Estados Unidos
El fentanilo, la peligrosa droga que divide al Congreso de los Estados Unidos
El alucinógeno de tipo opioide sigue causando estragos en el país, ya que cada año le cuesta la vida a cientos de miles de estadounidenses.
¿Hay que endurecer los castigos o bien fomentar la prevención y el tratamiento? Republicanos y demócratas discreparon este miércoles en el Congreso de Estados Unidos sobre cómo combatir el fentanilo, una droga que mata cada vez más jóvenes, como Logan, de 19 años.
Logan estudiaba su primer año de carrera cuando una pastilla que contenía fentanilo lo mató en febrero de 2021, contó su madre Erin Rachwal durante una audiencia en el Congreso. “Ninguna familia es inmune a este peligro”, dijo, aclarando que ella no sabía nada del fentanilo “ni de la gravedad o letalidad del mismo hasta su trágica muerte”, a pesar de que más de 100.000 personas fallecieron en el país por sobredosis de drogas o envenenamiento accidental el año pasado.
Timothy Westlake, un médico de urgencias, explicó que el fentanilo es tan tóxico que “se ha utilizado como arma química”. “Una cucharadita puede matar a 2.000 personas”. Y la muerte es atroz. “Dejan de respirar, se desmayan, se vuelven azules y se mueren” si no se les administra un antídoto, la naloxona, describió. Los congresistas reconocen la urgencia, pero cada partido opta por soluciones diferentes.
El republicano Troy Nehls, de Texas, estado fronterizo con México, país donde los carteles producen la mayoría del fentanilo con precursores químicos procedentes de China, defendió la mano dura. Es partidario de “convertir la venta y distribución de fentanilo en un delito capital, y del uso de la pena de muerte”, aunque reconoce que esto no resolverá el problema.
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Derek Maltz, un exagente de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) fue tajante: “Los narcoterroristas en México están destruyendo nuestro país, deben rendir cuentas, aunque eso signifique usar nuestro Ejército”.
“La ley de hierro”
“Hay que destruir esos laboratorios de producción, y no podemos confiar en que México lo haga”, añadió. La demócrata Sheila Jackson Lee se opuso, por el contrario, a aumentar las penas mínimas porque impediría a los jueces considerar “los hechos y las circunstancias singulares del adicto”. Para Jeffrey A. Singer, un investigador de la fundación instituto Cato, es un error centrarse solo en la oferta.
Singer considera improbable “que amenazar a los narcotraficantes con cadena perpetua o la pena de muerte disuada el tráfico de drogas” porque la mayoría “ya tienen en cuenta el riesgo cuando entran en el negocio y tienen más miedo de que los maten sus rivales que al Departamento de Justicia de Estados Unidos”, afirmó.
“La ley de hierro de la prohibición es lo que incentiva a los carteles a idear formas más potentes” como la xilazina, un sedante veterinario que se mezcla con fentanilo y puede causar “úlceras mortales”. U otro opioide sintético, el nitazeno. “No me sorprendería que dentro de dos o tres años, estemos hablando de la crisis de los nitazenos en lugar de la crisis del fentanilo”, advirtió.
En la audiencia también salió a relucir el futuro de los análogos del fentanilo (FRS por sus siglas en inglés), actualmente incluidos de forma temporal en un anexo de una ley (CSA) que engloba todas las sustancias prohibidas para uso médico en Estados Unidos (como ocurre con la marihuana y el éxtasis).
Dejarían de estarlo en diciembre de 2024, pero el presidente estadounidense Joe Biden propuso al Congreso que antes de esa fecha los incluya permanentemente, para reducir la oferta y disponibilidad.
Las redes sociales
Westlake coincide con esta postura y pidió al Congreso “que cierre permanentemente el grifo” a los análogos del fentanilo. Pero, según Singer, no hay pruebas de que sea útil y “básicamente elimina cualquier oportunidad de investigar sobre el medicamento en el futuro”, como se hizo con los psicodélicos hace 50 años.
Propone, en cambio, que se legalicen los centros de prevención de sobredosis y las tiras de prueba, para permitir a los usuarios detectar la presencia de fentanilo. El congresista demócrata Jerrold Nadler opina que la cárcel no es la solución última porque “se atrapa a traficantes de bajo nivel”. Prefiere abordarlo como un problema de salud pública.
Consciente de que los niños y jóvenes son grandes consumidores de contenido en las redes sociales, el Congreso quiere obligar a estas plataformas a tomar medidas contra la venta de fentanilo. Este jueves, el secretario de Justicia, Merrick Garland, se mostró a favor de esta decisión. Para Maltz, las redes sociales pueden ser útiles si los famosos y los atletas profesionales difunden víideos informativos en ellas “para que los niños los vean”.
*Con información de la AFP.