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Cumbre Estados Unidos - Unión Europea: la armonía tiene sus límites
En la segunda cumbre UE-EE. UU., con el presidente Biden presente, se quiere demostrar unidad, pero en cuestiones económicas no se consigue del todo. Cada parte tiene sus propios intereses. Desde Bruselas informa Bernd Riegert.
Si el presidente del Consejo de la Unión Europea, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se salen con la suya, la reunión que sostendrán en la Casa Blanca con el presidente estadounidense Joe Biden será una nueva prueba de armonía transatlántica. Existe un “nivel de cooperación sin precedentes”, afirman con entusiasmo los diplomáticos de la UE antes de la reunión, que tendrá lugar este 20 de octubre.
Esto se aplica sobre todo a la política exterior y de seguridad, donde ambas partes coinciden en ayudar a Ucrania en su lucha contra Rusia, así como en apoyar a Israel en su defensa contra el terror de Hamás. Juntos quieren frenar las crecientes ansias de poder de China, avanzar hacia el sur global y mantener a raya a Irán y Corea del Norte.
Según la Casa Blanca, Joe Biden espera con impaciencia la visita europea para trabajar juntos en la transición hacia una economía de energías limpias, pero las cosas se ponen más complicadas cuando se trata del comercio transatlántico.
¿Seguirán congelados los aranceles punitivos?
En comparación con Donald Trump, la Unión Europea ha hecho grandes progresos con Joe Biden. Trump impuso aranceles al acero y al aluminio procedentes de Europa. Biden, al menos, ha dejado en suspenso estos aranceles. Sin embargo, las negociaciones para eliminarlos no se cerraron antes de la cumbre.
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La controvertida Ley de Reducción de la Inflación (IRA), con la que el Gobierno de Washington busca distribuir 370.000 millones de dólares en subvenciones ―a lo largo de diez años― a empresas estadounidenses para impulsar las inversiones en energías y tecnologías verdes, ha generado un menor impacto del temido en la UE. Economistas del think tank “Bruegel” de Bruselas han constatado en un estudio que los temores de la UE sobre la ley estadounidense eran probablemente exagerados. Al fin y al cabo, la UE también utiliza subvenciones masivas para atraer empresas.
Podría haber un avance político en las negociaciones sobre compras en conjunto de tierras raras y minerales. Sin embargo, EE. UU. y la UE siguen enfrentados por las nuevas normas para las grandes empresas de Internet y el uso de la inteligencia artificial. Mientras la UE insiste en normas más estrictas, Biden defiende un planteamiento más liberal.
¿El TTIP 2.0 como acuerdo comercial global?
Las negociaciones sobre cuestiones comerciales continuarán tras la cumbre de Washington. Sin embargo, lo que sucederá tras noviembre de 2024 es incierto. “No sabemos quién será presidente de Estados Unidos después de las elecciones”, dicen los diplomáticos de la UE, encogiéndose de hombros cuando se les pregunta si hay una estrategia a largo plazo en caso de que Trump vuelva a la Casa Blanca.
Los dos mayores bloques comerciales del mundo necesitan un acuerdo comercial global, afirma Holger Görg, del Instituto de Economía Mundial de Kiel. “Tras las crisis mundiales (pandemias, guerras) y las crecientes tensiones geopolíticas, parece bastante aconsejable ampliar las relaciones comerciales. EE. UU. es ya uno de los socios más importantes de la UE. El inicio de las negociaciones sobre un acuerdo de libre comercio sería una buena oportunidad”, dice el experto.
Hubo un primer intento de acuerdo comercial llamado TTIP, que fue desechado por Trump. Difícilmente habrá un nuevo intento incluso durante un segundo mandato de Biden, estima Bernd Lange, de la Comisión de Comercio del Parlamento Europeo. “El TTIP sería deseable, pero en este momento no se cerrará ningún acuerdo en el que EE. UU. contraiga obligaciones con terceros países”. Tanto republicanos como demócratas se oponen a ello.
*Texto de la DW