de atención de que estamos en una nueva era de agresión autoritaria dirigida por dictadores en China y Rusia. También es otro ejemplo de cuán importante es Alaska para la defensa nacional de Estados Unidos”.
Plasmado desde el inicio de la pandemia, China y Estados Unidos han tenido roces diplomáticos, económicos y de seguridad, sin importar que el partido sea Demócrata o Republicano, la moderada relación que manejan estas dos naciones es compleja.