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Atención | Buque destructor de Estados Unidos ingresa al estrecho de Taiwán; China entra en máxima alerta con sus tropas
La tensión en esa región sigue en alza tras un operativo denominado “libertad de navegación”.
Luego de los continuos ejercicios militares en el estrecho de Taiwán por parte del Ejército de China, Estados Unidos puso en tránsito por este lugar uno de sus buques destructores.
El barco militar estadounidense cruzó el estrecho en un operativo denominado “libertad de navegación”.
El Milius pasó “por aguas donde se aplican la libertad de navegación y del sobrevuelo acorde con el derecho internacional”, sostuvo el comunicado de la Séptima Flota de la Marina.
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En respuesta, China dijo que había rastreado un buque de guerra estadounidense que transitó por el estrecho de Taiwán, y acusó a Washington de “exagerar públicamente” su paso.
El portavoz militar chino, coronel Shi Yi, dijo en un comunicado que “las tropas del país permanecen en alto nivel de alerta y defienden con determinación la soberanía y la seguridad nacionales, así como la paz y la estabilidad regionales”.
La Séptima Flota de la Marina de Estados Unidos compartió el lunes 17 de abril imágenes en Twitter de tripulantes mirando al estrecho, una ruta crucial para el comercio marítimo mundial.
“El barco transitó por un corredor del estrecho que está fuera de aguas territoriales de cualquier estado costero”, agregó la Marina, según la cual el recorrido evidenció el compromiso estadounidense con una región Asia Pacífico libre y abierta.
“Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos vuelan, navegan y operan donde el derecho internacional lo permita”, sostuvo.
En el último día de las maniobras, el Milius navegó por aguas reivindicadas por Pekín en el mar de China Meridional. Pekín calificó esa operación como una intrusión ilegal realizada “sin la aprobación del Gobierno chino”.
Se revela que Taiwán no tiene la capacidad de contrarrestar a China
Debido a los documentos clasificados que se dieron a conocer hace unos días por un ciudadano estadounidense, allí quedó claro que apenas la mitad de los aviones de combate taiwaneses están listos para operar en un contexto de conflicto, por lo que China tendría muchas más opciones de imponer una superioridad aérea de lo que se creía.
Además, el análisis estadounidense recogió que las propias autoridades taiwanesas dudan de su capacidad para “detectar con precisión los lanzamientos de misiles”.
De hecho, la actual doctrina taiwanesa de disparar dos misiles antiaéreos por objetivo “estaría comprometida en caso de un gran volumen de disparos” de misiles balísticos de corto alcance chinos lanzados desde plataformas múltiples móviles. Así mismo, los militares taiwaneses entrenan para disparar a un solo objetivo estático.
El Ministerio de Defensa de Taiwán siempre ha manifestado que respeta las opiniones externas, pero asegura que sus sistemas han sido “cuidadosamente construidos sobre la base de las amenazas hostiles”.
Sin embargo, Estados Unidos sigue haciendo presencia mostrando su apoyo incondicional a la isla de Taiwán, país que China considera como parte de su territorio y que ha prometido retomar su control algún día, así sea por medio de la fuerza, tal como aseguró hace unos meses el presidente chino Xi Jinping.
La amenaza de Pekín, un refuerzo para la identidad de Taiwán
La amenaza de Pekín, que dura desde hace décadas, reforzó la identidad de los 23 millones de habitantes de la isla, explica Rick Lai, estudiante de Historia.
“Este sentimiento de inseguridad hace que los taiwaneses sean más conscientes de lo que son”, abunda este hombre de 22 años.
Alrededor del 60 % de los habitantes se siente claramente taiwanés, más del triple que en los años 1990, según un sondeo reciente. El apego a la identidad china ha caído drásticamente, del 25 % a menos del 3 %. Y un tercio se siente taiwanés y chino a la vez.
Solo un poco más del 1 % de los taiwaneses desea que la isla se unifique con la China continental. Y una inmensa mayoría rechaza la idea de pasar bajo el control del Partido Comunista Chino.
“Taiwán es Taiwán”
La oposición a Pekín no es la única razón que impulsa esta identidad nacional taiwanesa, analiza Sydney Yueh, investigadora especializada en Taiwán en la Universidad de Misuri.
En su opinión, es la fuerza de las instituciones y las libertades sociales de la isla la que permite a los habitantes considerar su modo de vida diferente, incluso superior, al de los chinos.
Ciertos taiwaneses consideran que su vínculo histórico con China no se puede ignorar y afirman que la democracia de la isla es lo único que los diferencia. Algunos comentarios pro-China suscitan temor de cara a las elecciones presidenciales del año que viene.
“Estoy preocupado por nuestro propio cambio de gobierno. Nuestros dirigentes políticos, por ejemplo, ¿se identificarán con Taiwán?”, se pregunta Thousand Hung, de 20 años.
Para Sam Chen, vendedor de 50 años, la identidad de Taiwán ya está grabada a fuego.
“Pueden pensar que les pertenecemos, pero somos distintos y diferentes (...) Ya somos independiente”, reitera.
“Taiwán es Taiwán, China es China”, zanja.
*Con información de la AFP.