Estados Unidos
Hombre donó parte de su hígado a una desconocida; surgió el amor y terminaron casándose
Si encontrar el amor es difícil, encontrar un donante compatible de hígado es aún más complejo; esta mujer encontró las dos cosas en la misma persona.
Mientras miles de personas en el mundo recurren a aplicaciones móviles como Tinder para encontrar al ‘amor de su vida’, la historia de Heather Krueger y Chris Dempsey, dos habitantes de Estados Unidos es digna de telenovela, pues el amor les llegó en medio de un quirófano cuando siendo dos perfectos desconocidos, él decidió donar parte de su hígado a ella, salvando así su vida.
La enternecedora historia comenzó en 2014 en un pueblo conocido como Frankfort, en el estado de Illinois, Estados Unidos, luego de que ella fuera diagnosticada con una enfermedad hepática que además se encontraba en un alto estado de avance, y que ponía en serio riesgo de muerte en caso de no encontrar un donante de hígado que además de ser compatible, también le permitiera poder seguir adelante con su vida.
No obstante, lo que ella y su familia nunca imaginaron, es que además de lograr encontrar el donante ideal; en tanto la compatibilidad es una cuestión muy difícil, la persona hallada además de ser ‘compatible’ en términos de hígado, también lo era como compañero de vida.
El camino para encontrar el donante fue a través de un primo de la joven, quien en medio de la ‘tragedia’ familiar tras el diagnóstico de Heather, decidió emprender la búsqueda, incluso comentando la historia en su lugar de trabajo.
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En aquel lugar, y tras conocer el caso, un trabajador de la compañía, Chris Dempsey, se conmovió tanto con la historia que decidió dar un paso adelante y proponerse cómo voluntario para donar parte de su hígado al joven.
En ese contexto, el primer paso era la realización de estudios de compatibilidad para eventualmente lograr determinar si el órgano que iba a donar sería bien recibido por el organismo de ella.
No obstante, si bien el hecho resultaba una pequeña luz de esperanza para la joven, él, su ahora esposo y entonces ‘benefactor’, realizó una petición particular a su colega, y es que el estudio de compatibilidad con la mujer se llevara a cabo sin que ella supiera, pues no estaba de acuerdo con que se pudieran generar falsas expectativas en ella, en tanto la probabilidad de no haber sido apto era realmente alta.
Tras la realización de los exámenes a Chris, un ex marine, los resultados fueron contundentes, y mostraron un alto grado de compatibilidad entre los dos; al menos entre sus hígados, lo que abrió las puertas a un siguiente paso, y era expresar la voluntad real de ‘donar’ parte de su vida y bienestar por ella, y a cambio de nada; sin imaginar el desenlace que la vida le tendría preparado.
El hombre ni siquiera había optado por ver una foto de la mujer, por lo que su decisión estuvo motivada solamente por su corazón y su deseo de servir para salvar la vid de alguien que estaba en riesgo, lo anterior sin sospechar que tiempo después, cuando la conociera, quedaría prendado de ella.
La única condición que el hombre puso antes de hacer real la donación, fue el tener la satisfacción de ser él mismo quien diera la noticia a la mujer. Por lo anterior, Cris solicitó tener acceso al número telefónico de la joven, y una vez en su poder, la llamó para darle la buena nueva.
“Las pruebas salieron bien, vamos a hacer esto. Soy tu donante”, fueron las palabras que recuerda haber oído vía telefónica la mujer, y que posteriormente contó a medios locales de Estados Unidos, advirtiendo además que la sensación fue ‘maravillosa’.
Todo estaba listo para la donación, no obstante, Chris quiso ir aún más allá en su labor generosa, y además de haber confirmado la donación de parte de su hígado, decidió adelantar una colecta con un grupo de amigos para financiar algunos medicamentos adicionales que requería la joven en medio de su padecimiento, y que por razones económicas no podría adquirir con facilidad.
Sin posibilidad de dar marcha atrás, llegó la fecha fijada en el calendario para la intervención, y los médicos retiraron el 55% del hígado del hombre para poder insertarlo en el organismo de Heather. Era el 16 de marzo de 2015 en medio de una cirugía muy delicada que no tuvo complicaciones y que además se extendió por 8 horas.
La recuperación del donante y de la beneficiada se extendió a su vez por dos meses, los cuales se libraron en paralelo, sin sospechar que esa convalecencia compartida sería el germen para algo más grande, pues si bien parte de su hígado ahora reposaba en el abdomen de ella, su corazón, de manera simbólica, ahora también comenzaba a ser propiedad de Heather.
La convalecencia les permitió conocer que compartían gustos, aficiones, y visiones de vida, y poco a poco, las miradas entre los dos comenzaron a hacerse cada vez más cómplices, hasta el punto de que decidieron emprender un noviazgo; descubrieron que se habían enamorado.
Si bien ella aún estaba en recuperación por un tiempo prolongado, la relación comenzó a fortalecer, y en medio de una velada romántica desde un mirador con vista a Chicago, el hombre decidió ahora ‘donarle su corazón’, y puso en su dedo un anillo en medio de una propuesta de matrimonio que sellaba el camino compartido que ahora emprenderían.
Así cómo él no dudó en dar el sí a donar su hígado, ella tampoco dudó en dar el sí a compartir el resto de la vida con aquel que decidió sin conocerla, ser su benefactor.
Meses después la historia siguió escribiéndose al dar el sí definitivo en el altar, donde ella exaltó las virtudes desinteresadas del hombre y lo elevó al nivel de ‘el amor de mi vida’, recordando incluso que él era uno de los motivos por los que ella seguía viva, no solo por motivación, sino también por ‘funcionamiento’.