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Condenan en Estados Unidos a un exoficial del Ejército colombiano por narcotráfico
Tanto el colombiano como sus cómplices intentaron enviar cargamentos de entre 1.000 y 10.000 kilos de cocaína
El pasado 27 de abril del 2022, la Jurisdicción Especial Para La Paz, emitió un documento en el que después de un extenso análisis del caso de Fabian Humberto Tovar Caicedo, quien era solicitado por Estados Unidos para ser extraditado, argumentó los delitos por los que era requerido por la justicia norteamericana.
La JEP había solicitado al Gobierno de Colombia, que de ser aprobada la extradición de este exoficial del Ejército Nacional, se le respetaran las prerrogativas inherentes a su condición de procesado para que “que se le garantice el acceso a un proceso público sin dilaciones injustificadas”.
Según la JEP “entre finales de 2017 y principios de 2019, Tovar Caicedo se reunió en varias ocasiones con miembros de la organización de narcotráfico para coordinar un esfuerzo colaborativo por enviar cargamentos de cocaína por vía marítima”.
El señor Tovar Caicedo junto con otros miembros de la organización de narcotráfico solicitaron la ayuda de un funcionario de seguridad portuaria en el Puerto de Santa Marta para ayudar a sacar la cocaína clandestinamente por el puerto, este funcionario resultó siendo un policía encubierto, según la Jurisdicción Especial para la Paz.
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Esta y varias pruebas más, hicieron que el exoficial fuera finalmente extraditado y condenado a 12 años de prisión en las últimas horas por narcotráfico, según lo informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Tovar Caicedo ofreció servicios a la organización a cambio de dinero, como proporcionar policías en el Puerto de Santa Marta (Colombia) para facilitar la exportación de cocaína, recomendarle que usara los mismos teléfonos que la agencia antidrogas estadounidense (DEA) y ayudarle a encriptarlos, afirma el Departamento de Justicia en un comunicado. Además intentó venderle una lista de colaboradores de la DEA.
El colombiano es el quinto en ser condenado como parte de una vasta investigación sobre miembros de las fuerzas armadas y la policía nacional de Colombia, señala el comunicado.
Los demás son: José María Fragoso D’Acunti, Fabian Andres Leyton Vargas y Antonio Aldemar Avila Acevedo, todos condenados a 12 años de prisión. Y José Mauricio Castañeda Garzón, sentenciado por su parte a siete años y cuatro meses de cárcel.
Leyton Vargas, usó su cargo de oficial de la Fuerza Aérea Colombiana en el Ministerio de Defensa “para identificar y contactar a oficiales de seguridad y policías en el Puerto de Santa Marta para solicitar sobornos”, asegura el gobierno estadounidense.
Una vez que estos funcionarios recibieran el pago, se asegurarían de que los contenedores cargados de cocaína pasaran sin inspección por el puerto.
Usando este método, Leyton Vargas, junto con Ávila Acevedo y Castañeda Garzón, intentaron enviar miles de kilos de cocaína a Estados Unidos, pero la policía colombiana los confiscó antes de que pudieran salir del puerto.
Según la JEP, “la organización de narcotráfico se valía de varias empresas “de fachada” que participaban en negocios aparentemente legítimos, para ocultar cargamentos de cocaína al combinarla con exportaciones legítimas, entre ellas frutas, papel y otros productos, y para obstaculizar de otro modo las investigaciones policiales de la organización narcotraficante”.
De esta manera, Tovar Caicedo, apoyaba la organización de narcotráfico al reclutar funcionarios portuarios corruptos en el Puerto de Santa Marta para asegurar los cargamentos marítimos de cocaína, según la JEP.
La semana pasada, durante una reunión en la Casa Blanca, el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo colombiano Gustavo Petro se comprometieron a redoblar “esfuerzos en materia de reducción de demanda” y ampliar la cooperación “en inteligencia e interdicción para desarticular las redes”.
Petro es crítico con la guerra antidrogas respaldada por Estados Unidos y propone centrarse en el consumo más que en la producción. Según Petro, al finalizar la reunión, “quedó bien entendido que una cosa es fumigar una mata y a unos seres humanos, que son débiles económicamente, y otra cosa es perseguir el empresariado del narcotráfico”, para lo que pidió más embarcaciones, lanchas y drones.
Con información de AFP*