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Justicia de Estados Unidos permite por ahora que permanezca barrera flotante entre Texas y México
Previamente un fallo había obligado al Estado de Texas a mover las boyas hacia la orilla del río a más tardar la próxima semana.
Este jueves un tribunal federal de apelaciones permitió que la barrera flotante compuesta por balizas o boyas que instaló Texas en una sección del Río Bravo, también conocido como Río Grande, continúe instalada por el momento, la decisión judicial se conoció un día después de que un juez se refiriera a las boyas como una amenaza para la seguridad de los migrantes y para las relaciones entre Estados Unidos y México.
La orden judicial fue tomada por la Corte Federal de Apelaciones del 5to Circuito, y con ella se suspende un fallo que habría obligado al Estado de Texas a mover las boyas hacia la orilla del río a más tardar la próxima semana.
La barrera flotante se instaló cerca de la ciudad fronteriza de Eagle Pass, Texas, donde el gobernador Greg Abbott ha autorizado una serie de medidas agresivas para tratar de evitar que cientos de migrantes decidan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos.
Dichas medidas han recibido críticas de quienes alegan violaciones a los derechos humanos de los migrantes, por otra parte, hay quienes consideran que su instalación podría generar una tensión diplomática entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
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La suspensión que concedió el tribunal de apelaciones con sede en Nueva Orleans permite que la polémica barrera flotante permanezca instalada en la frontera natural mientras que continúa el proceso legal.
Batalla jurídica liderada por la Casa Blanca
La demanda fue presentada por el Departamento de Justicia en una rara instancia a la cual el Gobierno del presidente demócrata Joe Biden recurre a la corte para impugnar las medidas fronterizas de Texas.
El miércoles, el juez federal David Ezra, de Austin, ordenó al estado que moviera la barrera, de unos 305 metros (1.000 pies) de largo de la mitad del río hasta la orilla, y describió las boyas como una “amenaza para la vida humana” y una obstrucción de la vía fluvial. El gobierno mexicano también ha protestado contra la barrera.
“Esta pelea no ha terminado. Apenas ha comenzado”, dijo el gobernador de Texas, Greg Abbott, en la plataforma X, antes Twitter.
This fight ain't over.
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) September 7, 2023
It's only just begun.https://t.co/uGVcn5QSJ4 via @nypost
En su dictamen, el juez Ezra justificó su decisión por los “daños causados por la barrera flotante”, citando “las enormes tensiones que ha provocado en las relaciones entre Estados Unidos y México”, así como “amenazas a la vida humana y obstrucción de la navegación libre y segura”.
Al solicitar una orden expedita para permitir que la barrera permanezca en su lugar, los representantes del Estado de Texas argumentaron ante el tribunal de apelaciones que las boyas redirigen a los migrantes a puertos de entrada y que “no se ha reportado ninguna lesión provocada por las boyas”.
El mes pasado se localizó un cuerpo cerca de las boyas, pero funcionarios de Texas dijeron que la información preliminar indicaba que la persona se ahogó antes de acercarse a la barrera.
El río Bravo, es la frontera natural con México. Las boyas instaladas están diseñadas para girar si alguien trata de subirse a ellas y, a cada lado, tienen unos discos metálicos dentados.
Las autoridades de Texas instalaron la barrera flotante colocando anclas en el lecho del río. Eagle Pass es parte de un sector de la Patrulla Fronteriza que ha registrado el segundo mayor número de cruces de migrantes este año fiscal, con alrededor de 270.000 encuentros, aunque la cifra es menor en comparación con el mismo periodo del año pasado.
El Gobierno federal ha dicho que los cruces fronterizos ilegales han ido a la baja después de que entraron en vigor nuevas medidas migratorias en mayo pasado, una vez que expiraron las restricciones al asilo relacionadas con la pandemia.